Como nunca antes, los Campeonatos Mundiales de Ciclismo en Ruta habían tenido tanta expectativa para el ciclismo colombiano, por la simple razón de que hasta ahora no se había conseguido tener una selección nacional que tuviese la capacidad de figurar entre las naciones favoritas, por el peso específico de las grandes naciones ciclísticas con tradición histórica como Italia, Francia, España, Bélgica principalmente.
Hoy es posible decir que el próximo compromiso en Firenze, debería marcar un antes y un después para el pedalismo nacional en torno al Campeonato Mundial, lo que no significa necesariamente subirse al podio con nuestros corredores antes de haber tomado la partida pero implica aceptar que la realidad ciclística de hoy reconoce al ciclismo colombiano como la tercera nación del planeta en la clasificación oficial de la UCI y que sus ciclistas han dado muestras en todas las carreras de todo el mundo para finalmente pertenecer a la gran élite del ciclismo mundial, lo que conlleva un reconocimiento de dirigentes, técnicos, ciclistas, medios de comunicación que sitúan al ciclismo de este país como auténtica realidad de este deporte en el contexto mundial y por lo tanto digno aspirante a los más importantes títulos y logros que se disputan en una temporada, incluido el mundial de ruta.
Mucha historia y pocos logros
Los logros colombianos a nivel de los Campeonatos Mundiales de Ciclismo en Ruta se remontan a 1968 cuando Cochise Rodríguez fue cuarto del mundial “aficionado” que se realizó en Montevideo, después de lo cual vendrían una serie de participaciones esporádicas siempre en esa categoría en Mendrisio-71, Montreal-74, San Cristóbal-77, Praga-81, Altenrhein-83 con algunas posiciones más o menos notables hasta llegar al profesionalismo con un “equipo” nacional de 3 corredores en el Mundial de Barcelona en 1984: Patrocinio Jiménez, Pablo Wilches y Pacho Rodríguez, quienes corrían su primera temporada como profesionales en Europa con los equipos Teka de España y Splendor de Bélgica.
Ellos inauguraron la nueva era del ciclismo colombiano a nivel de selecciones profesionales, pues primero fue Giovanni Jiménez el portador de la camiseta tricolor en la década del 70, luego Cochise Rodríguez en Barcelona 73 y juntos con Rafael Antonio Niño, en Montreal 74 y otra vez Cochise en Yvoir (Bélgica) en 1975.
Precisamente, Cochise dirigió a los “tres mosqueteros” colombianos en aquel caluroso mundial de Barcelona que fue ganado por el belga Claude Criquielion, compañero de equipo de Wilches y Pacho, quienes no pudieron terminar ese mundial, mientras Patrocinio lo hizo en el puesto 25 a 3:04 del flamante vencedor.
Es entonces a partir de 1984 cuando comienza a escribirse la historia permanente de Colombia con selecciones nacionales en los campeonatos mundiales de la máxima categoría, con presentaciones más o menos protagónicas, con algunos destellos y figuraciones, siendo lo más notable el cuarto lugar conseguido por el hoy doctor en medicina Álvaro Mejía (Postobon) en la cita mundialista de 1991 en Stuttgart, llegando a un embalaje de cuatro con Gianni Bugno, Steven Rooks y Miguel Induráin quien curiosamente nunca pudo ganar la medalla de oro en esta prueba a pesar de su palmarés como gigante de la ruta.
Lo anterior significa ni más ni menos, que el ciclismo colombiano lleva 30 años en la afanosa búsqueda de un puesto en el podio del mundial de ruta y hasta el momento no se ha dado a pesar del aprendizaje, la experiencia, los progresos, las diferentes generaciones que lo han intentado pero poco a poco las distancias se han venido acortando y desde 2001 con la llegada de Ettore Sangiovanni y un nuevo Comité Ejecutivo a la FCC hasta hoy, numerosas selecciones nacionales han vestido los colores del país en Lisboa (Santiago Botero medalla de Bronce Mundial CRI), en Zolder (Santiago Botero Campeón Mundial CRI), Hamilton, Verona, Madrid, Salzburgo, Stuttgart, Varese, Mendrisio, Geelong, Copenhague y Valkenburg 2013, la más reciente exhibición de la nueva generación de ciclistas colombianos “europeizados” y figurando en los lugares de privilegio: Sergio Henao (noveno), Urán (23) en el lote de 25 corredores que llegaron a 17 segundos del campeón Philippe Gilbert, mientras Anacona y Quintana llegaban un poco más atrás.
Colombia entre los favoritos
Desde que se presentó hace un año el Campeonato Mundial de Firenze, comenzaron inmediatamente los análisis y especulaciones en todo el mundo sobre las posibilidades de unos y otros países o corredores y, sin falta, propios y extraños han venido coincidiendo en que Colombia debe tener un puesto en el grupo de naciones y corredores favoritos al título, especialmente por la enorme progresión, resultados, clase y determinación mostrados por el grupo de corredores convocados y que hoy no tienen mucho que envidiar a los mejores del mundo. Claro está, se trata de una carrera de un solo día pero también los Urán, Henao, Betancur, Quintana y compañía, han mostrado una exquisita solvencia para enfrentar este tipo de carreras sin mañana.
Es por ello, que entrenadores como el DT italiano Paolo Bettini se refería a nuestros ciclistas como “grandes rivales y equipo que nos puede hacer una broma muy pesada” y medios de comunicación como BS, la mejor revista mundial del ciclismo señala a Betancur, Quintana, Urán y Henao como “Peligro colombiano”.
En general, los últimos mundiales nos han permitido ver un grupo de corredores que cada vez más se ha venido amalgamando y exhibiendo una formación y aprendizaje dentro del sistema europeo al cual se han adaptado cada año con más firmeza, tanto individual como colectivamente.
De ahí, que el grupo convocado esta vez por el seleccionador Franco Gini, ya se conoce desde hace varios años, compiten permanentemente en sus diferentes equipos y al reunirse para el mundial lo hacen cada uno con una bagaje de conocimientos y experiencia que son carta de garantía para desempeñarse a la altura de los mejores equipos, léase Italia, Francia, España, Bélgica, Gran Bretaña, etc, etc, verdaderos “acorazados” del ciclismo pero no invencibles.
Este es el caso de Rigoberto Urán, y Sergio Luis Henao (Team Sky), Carlos Betancur (Ag2r La Mondiale), Miguel Ángel Rubiano (Androni-Giocattoli-Venezuela), Cayetano Sarmiento (Cannondale Procycling), Winner Anacona (Lampre-Mérida), los de más rodaje y permanencia en Europa con 3 – 7 temporadas, mientras Nairo Quintana (Movistar Team), Darwin Atapuma (Team Colombia), apenas ajustan sus dos primeros años en la vieja casona del ciclismo y para Jánier Acevedo (Jaimis Hagens-Berman) –quien viene del ciclismo norteamericano- esta es su primera experiencia mundialista al máximo nivel con la camiseta nacional.
Para ninguno de ellos, será sorpresa la distancia, el clima, el recorrido o los rivales pues desde hace varios años vienen trabajando en medio de todos estos elementos, superándolos y adaptándose cada vez mejor a los primeros mientras que a los segundos los conocen perfectamente, se codean con ellos en forma permanente en todo tipo de carreras y no en vano se han ganado el respeto y reconocimiento en el lote precisamente por sus logros en todo tipo de carreras, incluidas las grandes competencias por etapas e igualmente las de un día.
Nibali, Froome, Sagan, Cancellara, Valverde, Gilbert, Visconti, Van Garderen, Evans, Contador, entre otros, por más grandes que sean ellos y sus títulos, son nombres que infunden igualmente respeto y reconocimiento pero no causan terror como antaño, pues son nombres y figuras familiares para el contingente colombiano que corre en Europa el cual conoce suficientemente virtudes y defectos de sus encopetados colegas y en más de una oportunidad han dado buena cuenta de ellos como se vio en el Giro de Italia, el Tour de Francia o en las Clásicas de Abril.
No cabe duda alguna en cuanto al poderío individual y colectivo de los ya famosos “escarabajos” que correrán el próximo domingo en Firenze sobre un recorrido que se adapta a sus condiciones básicas como hombres de excelencia en las carreras duras, difíciles, selectivas, donde la resistencia, el fondo y la capacidad de sufrimiento son valores definitivos y ellos los tienen como lo han venido demostrando cada vez con mayor eficacia. Es claro que ante el favoritismo y el potencial, se requiere de una gran estrategia de equipo, un acuerdo previo a la carrera y un manejo adecuado que permita -seguramente- tener un jefe de filas designado (¿?), así como 2-3 hombres que pueden jugar igualmente un papel de primera línea y finalmente 5 gregarios que de antemano saben que deberán entregar su trabajo y sacrificio en aras del objetivo del equipo nacional. Tanto Franco Gini como sus dirigidos, deberán acudir a toda su grandeza física y personal para competir con la capacidad y sabiduría necesarias que les permita honrar el favoritismo que merecidamente les concede la crítica mundial y obviamente nosotros los colombianos.
El recorrido, el ambiente, los resultados del año, la planificación de cada uno para participar en el mundial, la convocatoria, el seleccionador que impone respeto y autoridad por su experiencia y conocimiento, entusiasmo, confianza, seguridad y determinación con la que la selección colombiana tomará la partida el próximo domingo, son los ingredientes que permiten decir como al principio de esta nota, que nunca antes un mundial de ruta estuvo rodeado de tanta expectativa. ¿Verdad?…
You must be logged in to post a comment Login