
Para calificar las posibilidades de un equipo de fútbol suele acudirse a la manida frase que reza: Depende de sus propios resultados y no de los de otros equipos.
En el caso del ciclismo y más específicamente, en el tema Tour de Francia actual y en torno al ciclista colombiano Nairo Quintana, la frase sirve perfectamente para analizar el futuro del formidable campeón colombiano a partir de la etapa que se corre este domingo, hacia el temible e histórico Mont Ventoux con sus 21 kmts de paraje lunar, atmósfera asfixiante y que hace explotar organismos exigidos al máximo de sus revoluciones.
Quintana, coincidencialmente llega a la capitanía de su equipo ( Movistar), lo mismo que su compatriota Rigoberto Urán en Italia, el primero ante infortunado accidente mecánico de su líder Alejandro Valverde ( rotura de una rueda cuando no había carro acompañante cerca por la imposibilidad de tenerlos cuando hay abanicos) y el otro,, Bradley Wiggins por abandono ante enfermedad. En los dos casos, quedaba la parte decisiva de las dos grandes carreras y el antioqueño tuvo entonces libertad de movimientos y el equipo a su servicio y respaldo en todo momento y circunstancias. Lo mismo debe suceder con el boyacense.
Hasta el momento, Quintana (23 años, segunda temporada profesional en el World Tour, corriendo su primer Tour de Francia), ha hecho una innegable exhibición de progresos, madurez, condición física exuberante y solvencia impresionante- hasta para sus propios rivales – en las etapas de alta montaña vividas hasta ahora. En el momento de asumir la capitanía de su escuadra, está octavo en clasificación general a 5.18 del líder Froome y a 2.50 del segundo (Mollema), 2.33 de Contador (Tercero) y a 34 segundos de uno de los objetivos con los cuales tomo la salida hace 2 semanas en Córcega: La camiseta blanca de mejor joven que tiene el polaco Kwiatkoswki (Omega Pharma-Quick Step).
Lo que resta de carrera (incluido el Mont Ventoux este domingo ) , permite decir que muchas cosas están por suceder para el Tour, a cargo y cuenta de por lo menos los primeros 12 clasificados de la general , a pesar de la manera como Froome alcanzó y maneja su liderato, la serenidad con la que Contador respaldado por Kreuziger sigue luchando, la sorpresiva presencia de los holandeses Mollema y Ten Dam, el rendimiento del propio Nairo y las posibilidades aun latentes de Fuglsang, Kwiatkowski, Peraud, ‘Purito Rodríguez, Martin y Talansky .
Semana infernal
Nada está escrito ni asegurado si se mira con detenimiento lo que resta del Tour que excepción hecha de la última etapa, nos presenta este domingo y todos los días de la próxima semana, la montaña como máximo protagonista y juez único de la carrera, incluida la CRI del miércoles, con 32 kmts n que incluye 2 puertos de montaña (segunda categoría), cada uno de 8 kmts, en la cual no es una herejía augurar a Nairo la victoria en etapa que él y nosotros estamos esperando.
Tal vez como nunca antes en los últimos años, el Tour fue tan duro y montañoso en su última semana, a partir del martes próximo anotando que en lugar de una subida hacia el Alpe de Huez como casi siempre sucedió, esta vez hay que subirlo en dos oportunidades el próximo viernes y si algo quedara faltando, pues el sábado tendremos la penúltima etapa con llegada en PM fuera de categoría en el Seminoz, arriba de la paradisíaca Annecy.
Así las cosas, debemos aceptar y alegrarnos de que sea uno de los máximos aliados de Nairo Quintana -la montaña-, el que vaya a dictar sentencia definitiva e inapelable en este Tour de Francia. El hoy capitán del Movistar y sus rivales saben que dependerán mucho más de su propia capacidad que del trabajo de sus equipos. Esa es una realidad inocultable si miramos detenidamente cada una de las etapas que vienes a partir del martes.
Pareciera que Froome, Contador y Quintana sean los más poderosos escaladores de la docena mencionada anteriormente pero hay que fijarse en que los holandeses, ‘Purito’ y los mismos Peraud, Kwiatkowski, Talansky no han “mostrado su juego “mientras Martin ya ganó su etapa y eso le valió también el puesto que hoy ocupa (11 a 5.52). No podemos olvidarnos igualmente del poderío de Froome contra el reloj pero la del miércoles será bien diferente a la que ya se disputó la semana anterior, que fue una mesa de billar y aquí será a otro precio frente a Contador y Quintana y el mismo Mollema.
Hoy es imposible avizorar el día a día de lo que viene, la manera como cada protagonista se va a comportar, cómo responderá su condición física y mental, qué estrategia se va a utilizar. Lo que sí es seguro, es que cada uno de ellos acudirá a sus propios recursos, fondo, experiencia, conocimiento de sí mismo y de sus rivales , una vez la carretera se empine y los dirija hacia la gloria o al infierno, que es infortunadamente lo que suele suceder a los ciclistas en el espacio de los kilómetros de que consta cada puerto montañoso que deben transitar.
Nos preparamos de acuerdo a lo anterior, para vivir un final de Tour que para todo el mundo será apasionante, dramátic6, cargado de preguntas, cábalas, expectativas y para fortuna de nuestro ciclismo y del país deportivo, un joven boyacense figura en toda clase de análisis y pronósticos que se quieran o se puedan hacer, gracias a sus méritos, clase, determinación y marca que lo ha llevado a convertirse muy rápidamente en una de las grandes estrellas, ya no del tour de Francia sino del ciclismo mundial.
Y hoy más que nunca, en su corta trayectoria, acudirá precisamente a toda la condición natural que le acompaña para escalar las montañas de su país y del mundo, a fin de consagrarse como ya lo hizo hace 25 años otro compatriota suyo, Fabio Parra quien subió al tercer escalón del podio frente al obelisco donde comienza o termina una de las avenidas más famosas y hermosas del mundo, los Campos Elíseos.
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