
Cuando apenas faltan 5 días para comenzar el más apasionante y equilibrado Tour de Francia de los últimos años, el gran campeón del año pasado-Vincenzo Nibali- se presenta a defender su título vestido recientemente de campeón nacional de ruta de Italia, título que acaba de revalidar pues ya lo había conquistado el año anterior.
Esta vez, El famoso “Tiburón” llega al Tour con más favoritismo que en la edición anterior- los grandes favoritos eran Froome y Contador ambos retirados por caídas- y decidido a demostrar que con ellos o sin ellos su título 2014 tienen todos los méritos necesarios.
Sin embargo, Nibali, no está contento con su temporada que ha tenido toda una serie de altibajos a pesar de que siguió el mismo camino de entrenamientos y carreras del año pasado pero los resultados no son los mismos pues en 38 días de carrera se le ha visto sonreír solamente dos veces, una en el Dauphiné donde fue líder y que finalmente fue ganado por Froome y la segunda, el domingo anterior en el torneo Nacional de ruta en su país.
El astro italiano viene igualmente de soportar en Diciembre una lesión en el tendón de Aquiles en pleno invierno, pero ya recuperado ha tratado de superar las derrotas que sus rivales le infringieron en LaTirreno Adriático (Quintana), en el Dauphiné (Froome) y en la V. Suiza.
En todo caso, Vincenzo Nibali sabe que tiene que responder por su victoria del año pasado, esta vez contra 3 de los “4 fantasticos” de los que el mismo hace parte con Quintana, Contador y Froome que no le harán la vida fácil. Su habilidad como escalador, su destreza manifiesta en todos los terrenos-incluido el pave- y la solidez de su equipo (Astana) le permiten llegar plenamente seguro de que defenderá su camiseta amarilla como todo un gran campeón del ciclismo moderno, a pesar de que no le obsesiona ganar un segundo Tour – según sus propias palabras – pues ya se ha impuesto también en el Giro de Italia y en la Vuelta a España.
De cualquier forma, su nombre engalana el afiche más poderoso y atractivo para la fiesta de Julio próximo pues se trata del campeón vigente y eso de entrada ya exige respeto y admiración pero también admite la pregunta de si podrá brillar como lo hizo en el año pasado desde la primera semana cuando comenzó a edificar su triunfo precisamente en la etapa de mayores interrogantes ( la del con Pavé ), llegando tercero y primero de los grandes favoritos al título, haciéndose cada vez más inalcanzable para sus rivales que debieron contentarse con acompañarlo en desfile triunfal hasta París, sin encontrar a fórmula para ponerlo en dificultades pero tanto él como sus rivales saben que eso ya pertenece a la historia y el próximo sábado comienza otra en Holanda.
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