No está siendo la mejor edición de la París-Niza para un Movistar Team al que la fortuna sigue dando de lado tras cinco días de competición en la “Carrera del Sol”. Después de la caída que en la primera jornada en línea que afectó a Imanol Erviti y Rui Costa -y que obligó al abandono de este último- y del cólico nefrítico que mandó ayer de regreso a casa a Iván Gutiérrez, el turno del infortunio ha sido hoy para la gran carta del equipo, el colombiano Nairo Quintana.
El joven talento boyacense, se ha ido al suelo en la parte final de la cuarta etapa, de 199,5 kms entre Brioude y Saint–Vallier, en el descenso de la Côte de Talencieux (a 18 kms de meta), en cuyo ascenso había protagonizado dos aceleraciones en cabeza del pelotón.
El incidente se ha producido en un momento crítico, con el grupo de elegidos –de unas cincuenta unidades- a punto de romperse por lo sinuoso de la bajada y el altísimo ritmo que marcaba en ese momento el conjunto BMC-Racing. Pese a reintegrarse con rapidez a la cola del pelotón, Quintana se veía abocado al tercero de los tres bloques en el que se partía el grupo apenas unos segundos después. A pesar de la ayuda de Herrada, Rojas y Javi Moreno, el escarabajo no lograba integrarse al grupo cabecero de treinta ciclistas que afrontó el ascenso a Sizeranne (3ª), la última cota del día –en la que llegó a estar a apenas 100 metros de enlazar-, y el posterior descenso hacia la meta, donde Nairo acababa dejándose dos minutos respecto al vencedor de la etapa, Albasini (OGE) y el líder de la carrera, Talansky (GRS).
Quintana, junto a sus cinco compañeros en carrera, tendrá la oportunidad de desquitarse mañana en la sexta etapa, única llegada en alto de esta edición de la ronda gala, La Montagne de Lure, puerto de 1ª categoría al que se llegará tras 176 kilómetros con otras cinco ascensiones de menor entidad.
Con información de Prensa Movistar Team
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