
Este domingo 21 de septiembre, como es habitual desde 1927, los más grandes del ciclismo universal se dan cita en la ciudad española de Ponferrada, capital y ciudad más poblada de El Bierzo, localidad del noroeste español, con un sólo un objetivo: portar la ‘maglia’ blanca con el mítico arcoíris en su centro, que identifica aquel pedalista que no tiene rival y por lo cual se le designa Campeón del Mundo.
Una camiseta que tiene tanta historia como el mismo ciclismo. La famosa prenda blanca con el multicolor atravesando el pecho del atleta, o héroe que logra vestirla durante un año, es una de las proezas deportivas más anheladas por cualquiera que desee inmortalizarse en la historia de este deporte, uno de los pioneros de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna en Atenas 1896.
Sus franjas azul, roja, negra, amarilla y verde, sobre fondo blanco, son los colores oficiales de la Unión Ciclista Internacional (UCI). Los cuales fueron tomados del máximo rector del deporte en el planeta, el Comité Olímpico Internacional (COI), y su símbolo, los anillos, identifican a los 5 continentes y la variedad de razas que existen en el mundo.
En 1921, en Copenhague, Dinamarca nació el certamen, al igual que la mayoría de los deportes, bajo los ideales utópicos del histórico Padre del Olimpismo, Pierre de Cubertin. Se realizaba el Mundial bajo la idea del ‘amateurismo’, es decir, no permitir la participación de aquellos que recibían alguna retribución por sus servicios. Situación que en este mundo comercial no duró. El certamen permitió la entrada a profesionales del ciclismo en 1927 en el circuito de Núremberg, Alemania, que tuvo como ganador al mito italiano de Alfredo Brinda.
De la misma manera, al igual que la evolución de los conceptos culturales, sociales, económicos y políticos de la sociedad, el deporte se mantuvo pendiente. Al llegar 1958, la mujer, históricamente marginada de múltiples actividades y derechos, pudo hacer su incursión por primera vez en el Campeonato, y –de paso–, se creó una categoría que se mantiene hasta la actualidad.
Impuesta esta tradición, fueron pasando los años, torneo tras torneo, y la producción de ‘maglias’ blancas se convirtió en una industria de campeones, hasta el momento en 80 ocasiones, las cuales se volvieron ininterrumpidas después de la segunda guerra mundial (1939–1945). Zúrich, la capital de Suiza, fue la encargada del reinicio en 1946.
En ese gran número de ganadores se destacan ciclistas que, al menos, una vez han sentido el placer de ser soberano universal, y otros, su calidad los ha llevado a ser varias veces monarcas universales, como el pionero Alfredo Brinda (Italia) vencedor tres años consecutivos (1927, 1928, 1929), los belgas Rik Van Steenbergen (1949, 1956, 1957) y Eddie Merckx (1967, 1971, 1974) o el español Óscar Freire (1999, 2001, 2004), claro, hablando de gran fondo en carretera.
Así mismo, en la prueba de la contrarreloj individual ha sobresalido con toda autoridad el suizo Fabián Cancellara, ganador cuatro veces de esta modalidad (2006, 2007, 2009, 2010). Reinado seriamente amenazado por el alemán Tony Martin, quien empezó su seguidilla en 2011 y este año va decidido a igualar el registro del helvético.
Todas estas leyendas han dejado un precedente imposible de borrar en las grandes competencias, sin embargo, en la actualidad hay muchos otros favoritos para ganar el Mundial en esta pequeña ciudad española (Ponferrada), que en su calidad de anfitriona disfrutará y tendrá el privilegio de mostrar al planeta el más importante certamen anual del ciclismo.
Para esta edición 81, aparecen grandes baluartes. Se muestran como grandes candidatos Vincenzo Nibali (Italia), Chris Froome (Gran Bretaña), Alejandro Valverde (España), Mark Cavendish (Inglaterra) Rigoberto Urán (Colombia), Peter Sagan (Eslovaquia) o el vigente campeón, el portugués Rui Costa, en el gran fondo en carretera, la prueba encargada de cerrar esta cita universal el 28 de septiembre.
Tener el honor de vestirse de blanco no es fácil, por lo que la gloria y deseos se mantienen intactos. Este certamen, tiene ese condimento extra que motiva a cualquier atleta, sea de la modalidad que sea, a levantar los brazos, no por un triunfo personal, sino por una victoria que involucra a toda una nación, la suya. El arco iris, de nuevo estará vacante pero no por mucho tiempo, el próximo domingo, se empezarán a conocer los nuevos o vigentes dueños.
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