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21.05.11/11:55 AM

Angelo Zomegnan, director del Giro de Italia, ha cargado en los micrófonos de la RAI contra las equipos y la Unión Ciclista Internacional (UCI) y ha criticado con dureza la suspensión de la subida y la bajada del Monte Crostis por una actitud que considera surge de la lucha de poder entre los mánagers deportivos y la UCI.

Destaca el trabajo a la sombra de varios dueños de equipos. "Algunos directores deportivos han tenido un comportamiento ambiguo, pero esto no es de extrañar ya que son ambiguos por naturaleza, es un modo de vida, y han provocado una emboscada a la Unión Ciclista Internacional que ha llevado a presidente del Jurado a no hacer un ascenso y descenso debido a "carente de seguridad". Lo cual no es cierto, y nosotros lo rechazamos, tanto es así que han humillado y han pasado por encima de la gran actitud de nuestros empleados en el Friuli-Venezia Giulia", asegura.

Zomegnan no entiende cómo han tomado esta decisión a última hora y censura a los mánagers de los equipos. "Sinceramente el ciclismo no merece estar en manos de estos mánagers de equipo y de esta UCI que no sabe manejar cualquier problema en el momento apropiado. El Giro de Italia se presentó el 23 de octubre, hemos hecho tres reuniones técnicas el 5 de mayo, el 17 de mayo y sucesivamente, y los problemas -si había alguno- se habían abordado: la elección de no subir al Crostis vino de aquellos directores deportivos a los que les gustar estar en un coche con aire acondicionado y la televisión, aunque no conducir en la carretera".

"El Crostis de ahora es un descenso con seguridad, un dormitorio: Hay colchonetas, redes … es el menos peligroso de todos los descensos", añade.  El director del Giro de Italia considera que el asunto es más profundo y que viene motivado por otras razones. "Creo que el problema es siempre el mismo, cuando se toman las decisiones fuera de la carretera, a 400 kilómetros de distancia, mas no esconde cuál es el verdadero problema. El enfrentamiento que tiene lugar entre 11 grupos deportivos y la UCI, ya que ambos quieren hacer el mismo negocio. La UCI quiere regular las reglas de los equipos deportivos, desea determinar el destino de los equipos, quiere ser un organizador, quiere controlar a los corredores a través de familiares, amigos, primos, sobrinos y niños, y en este juego los equipos no quieren seguir y han querido mostrar su poder", destaca.

"Así que cada pequeño obstáculo se convierte en el pretexto para la puesta en escena del propio drama perjudicial para el ciclismo. El año pasado el Tour que hemos vivido problemas con las retransmisiones, un problema mínimo en estas luchas de poder. Como yo no pretendo ser tan estúpido como para caer en este juego, sólo decir que por un lado veo cobardes y del otro incapaces", apostilla.

Por último, hace un llamamiento a todos aquellos aficionados que soñaban con un Crostis-Zoncolan y que han trabajo en ello: "Yo siento que tengo que pedirle algo a la gente de Friuli: dar vuelta la página, no guardar rencor y odio hacia la caravana del Giro, que es la víctima de una guerra tonta, y darlo todo en el Zoncolan para animar a los corredores que son nuestro inestimable patrimonio. Desafortunadamente no podemos decir lo mismo de sus dirigentes".