
Con el abandono de Sir Bradley Wiggins y de Ryder Hesjedal por problemas de salud -lo que demuestra una vez más que los grandes campeones no están blindados y que no son robots-, este Giro de Italia cambia fundamentalmente su perfil pues se trata de la deserción de dos de los tres grandes favoritos con los que partió la carrera, quedando solamente en el ring, el hoy líder Vincenzo Nibali.
Después de Nibali, la clasificación muestra ahora a Cadel Evans y a Rigoberto Urán en el podio parcial. El australiano había anunciado que venía a preparar el Tour pero que no se bajaría en la primera subida, lo cual ha cumplido cabalmente. El colombiano venia como un gregario de lujo de Wiggins y hoy esta convertido en el líder de su equipo con el enorme respaldo de su compatriota Sergio Luis Henao (11 de la general) y un extraordinario equipo que estará a su servicio.
A simple vista pareciera que las cosas se facilitarían para Nibali al desaparecer dos de sus más fieros rivales pero la lógica de la carrera indica más bien -y Nibali es el primero en reconocerlo- que ahora todo se complica más y la carrera quedó más abierta así él tenga una ventaja que parece confortable sobre Urán y los que siguen (más de dos minutos) pero estrecho sobre Evans (41 segundos).
Quienes están detrás de Nibali, han hecho una carrera conservadora y habían asistido a la distancia, especialmente Evans, Gesink y Scarponi a la lucha de Nibali con Wiggins y en algún esporádico momento con Hesjedal pero este es un grupo que ha estado al acecho y esperan pacientemente su momento para jugarse la carta decisiva.
Para Rigoberto Urán, el abandono de su jefe significa el comienzo de otro Giro bien distinto que el que estaba corriendo. Aunque las carreras por etapas hay que vivirlas día por día, sin mirar o lamentar lo que ya pasó, Urán sabe que tiene aquí la mejor oportunidad de su vida para consagrarse aún más y demostrar que es solo mediante un proceso bien llevado de crecimiento, aprendizaje, madurez física y mental como se llega a esta clase de posiciones y situaciones, que en este caso no son producto de lazar sino la consecuencia de este tipo de carreras.
El otro Giro para Rigoberto conlleva el despojarse del papel de gregario sumiso y atento a las órdenes y al accionar de su capitán, sino que asume más bien esa condición y responsabilidad en el liderato del poderoso Team Sky, y tiene toda la libertad y potestad para jugarse entero por el título de campeón o mantenerse en el podio que hoy ocupa temporalmente. La demostración que hizo con su victoria en Altopiano del Montasio, da cuenta de una gran condición física, de un estado ideal, de forma para abordar la semana crucial que comienza este sábado. Estamos al frente de un ciclista que después de 7 años en Europa tiene exacto conocimiento del oficio, de las carreras, los rivales, la estrategia y la técnica que son los cimientos sobre los cuales se edifica este tipo de triunfos.
Colectivamente tiene mucho más respaldo que Nibali y además contará con la posibilidad de que Evans, Gesink, Scarponi y Santambrogio (el Giro no debería salirse de estos nombres), también estarán al ataque y no será solo nuestro hombre el único interesado en saber hasta dónde tiene Nibali para llegar a Brescia con la camiseta rosada, emblema de la competencia.
El fantasma de la contrarreloj plana que nos ha costado en el Tour de Francia ser “bajados” del podio en dos oportunidades (Álvaro Mejía y Santiago Botero), no existe esta vez y más bien hay una oportunidad que es la Cronoescalada de 19 kilómetros en la etapa número 18 y 4 oportunidades más para tratar de avanzar hacia el sueño dorado que el mismo Urán acaricia y ante el cual no se oculta con un frase suya que demuestra seguridad, ambición y determinación: ¿Porque no intentar ganarlo?
Vamos a esperar con la confianza necesaria y el optimismo mesurado que nos tiene que acompañar, la actuación de Rigoberto Urán en la búsqueda de su mejor logro –después de la medalla de plata conseguida en la Olimpiada de Londres- y de paso el mejor logro de un ciclista colombiano en Italia. Todos sabemos de dónde viene, conocemos sus facultades deportivas y personales, sabemos de su lucha y creemos que todo esto debe tener un premio y un reconocimiento que justicieramente sería verlo coronar la ilusión y el de todo hombre cualquiera que se dedica al deporte en general y en particular a este rudo deporte del ciclismo: Estar en el podio y ojalá en el puesto del campeón. Buona fortuna, ragazzo.
You must be logged in to post a comment Login