
El actual líder de la centenaria edición del Tour de Francia, Chris Froome (Team Sky) justificó su avituallamiento (zona de alimentación) final en la decimoctava etapa de la ronda gala, disputada entre Gap y Alpe d’Huez sobre 172,5 kilómetros, por pura necesidad física, tras lo cual fue sancionado con veinte segundos por la dirección de carrera, que consideró ‘ilegal’ la maniobra.
“Necesitaba azúcar en ese momento”, reconoció Froome, que dijo aceptar una posible sanción -como así ocurrió después- y que sufrió sobre las rampas de la subida final al mítico puerto, necesitando la ayuda de su compañero de equipo Richie Porte, que también fue posteriormente sancionado.
Froome, que sigue líder de la clasificación general, no escatimó en elogios hacia su compañero. “Es un compañero extraordinario, ha dejado de lado sus ambiciones en la carrera para ayudarme a conservar el maillot amarillo, su trabajo ha sido fantástico”, expresó.
El británico aseguró que se trató de una jornada difícil pero finalmente positiva para sus intereses. “Hemos aumentado nuestro margen en la general”, comentó el líder del equipo Sky, que acaricia su primer en una competencia ‘grande’.
Sobre sus posibles rivales, Froome admitió sentirse aliviado por los problemas de Alberto Contador y Roman Kreuziger en la última ascensión, al mismo tiempo que vaticinó una gran posición final para el colombiano Nairo Quintana.
“Contador y Kreuziger eran nuestras mayores preocupaciones hoy y fue bueno escuchar en la radio que tenían problemas al final. Fue realmente bueno para Quintana conseguir algo de ventaja hoy y creo que definitivamente acabará en el podio de este Tour”, reseñó Froome.
Por último, el líder del Tour quiso recordar la figura de Nelson Mandela, activista sudafricano que cumple este jueves 95 años y atraviesa por un delicado momento de salud. “Salvando, claro está, las distancias, a mí también me gustaría ser un ejemplo para los jóvenes africanos, animarles a perseguir sus sueños”, finalizó.
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