En el lapso de 90 días en este año, que incluyen el desarrollo del Giro de Italia y el Tour de Francia, el ciclismo de Colombia y del mundo han podido ser testigos de la llegada a la cúspide de este difícil deporte, de un grupo de corredores colombianos que integran una nueva generación ciclística, encargada de inaugurar una nueva era en presencia y logros, que responda por la rica herencia que dejaron quienes fueron sus antecesores: Cochise, Herrera, Parra, Rincón, Mejía, Botero, Soler, etc, etc.
Esta vez, se trata de una generación a la cual pertenecen Rigoberto Urán, Carlos Betancur, Sergio Luis Henao, Fabio Duarte, Darwin Atapuma, Jarlinson Pantano, Esteban Chaves, entre otros, a la cual se integra también con todos honores Nairo Quintana, con sus 23 años de edad y logros que lo ubican como el precursor de esta nueva era, que se presenta auspiciosa y desafiante para el futuro inmediato puesto que el presente está ahí para exhibirse con lo conseguido, primero en el Giro y ahora en el Tour por los integrantes de esta maravillosa generación.
Apenas estaban pasando a la historia las hazañas y logros del Giro de Italia por parte de Urán y Betancur (subcampeones, una etapa, camiseta blanca de mejor joven y un quinto lugar), cuando aparecen, obtenidas a la luz del día y el intenso calor del verano europeo pero celebradas en una esplendorosa noche parisina, las conseguidas en el Tour de Francia por Nairo Quintana, un joven boyacense nacido para triunfar: Subcampeón, una etapa, mejor joven y mejor escalador, monumental hazaña que tardaremos varios días y meses en digerir por la dimensión que tienen.
Vaya formidable manera de celebrar los 30 años de historia escrita por los ciclistas colombianos en el Tour desde que en 1983 se emprendió la denominada ‘Gran Aventura’ para ir por primera vez al Tour. Y qué hermosa forma de honrar y superar a su paisano de región (Fabio Parra) en los 25 años del primer y único podio que había logrado el ciclismo colombiano en la gigantesca prueba del ciclismo mundial.
Quintana termina el Tour, ungido por los dioses del ciclismo, reconocido por sus propios rivales que son los mejores ruteros del mundo (de los cuales solamente le ganó uno: Chris Froome) y admirado por todo un país que ratificó con sus sensacionales acciones en las montañas francesas, todas las bondades, antecedentes, historia y prestigio alcanzados con el ciclismo colombiano en 63 años que le permiten ser considerado como potencia mundial, según las frías estadísticas de la máxima rectora del ciclismo en el mundo, la UCI.
Fueron suficientes 3 semanas de exuberancia bajo la lluvia, el frío y la nieve en el Giro de Italia con Urán, Betancur, Henao, Duarte y otras 3 de brillo bajo al sol del verano europeo en el Tour con Quintana y Serpa, para revivir y reforzar las estadísticas que dan cuenta de la cantidad y calidad de títulos, etapas, posiciones, etc, alcanzadas en estos fabulosos 30 años de historia colombiana en las carreteras de las 3 grandes carreras del mundo. Rigoberto Urán y Nairo Quintana, subcampeones del Giro de Italia y del Tour de Francia han llegado a sitiales otrora impensables o considerados imposibles, pero ellos están convencidos hoy de que el triunfo de Luis Herrera en la Vuelta a España 1987, el Dauphiné de Martin Ramírez en 1984, el podio de Fabio Parra en el Tour 1988, el Campeonato Mundial CRI de Santiago Botero en 2002 fueron las bases sobre las cuales ellos están edificando su llegada a la cúspide del ciclismo mundial.
Más “europeos que colombianos”, lo que los diferencia de sus antecesores que fueron “más colombianos que europeos”, los integrantes de esta generación actual gozan de todos los componentes necesarios para seguir avanzando en la nueva era que se abre para el ciclismo colombiano, ahora con desafíos más imponentes pero alcanzables, de acuerdo a lo que se ha visto en clase, condiciones, determinación, experiencia, conocimientos y ambiciones.
Ahora vienen la Vuelta a España y los Campeonatos Mundiales de Ruta en Italia, donde ellos serán mirados con respeto y aprecio como se mira a los grandes de cualquier disciplina deportiva en el mundo. Serán un punto de referencia, vigilados y seguidos sus movimientos por los rivales de alta alcurnia que se seguirán encontrando en el calendario ciclístico mundial.
Nairo Quintana ha rematado una obra grandiosa en el Tour y nos ha dejado saber que a la ya rica historia del ciclismo colombiano, le aguardan muchos más capítulos para ser escritos con pedalazos de oro, tanto por el mismo chico de Cómbita como por sus compañeros de una generación extraordinaria y pujante que se propone llenar toda una nueva era para el deporte colombiano. Así sea…
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