
El corredor luxemburgués Frank Schleck no ha tardado en responder a las acusaciones de dopaje que se le han hecho por parte de la UCI desde el día de ayer y que le valieron para quedar excluido de la reciente edición de la ‘Grande Boucle’.
En un comunicado, el ciclista del RadioShack-Nissan ha asegurado que niega «categóricamente» haber tomado cualquier tipo de sustancia prohibida.
«Un médico de la UCI me informó que una sustancia prohibida ha sido detectada en la orina durante un control de dopaje rutinario realizado el 14 de julio de 2012. No tengo ninguna explicación para ese resultado, por lo que insisto en efectuar un control de la muestra B, que es mi derecho», dijo Schelck.
En caso de que esa segunda muestra siguiera dando positivo, el ciclista de 32 años confirmó que «una denuncia será planteada contra desconocidos por envenenamiento».
El positivo de Schleck no conlleva una sanción directa ya que se trata de una sustancia recogida como específica en la lista de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). El atleta es, según las normas antidopaje, responsable de todo lo que entra en su cuerpo, pero la AMA entiende que para algunos positivos con este tipo de sustancias (las catalogadas como específicas) es más probable que exista una explicación creíble que nada tenga que ver con el dopaje.
«Cuando un atleta pueda establecer cómo se introdujo la sustancia específica en su cuerpo o llegó a sus manos, y se demuestre que no tuviera intención de mejorar su rendimiento deportivo, la pena puede reducirse a una amonestación sin suspensión», dice el código. En el extremo contrario Schleck podría enfrentarse a dos años de sanción.
El Xipamide, sustancia que se encontró en el corredor, es un diurético que se suele utilizar para tratar edemas o problemas de hipertensión, generalmente de origen renal. Pero los diuréticos pueden utilizarse también con transfusiones de sangre.
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