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02.01.12/ 6:50 PM

Exactamente el 2 de Enero de 1997, mediante un corto comunicado de prensa que él mismo leyó ante una multitud de periodistas, Miguel Induráin anunció el fin de su extraordinaria carrera deportiva que le había convertido en el más grande de los ciclistas españoles y en el mejor del mundo después de una fulgurante carrera para la que necesitó diez años de esfuerzo y superación.

Lanzado a la fama en 1986 con su victoria en el Tour del Avenir, el gigante de Navarra siguió una meteórica carrera que le llevaría a ganarse 5 veces el Tour de Francia, 2 el Giro de Italia, un título mundial CRI en Colombia-95 y una medalla olímpica de Oro en Atlanta-96, además del récord mundial de la hora  (53,040 Kms) que logró en 1994 en el velódromo de Bordeaux en Francia ,  entre otras tantas victorias y actuaciones memorables que le permitieron ser considerado el mejor ciclista del mundo por espacio de una década de oro para el ciclismo.

Induráin hizo toda su carrera deportiva de la mano del “dúo dinámico” español integrado por José Miguel Echavarri y Eusebio Unsué quienes consiguieron moldear la carrera y la forma de quien no parecía estar destinado a ser el campeón que fue por su morfología, la que finalmente se convirtió en su principal aliada.

Imbatible contra el reloj, extremadamente hábil y resistente en la escalada, acróbata de los descensos y dueño de una frialdad absoluta en los momentos más críticos, Miguel impuso su personalidad y sencillez no solo en el lote sino afuera, ganándose el respeto, cariño y admiración de sus rivales y  el de millones de seguidores en todo el mundo.

Curiosamente, Induráin nunca pudo ganar la Vuelta de su país y más bien fue esta la que sirvió para despedirle de la alta competencia en 1996 cuando puso pie a tierra en la etapa que conducía a Lagos de Covadonga, el 20 de Septiembre y al pasar por Cangas De Onís, el chico bueno de Banesto decidió no seguir en carrera y  dirigirse al hotel que se encontraba allí, para no regresar nunca más a una carrera de gran calibre y más bien al año siguiente redactar el comunicado que hace 15 años se retumbó por el mundo.

Con Miguel Induráin terminó toda una época no solo para el ciclismo español sino mundial. Se encargó de llenar todos los espacios del ciclismo en las competencias y fuera de ellas, convirtiéndose en el punto de atracción no solo deportivo sino publicitario y mediático en cualquier lugar del mundo por su calidad deportiva y humana.

El nombre de Induráin estuvo ligado al ciclismo colombiano por el hecho de haber contado en su equipo con compañeros como Omar Hernández, Abelardo Rondón y William Palacios, además de haber ganado la medalla de oro en la CRE en el mundial de Tunja (Boyacá -95) y por el intento fallido que hizo en  el Velódromo de Bogotá ese mismo año para mejorar el record mundial de la hora.

Tal vez hoy, 15 años después aún se sienta el vacío dejado por este inigualable campeón, al cual han sucedido otros grandes ruteros de su país y del mundo como Lance Armstrong a nivel mundial y Alberto Contador en su país pero ninguno ha sido capaz de igualar la clase y bonhomía de Induráin quien luego de abandonar su carrera deportiva ha seguido siendo una figura infaltable como invitado a los más importantes eventos deportivos y ciclísticos del mundo y pretendido por los medios de comunicación como comentarista del deporte en el que dejó una huella imborrable que muchos se han propuesto seguir y en el cual quedará siempre para la historia, escrito su nombre con letras de oro: MIGUEL INDURAIN.