
Desde sus inicios en 1938 con los Juegos Bolivarianos en Bogotá, el posterior ciclo olímpico y más tarde con el comienzo de la Vuelta a Colombia en 1951 así como la disputa de sus primeros compromisos internacionales, el ciclismo colombiano fue poco a poco trazándose objetivos de mucho más nivel, alcance y prestigio, siendo uno de los primeros la Vuelta a México.
Nacida en 1948 y con una vida llena de vicisitudes que la han llevado a suspensiones, aplazamientos, cambios de nombre y conocida desde 1961 como la Vuelta Ciclística de la juventud de México, la carrera en territorio azteca se convirtió rápidamente en la más importante del continente americano y a ella asistía lo más granado del ciclismo amateur de Europa a nivel de selecciones e igualmente de este lado del mundo.
Colombia participó por primera vez en 1958 con un equipo comandado por el inolvidable Ramón Hoyos quien se clasificó como el mejor del escuadrón nacional, en la séptima casilla a 17 minutos del campeón Rafael Vaca. De este equipo hizo parte – curiosamente – el hombre que en 1967 habría de llevar la dirección técnica del equipo nacional: Francisco Luis Otálvaro.
Desde entonces, la Vuelta a México se convirtió en un auténtica obsesión para nuestro ciclismo y en la medida en que pasaron otras 4 participaciones (1960 con Rubén D. Gómez, subcampeón; 1961 otra vez con Rubén Darío en el séptimo lugar, 1963 con Cochise en el cuarto lugar y en 1964 con Cochise de nuevo, ahora en el segundo lugar a 11 segundos del campeón Porfirio Remigio), el giro mexicano paso a ser el “Tour de Francia “ de la época para el ciclismo nacional.
Un gran paso para Pachón, un salto gigante para el ciclismo colombiano
Después de 2 años de ausencia, y luego de una convocatoria y proceso de selección llevado a cabo en Fusagasugá Colombia aparece en la línea de partida de la edición número 14 de la Vuelta a México 1967 con un equipo integrado por Cochise Rodríguez y Asdrúbal Salazar (Antioquia) , Álvaro Pachón (Cundinamarca) , Pedro J. Sánchez (Tolima) , Severo Hernández (Santander) , Albeiro Mejía y la dirección de el “ mago” Francisco Luis Otálvaro de Antioquia
Fueron 14 etapas y 2.190 kilómetros con un día de descanso. Todo un viaje fantástico lleno de expectativas, emociones, triunfos parciales, angustias, accidentes y todo lo que el ciclismo contiene por el territorio mexicano, desde la salida en la capital el 4 de Noviembre hasta su regreso 2 semanas después al mismo lugar (Autódromo de la Magdalena Mixhuca).
Contra todo lo previsto y visto en las participaciones anteriores, esta vez el equipo colombiano se hizo dueño y señor de la carrera desde las primeras etapas y fue así como Cochise Rodríguez ya era líder en la tercera jornada y al día siguiente Álvaro Pachón lo reemplazó, asumiendo el comando de la carrera vestido con la camiseta blanca que no volvería a entregar.
La consiguió mediante una jugada estratégica de Otálvaro, quien ordenó a Pachón irse en una escapada tempranera mientras los principales rivales se quedaban al lado del líder Cochise Rodríguez, considerado el gran favorito para el título final.
La estrategia funcionó al pie de la letra, pero falló en torno al número de acompañantes de Pachón en la fuga: solamente uno (Adolfo Belmonte de México) y 150 kilómetros por recorrer entre Iguala y Toluca , lo que no impidió que el joven cundinamarqués llegar solitario a Toluca para endosarse un liderato que defendió hasta el final en la compañía de Martin, Severo, Pedro, Albeiro y Asdrúbal quienes aportaron sacrificio, generosidad, esfuerzo al máximo, además de seguridad y confianza al equipo para blindar el primer gran sueño del ciclismo colombiano: Ganar la Vuelta a México.
Lo lucharon en cada etapa, en cada kilómetro frente a rusos, italianos, belgas, polacos, holandeses (incluido Joop Zoetemelk y posteriormente campeón Olímpico en 1968 , ganador del Tour de Francia en 1980 y campeón mundial de ruta en 1985 ), además de los mejores ruteros de Argentina, Brasil, USA, Venezuela, Uruguay, etc., etc.
Cerraron con broche de oro aquella fabulosa página del ciclismo colombiano, ganando la última etapa con Severo Hernández en un espectacular embalaje en la pista del autódromo de la Magdalena donde había comenzado esta primera gran aventura coronada finalmente con el éxito que buscaron con tanto ahínco, sumando además el título de campeones por equipos y de la montaña.
Cuando regresaron a Bogotá, una semana después, la capital y el país les brindaron un recibimiento de héroes en carro de bomberos , que duró 4 horas desde el aeropuerto de el Dorado hasta el Hotel Tequendama y todos pasaron a la historia como los forjadores de la primer gran hazaña del ciclismo colombiano, convertida tal vez en el pilar sobre el cual comenzó a edificarse la historia con letras de oro que desde hace 50 años ellos mismos siguieron y sus sucesores han seguido escribiendo….
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