Opinión
Las escapadas de Héctor Urrego: desprecio total por el Tour Colombia
Publicado
Hace 4 semanasel
No podían ser más lamentables y decepcionantes las declaraciones de la ministra del deporte Luz Cristina López entregadas a diversos medios de comunicación que le preguntaron por el Tour Colombia 2025 a lo que respondió, sin titubeos, con total desprecio e ignorancia, que eventos como este “No le dejan nada al país”.
De acuerdo a sus expresiones y conceptos, la señora ministra considera tal vez que son los habituales escándalos y robos (Ej. carrotanques de la Guajira), masacres, violencia, inseguridad los que “SÍ le dejan algo al país” y en realidad tiene razón: Nos quedan además del desprestigio internacional, también la muerte y el dolor, la frustración de la juventud deportista y la tristeza, la mirada a un futuro incierto en todos los aspectos de la vida nacional. Todo lo contrario de lo que generan el deporte y sus eventos.
Con total desconocimiento de la materia, olvida la directora del deporte colombiano que son precisamente esta clase de certámenes como el Tour Colombia los que se convierten en la mejor oportunidad de proyectar nacional e internacionalmente nuestro talento, además de la imagen de un país que tal vez ni la ministra alcanza a conocer y más bien muestra su desconocimiento en torno a la función social que cumplen eventos de esta categoría. Tanto es así que la prensa internacional ha hecho eco y mostrado su extrañeza ante las declaraciones ministeriales pues lo mismo aplicaría entonces para las organizaciones de este tipo de manifestaciones en todo el mundo deportivo en general y ciclístico en particular.
Habría que preguntar a la ‘zarina’ del deporte nacional cuales son los argumentos de que se vale para afirmar rotundamente que “El Tour Colombia no le deja nada al país”, puesto que hasta ahora no se conocen cifras reales que lo demuestren, mientras que sí existen las que muestran lo contrario a las afirmaciones entregadas en forma tan alegre y hasta irresponsable, pues con esto se está enviando el mensaje equivocado a quienes organizan y patrocinan este y otros certámenes deportivos a no seguir con ellos ni intentarlos pues “No le dejan nada al país”, ya que se traducen en un pérdida de tiempo y recursos invertidos y tirados al vacío, «Que se consumen en un semana» ( Palabras de la ministra), olvidándose que existen otros deportes y torneos que consumen más recursos en menos tiempo: Maratones y medias maratones de Nueva York, Paris, Londres, Bogotá, Fórmula Uno, Moto GP, Torneos de Golf , Clásicas mundiales de ciclismo, entre otros.
Así como la ministra habla del costo del Tour Colombia -ocultando que buena parte de esos recursos los aporta la empresa privada con gobernaciones y alcaldías – se hace necesario también decirle que solamente con los recursos que se robaron de los carrotanques de la Guajira se habrían podido financiar y justificar el Tour Colombia 2025 y hasta el 2030, además de la carreta populachera de siempre: “La cantidad de procesos que podemos hacer con esos recursos enfocados en el deporte escolar o en procesos de fomento y desarrollo son más benéficos y estratégicos ( ? )”.
Al final, ni siquiera se trata del dinero para financiar el Tour Colombia o cualquier otro evento. Lo lamentable hoy es el concepto y la visión con la que se dirige y gestiona actualmente el deporte del país, lo que nos lleva casi que a estar de acuerdo con el presidente Petro, quien expresó a raíz del descalabro con los Juegos Panamericanos que el Ministerio del deporte no servía para nada. ¿Será verdad?, juzguen ustedes.
Tal vez te interese
-
Lo que le piden las pedalistas colombianas al 2025
-
Pedalazos en Colombia y el Mundo
-
Circuito Feria de Manizales 2025: Brandon Vega se queda con el título de la edición 68
-
Diana Carolina Peñuela hace respetar su tierrita y gana por tercer año consecutivo en la Feria de Manizales
-
Los deseos de los entrenadores del ciclismo colombiano para este nuevo año
-
El GW Erco Shimano confirma su nómina para el Circuito Feria de Manizales 2025
Opinión
Escarabajos que conquistan el mundo
Publicado
Hace 3 añosel
21 agosto, 2021Por
Redacción RMCPor: Carlos Ballesteros
El origen de Egan Bernal, Nairo Quintana, Daniel Felipe Martínez, Esteban Chaves, Rigoberto Urán y muchos más ciclistas colombianos, es de cunas humildes. A veces nacer “pobre” es una circunstancia, pero mantenerse es una decisión.
A estos escarabajos los movió algo mágico: la pasión y el amor por lo que hacen, así les costara sangre, sudor y lágrimas. En su momento, estos guerreros del camino pudieron comprobar con sus pedalazos que el mejor estudio es la práctica, la experiencia y el conocimiento de lo que nos gusta.
El tener claro lo que se quiere, luchar fuerte y visualizarse es clave. Hacer que los sueños se cumplan, como lo pensaron muchas veces, o como lo contemplara Egan, al decir que un día ganaría las grandes vueltas del ciclismo mundial.
El sacrificio, el estar trabajando duro mientras otros duermen; luchar frente a la adversidad sin nunca desfallecer y desarrollar algunas virtudes más, crean segundos de ventaja que a menudo son la diferencia entre el éxito y el fracaso.
El tener más no significa llegar de primero, ya que hay mentes pobres y perezosas apagadas por exceso de comodidades y la falta de responsabilidades sujetas a los términos de la vida fácil. También se debe entender que los tropiezos, los altibajos y los dolores hacen parte de la ruta, y que hay que levantarse y pedalear con más fuerza para alcanzar la meta sin valerse de disculpas.
Siempre habrá que hacer méritos para lograr, paso a paso, el triunfo con la base del trabajo duro, con disciplina, sin quejas, con humildad, porque “el que todo lo agradece todo lo merece”. Se trata de establecer un propósito claro y tener la seguridad de hacerlo; entrenar con esfuerzo y total dedicación, desarrollando habilidades para competir y sobresalir porque, tanto en la vida como en el ciclismo, nada es gratis. Todo tiene su costo.
Hay que tener siempre claro que, frente a lo supuestamente malo que nos pasa, no es lo que determina nuestro destino, sino cómo afrontamos la adversidad para volverla fortaleza. Y eso se aprende y se refleja en la carretera de la vida. ¡Los tiempos difíciles crean hombres fuertes!
Además de nacer en cunas sencillas y en las que las oportunidades escasean, el otro gran desafío de alguien que tiene la ilusión de ser un futuro campeón del pedal es aprovechar los chances que, muchas veces, están más por fuera del país. Por eso no creo que este sea el momento para que los directivos en Colombia hagan suyos los triunfos, porque es poco lo que han aportado para apoyar a los nuevos ciclistas.
Aquellos que apenas comienzan, que deben pagar sus gastos para correr, prestando bicicletas y zapatillas, como le sucedió en su momento a Daniel Felipe Martínez, quien con sacrificio pudo salir adelante gracias a sus familiares, rifas y eventuales patrocinadores, esos que aparecen de vez en cuando. Pero no es propiamente que estos éxitos se hayan alcanzado por el papel del Estado.
El verdadero apoyo es aquel que se da cuando los jóvenes apenas están comenzando: cuando alimentan sus sueños, cuando están necesitados de una mano generosa. Porque, eso sí, a la hora de los triunfos los patrocinadores aparecen como por arte de magia. Es por esto, y mucho más, que en Colombia hay que ver al deporte del pedal como una industria que provea oportunidades para la juventud, que lleve a la promoción social y que se convierta en otro gran producto de exportación.
Gracias campeones por poner una vez más en alto la bandera tricolor, por demostrar que el trabajo en equipo es la base del éxito. Este triunfo es de ustedes, porque lamentablemente hasta al mismo Egan le tocó pedir ayuda por medio de Facebook, siendo de la categoría júnior (17 años), para correr por Colombia en el campeonato mundial de ciclomontañismo de Noruega, en 2014.
Abramos bien los ojos. Aquí lo que hay son jóvenes con talento y ganas, desperdiciados por la falta de respaldo y oportunidades. Mientras que en otros países los deportistas son becados por los colegios, universidades y cobijados por el Estado, en Colombia son vistos en su mayoría como “bichos raros”.
El ciclismo nacional se ha convertido en una de las disciplinas líderes en la obtención de victorias en el exterior. Me pregunto, entonces, ¿hasta cuándo miles de niños y jóvenes ciclistas seguirán perdiéndose por la miopía y mala administración del Estado y los dirigentes deportivos?
Colombia necesita más líderes como Egan Bernal y más gregarios de oro como Daniel Felipe Martínez. ¡Guerreros que conquistan el mundo!