
Nació un 26 de enero de 1987, solo tiene 26 años pero parece que llevará muchos más en el pelotón. Y es que Rigoberto Urán ya completa ocho temporadas en el viejo continente, desde 2006, cuando con 18 años hizo las maletas en su natal Urrao (Antioquia) para cumplir su sueño europeo, de convertirse en uno de los mejores pedalistas del mundo. Es ya mitad colombiano, mitad europeo, y ha sabido coger lo mejor de cada parte donde corre, mentalidad europea, ilusión colombiana.
En altiplano de Montasio dio un nuevo paso adelante en su carrera, su primera victoria en una vuelta de tres semanas. Subcampeón Olímpico en Londres, dos veces podio en Lombardía, mejor joven del Giro en 2012, siempre competitivo, en clásicas y vueltas, de una semana o de tres, y al servicio de sus líderes cuando así se lo piden. Se trata de un corredor con talento hecho a sí mismo. Siempre alegre y con una sonrisa. Ahora es tercero en el Giro.
Mucho ha vivido desde que dio sus primeras pedaladas en el Club Ciclista Urrao, en el departamento de Antioquia, en el suroeste colombiano, a 1.800 metros de altura.
La vida no se lo ha puesto fácil –perdió a su padre de manera trágica cuando solo tenía 14 años en 2001- pero él ha superado todos los obstáculos con determinación y ha salido adelante junto con su madre Aracely y su hermana Lucía. No tardó en destacar sobre la bicicleta y sus cualidades no pasaron desapercibidas y recibió ayuda de Indeportes Antioquia y pronto dio el salto a las categorías inferiores del Orgullo Paisa. En juveniles, coleccionó medallas y victorias, tanto en ruta como en pista. Su versatilidad no es casualidad; fue subcampeón nacional contrarreloj en 2007, solo superado por Santiago Botero.
De la mano de Giuseppe Acquadro, Urán aterrizó en Europa en el modesto Tenax en el año 2006. Y al año siguiente pasó al Unibet y con sólo 20 años maravilló y ganó una etapa del Tour de Suiza. Sin embargo, una escalofriante caída en el Tour de Alemania hizo temer por su carrera deportiva, se rompió los dos codos y una muñeca, y estuvo de baja seis meses. Pese a todo, Eusebio Unzué lo reclutó en 2008 para el Caisse d’Epargne y con los navarros siguió su progresión, después de sorprender de nuevo con sólo 21 años y ser segundo en la Volta a Catalunya y tercero en el Giro de Lombardía.
Fueron años en el que, como a menudo recuerda él mismo, prácticamente era el único colombiano que competía en Europa, después de los años dorados de Lucho Herrera y Fabio Parra y tras recoger el testigo de Santiago Botero y Víctor Hugo Peña. Él abrió el camino y después han llegado Sergio Luis Henao, Carlos Betancur, Nairo Quintana entre otros. Vivió en Pamplona, ahora ha establecido su residencia en Mónaco y en Italia tendrá siempre su segunda patria y su segunda familia. Por ello, habla italiano e inglés, un colombiano del siglo XXI, de carácter y mentalidad y como ciclista. Escalador y rápido, clasicómano y regular.
Y en 2011 dio el salto al Team Sky con el que no ha parado de crecer. Su último paso fue ayer en Montasio. Desde luego le quedan muchos más por dar. El año pasado Urán rompió su sequía de victorias y venció en una etapa de la Volta a Catalunya y el Giro Piemonte; además consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres, fue tercero en Lombardía, quinto en la Volta a Catalunya y séptimo en el Giro de Italia –mejor joven.
Este 2013 acompañó a Froome en la Tirreno-Adriático y a Wiggins en Catalunya y en las Ardenas no estuvo al nivel que él esperaba. En el Giro, por el contrario, se ha mostrado en una gran forma, ganó la crono por equipos con el Sky, fue cuarto en Serra Bruno, siempre pendiente de Wiggins, de hecho sacrificó sus opciones en Pescara cuando era segundo y aspiraba a la maglia rosa y se quedó atrás con su líder para perder 1 minuto, 33 segundos. Tiene todavía una larga trayectoria deportiva por delante y lo mejor para él y el ciclismo colombiano debe estar por llegar. El Giro es solo un punto y seguido.
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