Era el mes de diciembre de 2010 y se celebraban las fiestas de Umbita, exótico municipio boyacense. En el jolgorio estaba Hernando Bohórquez, un joven ciclista nacido allí mismo y quien preparaba viaje unos días después a Bogotá, para vivir en la capital y hacer parte del equipo Elegant House, dirigido por José Castelblanco, gran campeón del ciclismo colombiano y también oriundo del municipio del cual es orgullo.
Bohórquez se encontraba en compañía de un amigo, se alejó del parque principal de su pueblo a revisar los carros de algunos conocidos y familiares llegados de Bogotá para las fiestas y al regresar, fue agredido por un sujeto que le propinó tres puñaladas por la espalda, una de las cuales estuvo a punto de costarle la vida: Pulmón izquierdo perforado.
Gracias a una pronta atención en el hospital de Umbita y la remisión inmediata a Garagoa -donde fue operado-, Hernando Bohórquez se encuentra hoy en Slenaken (Holanda), dispuesto a correr el Campeonato Mundial de ciclismo para los jóvenes ciclistas del mundo que tienen como él, menos de 23 años.
El mismo Bohórquez, afirma que fue gracias al médico que lo atendió en Garagoa, como pudo recuperarse de las heridas que pudieron costarle la vida o por lo menos, su carrera deportiva. Cuando se habla con este chico, aún es posible encontrar la humildad, sabiduría y espontaneidad propia de los hombres y mujeres de la campiña boyacense .
Cosido para vivir y ganar
Para Bohórquez, no fue una operación lo que le salvó la vida sino que: “Me cosieron el pulmón de la manera adecuada y eso me permitió volver a montar en bicicleta después casi tres meses, primero en forma muy lenta pues casi no podía ni caminar sin fatigarme pero luego todo volvió a la normalidad”.
Sus 1,75 centímetros de estatura y los 68 kilos de peso que monta encima de su bicicleta, le han permitido descollar rápidamente su categoría: estuvo a punto de ganar la Vuelta de la Juventud de este 2012, pero un daño mecánico se lo impidió, lo que no fue óbice para que ganara brillantemente la etapa CRI y también la última, con la escalada a Manizales, a donde llegó solitario luego de una demostración de antología.
Según el propio Hernando: “Nuestro entrenador José Castelblanco nos hizo una preparación tan dura para la Vuelta de la juventud, que finalmente descansamos más bien fue en la propia carrera. Me dolió mucho haber perdido la Vuelta porque quería brindársela a Don José y a Don Carlos Sosa, el patrocinador de nuestro equipo pero igualmente aprendí que en el ciclismo influyen muchos factores para ganar o perder una carrera”.
Lo único cierto es que esta aquí en Holanda, haciendo parte de la selección colombiana que correrá el mundial, que compite el próximo lunes y que hace realidad el sueño de cualquier ciclista. Al respecto, dice con toda naturalidad que: “Estamos como reyes por el tratamiento que nos han dado. Nada nos falta porque toda la logística y organización del equipo Colombia-Coldeportes está aquí con nosotros en la parte mecánica, nos han alojado en un gran hotel y tenemos los cuidados de masajistas y mecánicos profesionales, además de los entrenadores Jenaro Leguízamo y Oscar Pellicioli”.
Revista Mundo Ciclístico: ¿Qué opinión tiene del recorrido de la prueba CRI del lunes?
Hernando Bohórquez: Sera una carrera muy rápida, de alta velocidad, donde habrá que usar altas multiplicaciones. Realmente me gusta correr esta prueba, siempre me va bien y mejor si tiene algo de columpios o un pedazo hacia arriba, pero igualmente habrá que afrontarla el lunes como todos los demás. No es que haya entrenado mucho de manera específica pues centramos nuestra preparación en el fondo de la ruta para el Clásico RCN-Claro, pero confío en hacer una buena demostración para confirmar que el ciclismo colombiano tiene jóvenes con la clase necesaria para seguir figurando en esta especialidad tan difícil”.
RMC: ¿Dónde tiene mayores ilusiones, en la CRI o en la prueba de ruta?
HB: Más en la ruta por razones obvias: mejor preparación, mayores oportunidades, más tiempo de carrera y la posibilidad de exponer en mejor forma nuestra condición individual y colectiva.
RMC: ¿Cómo se siente con la camiseta de Colombia?
HB: Orgulloso. Creo que es la retribución a todo lo que me ha pasado y a los logros que hasta ahora tengo. Es igualmente la confianza que me ha dispensado el seleccionador nacional Jenaro Leguízamo y es la consecuencia del trabajo con José Castelblanco y al apoyo de Don Carlos Sosa en MUEBLES ELEGANT HOUSE, que es mi equipo en Colombia.
Así las cosas, aquí está un muchacho boyacense, salvado de morir por manos criminales y más bien, resucitado para grandes cosas. El chico que comenzó corriendo como ciclomontañista en las veredas de su pueblo y los municipios de su departamento de Boyacá, se encuentra listo para lucir por primera vez en su corta vida – y ojalá sean muchas más- la famosa camiseta blanca con el tricolor colombiano y se halla dispuesto a dejar hasta la última gota de energía en su primer compromiso de talla mundial. Sus abuelos y padre en Umbita, su madre en Tocancipá y sus amigos y compañeros de equipo en Bogotá, seguramente no le desean sino lo que un hombre como este se merece: Suerte y mucho éxito.
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