Editorial
En los Juegos Panamericanos Cali-71, el ‘Dream Team’ de Cochise-Pachón-Niño-Samacá pierde los 100 Km con Cuba
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Hace 3 añosel
La fiesta de los Juegos Panamericanos se vivía en todo su esplendor en la ciudad de Cali y la segunda semana habría de iniciarse con el deporte tal vez más esperado y que despertaba mayor alborozo: El Ciclismo, era entonces la época dorada del gran Martín ‘Cochise’ Rodríguez y sus rivales Álvaro Pachón, Rafael Niño, Miguel Samacá, Luis H. Díaz, Pedro J. Sánchez, Carlos Montoya, Escobita Morales, etc. Para el compromiso panamericano de la ruta en los 100 kilómetros y en la prueba de gran fondo en carretera el seleccionador nacional Ricardo “Pinta Zea” convocó lo mejor de esa generación ciclística.
Y claro está, para la prueba de los 100 kilómetros contrarreloj por equipos, conformó lo que hoy sería denominado el “DREAM TEAM” O EL EQUIPO SOÑADO, con los 4 más grandes ciclistas del momento y de la época. Cuatro gigantes de la ruta que deberían enfrentar lo mejor del continente: Martín ‘Cochise’ Rodríguez, Álvaro Pachón Morales, Rafael Antonio Niño y Miguel Samacá Hernández.
La prueba se había corrido por primera vez en el programa de los Juegos Panamericanos 4 años atrás en Winnipeg donde Argentina, México y Colombia reclamaron las medallas de oro, plata y bronce. Colombia había formado con Martín ‘Cochise’ Rodríguez, Álvaro Pachón, Carlos Montoya y Severo Hernández.
Hoy es posible pensar que en aquel momento ese cuarteto era considerado como invencible, el país deportivo solo aguardaba el final de la carrera para verlos subir al podio por la medalla de oro, pero el viernes 6 de Agosto de 1971 al filo de un ardiente mediodía caleño, ese mismo país y el continente vieron subir por esa presea, para sorpresa de todos, 4 ciclistas de Cuba que hasta entonces no parecía tener la mas mínima opción de obtener una de las medallas en juego frente a las potencias tradicionales, Colombia, Argentina, México, Estados Unidos.
Pero no fue así y aunque el equipo colombiano ganaba la carrera en los 70 kilómetros iniciales, en los últimos kilómetros perdió a su hombre clave (Cochise Rodríguez), entonces Pachón, Samacá y Niño cedieron terreno y el equipo colombiano finalmente debió contentarse con subir al podio por la medalla de plata mientras Argentina se mantenía en el podio continental pero esta vez en el tercer cajón del podio mientras México, Canadá y USA ocuparon los puestos subsiguientes.
El conjunto cubano se alineó con Gilberto Albello, Aldo Arencibia, Roberto Menéndez y Pedro Rodríguez ganado por 38 segundos a Colombia, mientras los argentinos compitieron con Breppe y Álvarez -repitentes de Winnipeg- además de los nuevos Dalleves y Lujan, perdiendo por 4 minutos y 46 segundos con los flamantes vencedores.
La sorpresiva derrota del fabuloso equipo colombiano y la victoria del conjunto cubano fueron de tal proporción que diarios como EL TIEMPO en su página editorial se ocupó del asunto preguntado por las causas de la derrota, ante la incredulidad de millones de compatriotas que tal vez comenzaron el duro aprendizaje en cuanto a no asignar títulos y medallas mientras no se haya competido.
De esta manera comenzó el programa ciclístico de los Juegos Panamericanos en Cali-71 y quedaba como consuelo el saber que en la pista del velódromo se podría sonreír y también en la prueba de gran fondo en ruta, pero todo estaba por verse.
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Editorial
Las Escapadas de Héctor Urrego: Ciclismo a largo plazo
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Hace 3 añosel
12 enero, 2022Por
Redacción RMCPor: Héctor Urrego C.
La contratación por espacios de cinco y hasta seis años firmada por tres genuinos representantes de la generación denominada la de los “Baby Ciclistas”, tiene que mirarse con beneficio de inventario para todos los involucrados, no solo en cuanto a los ciclistas y sus equipos sino mucho más ampliamente para el movimiento del ciclismo internacional.
En efecto, la contratación de Egan Bernal (hasta 2026 por parte del Ineos Grenadiers), Tadej Pogacar (hasta 2027 en el UAE) y Remco Evenepoel (hasta el 2026 con el Quick Step-Alphavinyl) ponen de presente la excelente salud de que goza el ciclismo en su máxima expresión (World Tour), al proyectarse y asegurar su permanencia para los próximos 5 y 6 años respectivamente, demostrando además una envidiable solidez estructural, músculo financiero suficiente, determinación a toda prueba para seguir a pesar de las dificultades y ante todo, una formidable credibilidad hacia el ciclismo por parte de las empresas que patrocinan estos equipos.
Al reclutar de esta manera a verdaderos «monstruos» de la actualidad y del futuro, estos escuadrones están poniendo a buen recaudo, para sus intereses, los mejores años y el máximo rendimiento -que aún es posible esperar dada su juventud- por parte de estos talentos, agregando la convicción de que estarán siempre como protagonistas en las carreras donde participen.
Seguramente hay otros grandes escuadrones en las siguientes categorías del ciclismo que pueden operar de la misma manera – en proporción a su estructura, país al que pertenecen, patrocinadores , etc.- como el JUMBO VISMA, MOVISTAR, GROUPAMA-FDJ, ALPECIN, DRONE HOPER -ANDRONI, BORA-HANSGROHE, lo que no hace sino reflejar a futuro el beneficio común para la UCI, organizadores, ciclistas, patrocinadores, fabricantes de bicicletas y componentes , manejadores, agentes, entrenadores y staff técnico en general, medios de comunicación y público que tienen asegurado el espectáculo del ciclismo.
Como parte de ese beneficio, hay que referirse a las inversiones gigantes que los mismos equipos hacen en infraestructura, ciencia y tecnología al servicio del ciclista, lo que acaba de suceder con el Jumbo-Visma que ha inaugurado recientemente una fabulosa sede diseñada y construida exclusivamente pensando en un equipo de ciclismo, con los requerimientos necesarios en todas los aspectos y exigencias de un deporte cada vez mas avanzado, moderno y en plena progresión en todos los aspectos que lo integran.
Por todo lo anterior, hay que saludar y congratularse con el futuro del ciclismo puesto que la visión y proyección a largo plazo de los equipos aquí mencionados servirán de ejemplo, estímulo y aliciente al resto del conglomerado para seguir la huella de quienes marcan la pauta a seguir en el grupo de equipos de ciclismo a cualquier nivel, lo que indudablemente sirve para iniciar mirando este quinquenio – por lo menos-, con seguridad y optimismo, confiando en que la pandemia va a permitir el normal desarrollo de esta temporada y de las que vienen. Así sea.
Editorial
PERSIGUIENDO LA GLORIA: 50 años del título mundial de Martín Emilio Cochise Rodríguez
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Hace 3 añosel
27 agosto, 2021La noche del 27 de Agosto de 1971 en Varese -un pueblito italiano fronterizo con Suiza- con motivo de los Campeonatos Mundiales de Ciclismo en Pista se escribió la primera página de la gran historia del deporte colombiano a nivel mundial. El protagonista principal fue el entonces rey del ciclismo colombiano y continental, un antioqueño de nombre Martín Emilio Rodríguez y apodado “Cochise” por su propia decisión.
La hazaña se realizó en el Velódromo Luigi Ganna de Varese, sede de la cita orbital de pista (descubierto, piso de cemento y de 455 metros de longitud) mientras el mundial de ruta tendría lugar en Mendrisio (Suiza). El reloj marcaba las 9:30 de la mañana cuando fueron llamados a la pista los hombres que disputarán el título de campeón mundial de los 4.000 metros persecución individual: Martín Emilio Rodríguez de Colombia y Joseph Fuchs de Suiza.
No era la primera vez que Cochise se paraba en la meta o en la contra meta de un velódromo. Ya habían transcurrido diez años rodando en las pistas nacionales e internacionales desde 1962, acumulando títulos y medallas, batiendo marcas, logrando satisfacciones y decepciones, siendo aplaudido y vilipendiado, según el resultado de turno.
Dotado por la naturaleza con un físico y condiciones excepcionales tanto para la ruta como para la pista, muy rápidamente emergió en una especialidad que habría de convertirse en la que debía conducirlo a consagración y a la idolatría de millones de colombianos: La persecución sobre cuatro kilómetros.
Se había titulado campeón bolivariano en Quito 1965 y Maracaibo 1970, centroamericano en Kingston 1962, Puerto Rico 1966, Panamá 1970, americano en Medellín 1969, Panamericano en Winnipeg 1967 en la que fue la única medalla de oro de toda la delegación colombiana y en Cali 1971. También había competido en las olimpiadas de Tokio 1964 y México 1968 y era el dueño del récord amateur de la hora en pista (México 1970). Su nombre figuraba además en las selecciones nacionales para los mundiales de San Sebastián 1965, Frankfurt 1966, Montevideo 1968, Brno 1969 y Leicester 1970 en los que siempre le fue esquiva la gloria que venía persiguiendo.
Cochise persigue la gloria mundial
Soplaba una fresca brisa esa noche. La lluvia había obligado a un aplazamiento de 24 horas para la esperada final. El portentoso especialista colombiano finalmente estaba en el lugar que se había convertido en su obsesión y la del país deportivo por espacio de una década.
Venía de hacer 15 días atrás el mejor tiempo a nivel mundial de la temporada (4:45:38) en la pista de Cali con motivo de los Juegos Panamericanos, consiguiendo la medalla de oro en la persecución individual y por equipos, motivo por el cual viajaron también a ese mundial y se encontraban en la tribuna del velódromo de Varese sus compañeros de batalla en las pistas: Jaime Galeano, José Ramón Garcés y Jorge Hernández, más los ruteros Álvaro Pachón, Miguel Samacá y Rafael Niño quienes enfrentarían el gran fondo en Mendrisio.
Luis H. Díaz, segunda carta nacional para los 4000 metros persecución individual, ya había competido sin alcanzar uno de los ocho mejores tiempos para pasar a la segunda ronda, pero se quedó en el box colombiano para apoyar moralmente a Cochise. También hacían presencia su entrenador, el italiano Claudio Costa y el mecánico Óscar Moreno, que había preparado meticulosamente la bicicleta italiana marca Benotto.
Ricardo Soto mas conocido como “Pepo” el fiel fisioterapeuta y guardaespaldas de Cochise, había masajeado una hora antes la musculatura de las poderosos piernas que habrían de empujar un plato de 51 dientes y el piñón de 15, mientras el médico William Jiménez (QEPD) alegraba la tensa espera tocando su guitarra.
En otro sector de la pista, quien escribe estas líneas se “graduaba” nerviosamente como comentarista de radio en la tribuna de prensa. En ese entonces me encontraba de paso hacia Roma para adelantar estudios en la Scuola Centrale dello Sport, pero me sumé a la delegación nacional colaborando incluso con la entrada al velódromo de ruedas y elementos para la competencia de Cochise y el equipo nacional del que había hecho parte solo tres años antes en la olimpiada de México 1968.
Entre el grupo de periodistas que acompañaban la delegación estaban también Carlos Alberta Rueda, quien aprovechó el aplazamiento y consiguió la señal televisiva en vivo para RCN TV, en tanto que RCN Radio transmitió en Colombia por medio de esa señal con los comentarios de Julio Arrastía. Preparaba yo también para EL TIEMPO, la crónica de aquel histórico suceso por encargo de Humberto Jaimes Cañarete, el inolvidable director de la sección deportiva del diario que entonces tenía su sede en el emblemático edificio la Avenida Jiménez.
Martin Emilio, dueño de una tranquilidad absoluta, llegó a su puesto en la meta frente a la tribuna principal luego de dar un par de vueltas de calentamiento al velódromo, mientras en la contra meta se ubicaba el suizo Fuchs, reemplazante del también helvético, Xavier Kurman, quien no defendió el título de campeón alcanzado el año anterior en Leicester.
Para conseguir su puesto en la final, Martín derrotó consecutivamente al polaco Mirlan Purzla, al ruso Alexander Bikov y al polaco Jerzy Glowacki mientras Fuchs se convirtió en finalista a expensas del favorito italiano, Giacomo Bazán, a quien derrotó en semifinales.
Los grandes campeones de todos los deportes siempre han señalado y recordado de sus carreras deportivas el “momento cero”, el “ahora o nunca” o también el “todo o nada” y eso también aplicó para Cochise quien una vez oyó el pistoletazo inicial se apoderó de la prueba obteniendo tres segundos de ventaja en el primer kilómetro, aumentó el margen a cuatro y medio segundos en los dos mil metros y en crescendo incontenible finalizó con un registro de 4 minutos 53 segundos y 98 centésimas para coronarse Campeón Mundial de los 4000 metros persecución individual, en aquella inolvidable noche italiana y tarde llena de orgullo y emoción en toda Colombia.
Editorial
Las Escapadas de Héctor Urrego: 50 AÑOS DE HISTORIA
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Hace 3 añosel
27 agosto, 2021La historia suele enseñarnos que en la vida de los hombres y de las naciones han existido, existen y seguirán existiendo fechas especiales que de una u otra manera marcan el pasado, presente y futuro de acuerdo a los acontecimientos que esa misma vida nos presenta.
El deporte es una de las actividades mas representativas de quienes habitamos este planeta y goza de un inconmensurable espacio en la historia de mujeres, hombres, naciones y continentes que por múltiples razones tienen en sus calendarios recuerdos y motivos de orgullo y alegría, pero también de tristeza y decepción según el acontecimiento para celebrar o recordar.
En la historia de Colombia y de uno de sus deportes insignia (EL CICLISMO), no cuesta demasiado esfuerzo encontrar fechas y sucesos inolvidables, extraordinarios y hasta irrepetibles: La primera Vuelta a Colombia (1951), el primer Clásico RCN (1961), la primera gran victoria internacional Vuelta a México (1967) el Tour del Avenir (1980) y así sucesivamente hasta llegar a la época moderna con la primera gran victoria alcanzada en cada una de las tres mas grandes carreras del mundo: la Vuelta a España1987, el Giro de Italia 2014 y el Tour de Francia 2019.
En este desfile interminable de logros y hazañas, hay uno que celebra hoy 50 años de gloriosa existencia y que tiene un significado especial por lo que representó el 27 de agosto de 1971: COCHISE RODRIGUEZ CAMPEON MUNDIAL.
Aquella noche del verano europeo, el velódromo de un pueblito enclavado en la frontera ítalo-suiza (VARESE) se convirtió en el escenario donde el entonces intrépido ciclista antioqueño Martin Emilio Rodríguez apodado “Cochise” por su propia decisión se consagró Campeón mundial de los 4.000 metros persecución individual, su prueba favorita y obsesión de la Colombia deportiva de aquella época.
Esa misma Colombia que por espacio de diez años –desde Kingston- 62 hasta Varese 71, pasando por las Olimpiadas de Tokio 64 y México 68, los mundiales de San Sebastián, Frankfurt, Montevideo, Brno, Leicester, el récord de la hora en México-70 mas los Panamericanos de Winnipeg y Cali, Bolivarianos, Centroamericanos y Americanos, estuvo acompañando a su ídolo deportivo en la persecución de la gloria por toda clase de pistas y eventos, de los cuales salía unas veces aplaudido y otras vilipendiado pero es que ese es el precio de la gloria.
Pero finalmente Cochise llegó a la raya de partida en la meta principal de la pista descubierta en cemento de 445 metros del Velódromo varesino para disputar la final de “su” prueba favorita frente a quien estaba en la contra meta, el suizo Joseph Fuchs y desde el pistoletazo inicial se apoderó de la camiseta Arco Iris que con tanto anhelo había buscado, consiguiendo el PRIMER CAMPEONATO MUNDIAL no solo del ciclismo sino del deporte colombiano y, entonces con ello, ese mismo país aprendió que sí era posible para los ciclistas y deportistas colombianos vencer a los mejores del mundo por lejos que estuviesen como lo ha venido demostrando la historia desde aquella noche de Agosto 1971 hasta hoy.
Los Graduados
Al celebrar y recordar lo que este hombre alcanzó hace 50 años, escribiendo estas letras no puedo menos que sentirme un privilegiado al haber sido inicialmente seguidor de sus hazañas y luego fugaz compañero -como el modesto ciclista que fui- ,en las alegrías y tristezas, victorias y decepciones de un campeón como él, para finalizar siendo testigo y relator de las mismas, gracias a la vida, la salud y el trabajo que me permitieron desembarcar, sin proponérmelo, en el fabuloso mundo del periodismo deportivo, inicialmente para EL TIEMPO (en los Panamericanos de Cali 71), CARACOL en el Mundial de Varese y posteriormente en RCN, por lo que hoy debo celebrar inmodestamente junto a Cochise mi “grado” como comentarista de ciclismo en la misma fecha que él obtuvo el suyo como el mejor del mundo en los cuatro kilómetros.
La vida de Cochise Rodríguez antes y después de ese titulo mundial es todo un ejemplo de superación, clase y talento puestos al servicio del ciclismo tanto en la pista como en la ruta y sus logros quedarán para siempre en la historia del ciclismo no solo de Colombia sino del mundo. Hoy sigue pedaleando por salud y su mundo sigue siendo el ciclismo como imagen publicitaria de marcas y entidades. Por fortuna sigue siendo un auténtico personaje en cualquier lugar del país. No en vano fue declarado el Deportista del Siglo XX en Colombia.
En la tarde de este viernes 27 de agosto, en Medellín, el inolvidable joven mensajero en bicicleta de la Farmacia Santa Clara que transitó cientos de veces sus calles ganándose la vida y forjándose como campeón, revivirá junto a un puñado de sus amigos y colegas de esa época y de ahora, la hazaña que arrancó una frase inmortal que se escuchó hace 50 años en el mas importante y el mas humilde de los hogares colombianos: COCHISE CAMPEON MUNDIAL.