Claramente lo conseguido el pasado fin de semana por el ciclismo colombiano en carreteras italianas, es la gesta más grande escrita por el pedalismo nacional a lo largo de su rica historia de más de 4 décadas. 14 corredores colombianos comenzaron el pasado 9 de mayo en Belfast (Irlanda del Norte), un sueño que finalmente llegó a feliz puerto ayer 1 de junio en Trieste (Norte de Italia, a orillas del Mar Adriático).
Al título de la montaña de Julián Arredondo (Trek Factory Racing), el subcampeonato nuevamente de Rigoberto Urán (Omega Pharma-Quick Step), el título general de Nairo Quintana (Movistar Team), los cuatro triunfos de etapa conseguidos a lo largo de la carrera, la destaca actuación del juvenil Sebastián Henao (Team Sky), y a la combatividad de los hombres del Tema Colombia, conducidos por Claudio Corti, le tenemos que sumar la confirmación de una realidad, que dejó de ser una posibilidad.
Quintana, boyacense de 24 años, llegó a emocionar nuevamente a todo un país cuando subió al primer cajón del podio para reclamar su camiseta rosada y su trofeo en forma de espiral que lo acredita como el mejor hombre del Giro 2014 y que lo catapulta al primer lugar del Ranking World Tour que dio a conocer la Unión Ciclística Internacional (UCI), una vez concluida la carrera más dura del mundo, en el país más bello del mundo.
Ya vestido como campeón, fue claro como siempre en su primera rueda de prensa, habló de su futuro, de su equipo, del país, de las jóvenes promesas, de lo que había conseguido en Italia, de la afición; y hasta el proceso de paz que adelanta nuestro país en estos momentos, estuvo en el ramillete de respuestas que este fenómeno de la bicicleta dio una vez visitó a su hermosa familia (Luis Guillermo y Eloísa -padres-, Yeimi Paola -su novia- y Mariana su querida hija), que viajaron desde su Cómbita (Boyacá) del alma, para acompañar el momento histórico que ha escrito de nuevo el ciclismo colombiano en el Viejo Continente.

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