
Su padre (Davis Phinney) fue un gran campeón del ciclismo norteamericano en los años 80 y uno de los pioneros de su país en el ciclismo europeo con el inolvidable equipo 7-eleven. Su mamá (Connie Carpenter) igualmente fue una gran campeona del patinaje y posteriormente del ciclismo y por lo tanto, el producto de esa unión no podía ser distinto, ni escoger otro camino diferente al de sus padres: ciclista y nacido para ganar.
En efecto, Taylor Phinney ha sido ciclista desde la cuna. En su natal Boulder, en el estado del Colorado el ciclismo es cultura y religión. Seguramente Taylor se crio entre bicicletas, caramañolas, camisetas, pantalonetas, zapatillas y entrenamientos, carreras, etc, que es lo que rodea el ambiente familiar de quien o quienes se dedican a este deporte.
Hoy, papa Davis soporta con estoicismo un Parkinson que no ha logrado derrotarle y mama Connie le acompaña con toda solicitud y fidelidad. Los dos, siguen de cerca o de lejos la carrera deportiva de su hijo, que se ha convertido poco a poco en una estrella mundial, a pesar de sus escasos 22 años (Nació el 27 de junio de 1990).Tiene 1.90 mts de estatura y pesa 82 kilos.
Comenzó a correr en el Team Slipstream, cuando cumplió sus 15 añitos, logrando cerca de 30 victorias y desde entonces demostró una solvencia especial para competir en la pista y en la ruta simultáneamente, en las pruebas cronometradas: Kilometro Contra Reloj, 4.000 Metros Persecución Individual y por Equipos, además de la Contra Reloj Individual en la ruta. Eso es lo que le ha permitido desde 2007 hasta la fecha, subirse a los podios de todos los campeonatos americanos y mundiales a recibir medallas de varios colores, pero con el oro como color dominante y también a recibir camisetas de líder o de ganador de etapas en grandes compromisos ruteros:
— Campeón Mundial Junior Contra reloj en 2007, Campeón Americano de la Persecución Individual
— Campeón Mundial Junior de la Persecución, Campeón Americano de los 4000 más por equipos e individual
— Campeón Mundial de la Persecución Individual en 2009 y 2010
— Campeón Mundial Sub-23 de la CRI en 2009
— Muy rápidamente llego a los juegos Olímpicos en 2008 y fue séptimo en los 4.000
— En los Juegos Olímpicos de Londres viene de ser cuarto de la CRI y cuarto de la prueba de ruta
— En el Giro de Italia este año ganó el prólogo como en muchas otras carreras y ahora está cerrándolo con dos medallas de plata en los mundiales de Holanda: CRE con el BMC y CRI siendo derrotado por solo 5 segundos frente al alemán Tony Martin luego de una batalla colosal.
El anterior resumen de su corta, pero ya brillante carrera deportiva lo muestra como un talento natural para este deporte, con un futuro insospechado y destinado a engrosar la lista de una nueva generación mundial de ciclistas, provenientes de la pista o del MTB, convertidos a la ruta pero sin perder sus habilidades iniciales y más bien perfeccionándolas técnica y físicamente para adaptarse a los grandes esfuerzos que demanda la ruta.
En julio de 2010, Lance Armstrong anunció que Taylor Phinney hacía parte de su equipo en calidad de becario, pero meses más tarde (septiembre), Phinney entra a hacer parte del equipo BMC-Racing para la temporada 2011 al lado de grandes estrellas del pedal como: el australiano Cadel Evans, el italiano Alessandro Ballan, el belga Philippe Gilbert y su compatriota George Hincapie entre otros, y finalmente en 2012, el joven talento aparece ya en su primera grande- Giro de Italia- poniéndose de una vez la camiseta rosada que identifica al líder, anunciando la llegada de una nueva generación encabezada por él y a la que pertenecen también Peter Sagan, Sergio Luis Henao, Nairo Quintana, etc, etc. Bienvenidos…

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