A continuación www.revistamundociclístico.com, les presenta a todos nuestros lectores la segunda parte del artículo que iniciamos el día anterior, y que titulamos como: “La victoria imposible”. Imposible porque en la baraja de nadie estaba que un colombiano pudiera ganar el siempre respetado Dauphiné Liberé, una de las competencias más emblemáticas del ciclismo mundial.
Y fuera de imposible, increíble, porque hasta esta parte de la historia, Pacho Rodríguez, no solo estaba indestronable en ese año de 1984, sino que Hinault y Ramírez, se encontraban muy lejos en la clasificación general, lo que hacía pronosticar, una victoria final por parte del boyacense nacido en Duitama.
Pero cuando la suerte no está de parte de quien la necesita –para los que crean en ella-, claramente las cosas no salen como se esperan. Es por eso que hoy treinta años después, continuamos diciendo que este es un deporte para “monstruos”. Ahora mismo, van a recordar al lado de Martín Ramírez, como este Dauphiné no lo ganó Rodríguez, y para más señas tampoco Hinault, -el número uno de la época-, porque como los partidos de fútbol terminan cuando se da el pitazo final; acá el campeón se define cuando cruza la línea de meta de la última etapa…
A Rey muerto… Rey puesto: Pacho abandona, Martín al trono
La pregunta de los periodistas el día anterior, tuvo respuesta unas horas después en las afueras de Grenoble, pocos kilómetros después de la partida de la etapa hacia la Col de la Cruzette, con llegada en alto. Pacho Rodríguez, el hasta ahora impresionante líder de la carrera venía siendo afectado dos días atrás por un intenso dolor de rodilla que soportaba estoicamente pero bajo las condiciones de frio y lluvia en las etapas anteriores, hizo crisis definitivamente y en medio del drama se bajó de su bicicleta abandonando la carrera en la que hasta ahora era la máxima atracción.
Pero la función debían continuar y desde la propia salida, antes del abandono de Pacho, ya Hinault, el monstruo herido en su amor propio se había ido en una fuga con otros 5 corredores para devorarse –según sus cuentas- de un solo viaje los 170, kilómetros que tenía la jornada en la cual se anunciaba frio, lluvia, y…nieve en la parte final.
Los recuerdos de ese día, domingo 3 de junio, son dramáticos e inolvidables para todo el mundo del ciclismo:
– El grupo Hinault viaja con más de 8 minutos de ventaja sobre el grupo Simón donde se encuentran Martín Ramírez y Pablo Wilches. También Phil Anderson de Australia. Todo indica que Hinault ese día se hará más gigante de conseguir la hazaña que se propuso: Etapa y liderato.
– En forma inesperada, Hinault comienza a ceder terreno en la penúltima cuesta y allí Anderson parte del grupo Simón, lo mismo hace Martín y comienzan a descontar minutos a Hinault.
–El “Canguro” acelera aún más y ‘Salta’ en la última subida al primer lugar de la etapa, sobrepasando a los sobrevivientes de la fuga incluido Hinault para irse por la victoria de la fracción.
–Por su parte, Martín también logra sobrepasar al múltiple campeón francés y avanza por la camiseta de líder que está a su alcance.
– Finalmente, Anderson gana la etapa del apocalipsis bajo una tormenta de nieve, le siguen tres hombres de la fuga inicial y quinto aparece la morena figura de Martín Ramírez a 5:15, mientras Hinault llega noveno a 6:05.
– Las cuentas nerviosas de Urrego y Arcila (enviados de RCN), les permiten gritar a todo pulmón para que se oyera en Francia, Colombia y el mundo: “Nuevo líder del Dauphiné Liberé, Martín Ramírez”.
– La diferencia entre Ramírez e Hinault es de solo 22 segundos. Queda un día de carrera con dos semi-etapas, una en línea de 100 kilómetros y una crono final de 32 kilómetros entre Privas y Vals Les Bains.
– Ese día llegan a la meta en La Cruzette, Saulo Barrera (Patrón de Pilas Varta) y Roberto Sánchez (Staff Técnico de Pilas Varta) quienes están concentrados con el equipo que correrá el Tour de Francia, a unos 100 kilómetros del sitio de los acontecimientos.
– Contra todo pronóstico, también llega a la meta Pablo Wilches y entonces Colombia deberá defender el liderato de Martín con solo dos hombres. Reinel Montoya era otra baja del equipo aquel día. Dos contra el resto del mundo. ¿Será posible?
Martín, la hazaña imposible
Claro que fue posible. Aquel lunes 4 de junio –festivo en Colombia-, no hubo lluvia, en el día final de la carrera. La temperatura estuvo por los 15 grados pero en el ambiente se notaba nerviosismo, ansiedad y hasta desesperación que apareció por parte de Hinault y sus coequiperos de la Vie Claire con algunas maniobras mañosas en contra de Ramírez quien supo sortearlas en el primer tramo en línea del día, ganado por Guy Lens del Panasonic, lo que impidió a Hinault obtener los 15 segundos de bonificación por la etapa y entonces quedó todo servido para degustar el último manjar de este menú ciclístico que llegaba a su fin.
– La crono final tenía 32 kilómetros (10 kilómetros iniciales subiendo, 16 bajando y 6 planos en el final), lo que favorecía netamente a Martín quien debía incrementar o mantener su ventaja en la subida, arriesgarlo todo bajando y mantenerse a fondo en el plano para evitar la pérdida de su preciado tesoro: 22 segundos.
– Lo anterior se cumple al pie de la letra, como si se tratara de un libreto previamente establecido, asunto muy difícil en un deporte tan aleatorio como el ciclismo: al terminar la subida, Martín le ha sacado 39 segundos más a Hinault, este a su vez le descuenta 34 hasta la llegada, con lo cual Martín Ramírez se consagra: Campeón del Dauphiné Liberé -1984 con 27 segundos de ventaja sobre su máximo rival, Bernard Hinault. Aquella tarde en Val Les Bains, quedó abierto un nuevo capítulo para la historia del ciclismo colombiano, cuyo primer episodio lo escribió un muchacho bogotano de 23 años y sus compañeros.
Cuando Ramírez llegó a la meta, entonces ELLOS supieron que lo habían enfrentado todo y a todos, aprovecharon sus increíbles dotes para escalar las montañas y asestaron un tremendo golpe al “Monstruo” y al ciclismo mundial que no solamente se vio derrotado sino sorprendido.
ELLOS fueron objeto de múltiples atenciones en Francia e Italia antes de viajar a Colombia para un increíble recibimiento como héroes en Bogotá y la historia dice que una vez 6 hombres colombianos apoyados por una empresa colombiana (Leche La Gran Vía), se encargaron de proporcionar al país una de sus más grandes satisfacciones y una de las más grandes victorias de toda su historia.
Como colofón, quedaron los grandes titulares de la prensa especializada al día siguiente: “Ramírez, La Victoria Increíble” (L´Equipe). La Victoria Imposible del colombiano Ramírez (Dauphine Liberé). Y como consecuencia, Pacho Rodríguez y Pablo Wilches fueron contratados inmediatamente por el equipo Splendor de Bélgica, con el cual correrían lo que quedaba de la temporada 84. Por su parte, Martín Ramírez se fue al equipo System U en Francia. Los tres, junto a Patrocinio y Condorito en el Teka, se verían nuevamente en el Tour de Francia un mes después con los nueve del Varta-Colombia.
****Lea acá la Primera parte de esta Historia *****
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