Editorial
Las Escapadas de Héctor Urrego: La mejor decisión
Publicado
Hace 5 añosel

Después de los ríos de tinta -roja en la mayoría de los casos ante un desbordado sensacionalismo y desinformación-, así como horas y horas de radio y TV e internet que han corrido en los últimos meses alrededor del equipo INEOS, finalmente el único que tenia la verdad y podía tomar las decisiones pertinentes a su equipo (David Braislford), ha puesto punto final al brote especulativo y con sus palabras de hombre serio, pragmático, practico y flemático que le caracteriza, dejó de una vez por todas a cada quien en el puesto que le corresponde, hasta final de la temporada.
Veamos:
El medio mundo que había “sacado” a Egan Bernal del Tour el martes anterior, tuvo que devolverse al día siguiente y hacer equipo con el otro medio que no comió cuento, para informar y aceptar todos juntos la presencia del campeón colombiano en la defensa del titulo que ganó el año anterior.
Bernal esta vez estará acompañado de un joven y “nuevo” equipo donde figura, como gran refuerzo -aunque inesperadamente-, el campeón del Giro de Italia 2019 Richard Carapaz al lado del impresionante por su rendimiento actual Pavel Sivakov, los expertos y fieles gregarios Jonathan Castroviejo y Andrey Amador, el no menos fuerte Michal Kwiatkowski, con Luke Rowe y Dylan Van Barle.
Con este equipo, Brailsford echa a rodar el resultado de su visión futurista, brinda oportunidades a los jóvenes con los que ha venido trabajando paso a paso y evita enviar al Tour un conjunto disminuido en lo físico pero rico en títulos (cinco entre Froome y Thomas) sabiendo que con esto no se ganan carreras.
El gran mánager del INEOS estrenará en el Tour equipo y co-sponsor (Grenadier), dejando espacio para honrar a quienes lo han llenado de gloria. Esto es; designando a Geraint Thomas al Giro de Italia y a Chris Froome a la Vuelta a España.
Por lo visto en el Dauphiné y en las demás carreras, -reconocido además por todos los protagonistas-, no alcanzaba el tiempo para decir que estos dos astros (Thomas y Froome) llegarían a Niza el próximo sábado 29 para brillar como lo hicieron hasta el año pasado y que ni siquiera el rol de súper-gregarios les quedaba bien, como lo reconoció el cuádruple campeón Froome.
Así las cosas, hemos asistido a una lección de manejo empresarial y deportivo en torno a un objetivo común que es la búsqueda de la victoria del equipo, para lo cual se requiere acudir a la capacidad para decidir lo que mejor conviene y no lo que el aficionado o el periodista quisiera.
Hoy mas que nunca, cobra vigencia la frase de Egan Bernal en un programa de radio española según la cual: “La carretera pone a todo el mundo en su sitio” y luego de lo visto y sucedido hasta hoy, nadie podrá negar que a Egan le asiste toda la razón, pues no solo la carretera sino también Brailsford han dejado a todo el mundo en su sitio.
Nos preparamos ahora para asistir a un Tour de Francia apasionante e imprevisible, así algunos equipos y un corredor (Primoz Roglic) hayan sobresalido netamente en las pruebas realizadas hasta ahora, ganando el derecho a iniciar como favorito.
Pero no significa que ya ganaron la carrera, pues me parece ofensivo desde ahora descalificar hombres tan capaces y con tantas ambiciones de triunfo como Roglic o su equipo, incluidos Bernal, Quintana, Pinot, Pogacar, López, entre otros, quienes brindarán a diario un espectáculo sin precedentes y tan necesario en una época tan difícil como la que estamos viviendo en el mundo.
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La historia de la Vuelta al Táchira llegó a su capítulo número 60 de existencia ininterrumpida y en esta oportunidad se inició el domingo 12 de enero superando algunas contingencias en el orden socio político del vecino país, pero la importancia y tradición del certamen se convirtió en factor vital para que la fiesta anual del ciclismo en Venezuela pueda seguir su historia, a la cual se encuentra íntimamente ligada al ciclismo colombiano a través de 59 años en los que se han escrito páginas inolvidables por parte de hombres que han sobresalido como auténticas estrellas del ciclismo mundial.
A pesar de que la edición 60 esta a punto de terminar, viajamos en el tiempo, remontándonos al 3 de septiembre de 1964, fecha de fundación de la ATC (Asociación Tachirense de Ciclismo) hasta el 25 de enero de 1966 cuando se dio comienzo como parte de la famosa Feria de San Sebastián en San Cristóbal de manera tímida y rudimentaria a la prueba que habría de convertirse en la insignia del ciclismo venezolano y daría paso inicialmente a una formidable rivalidad colombo-venezolana y posteriormente la intervención de ruteros de Europa y el resto del continente americano.
Un poco de historia: Cochise y Pachón los primeros héroes

Martín Cochise Rodríguez, ganador de la primera Vuelta al Táchira. (Foto © RMC)
Ese día de enero de 1966 tomaron la salida para la primera etapa, un circuito de 120 kilómetros un total de 43 ruteros – colombianos en su mayoría-, encabezados por las estrellas colombianas de la época, Martin Cochise Rodríguez y Álvaro Pachón, liderando respectivamente sendos equipos regionales de Antioquia y Cundinamarca los que aceptaron la invitación de los organizadores con el aval de la Federación Colombiana cuyo presidente era el General retirado Marcos Arámbula Durán (q.e.p.d.)
La carrera se inició y terminó con una abrumadora superioridad colombiana puesta de manifiesto desde el primer día cuando se impuso el antioqueño Luis Vélez y luego se vería diariamente en medio de la agreste geografía tachirense y terreno destapado en la casi totalidad del recorrido el duelo Cochise -Pachón, quienes fueron ganadores de etapas y líderes en su momento hasta concluir en San Cristóbal después de 5 etapas con Cochise Rodríguez como campeón, Glicerio Penagos subcampeón a 19 minutos 59 segundos, Álvaro Pachón (tercero) a 39:42 mientras el mejor venezolano fue Gregorio Carrizales a 1 hora 55 minutos del campeón.
Invasión y dominio colombiano

Miguel Samacá se quedó con el título de la Vuelta Táchira en 1972. (Foto © RMC)
Los primeros 9 años de la carrera tachirense fueron coto de caza para el ciclismo colombiano que con Gustavo Rincón (1967), Álvaro Pachón (1969-70-74), Cochise Rodríguez (1966-68-71) y Miguel Samacá (1972) se apoderaron de 8 campeonatos, pero fueron testigos en ese lapso igualmente del nacimiento de una generación de ciclistas de la región que se convertirían en sus grandes rivales como Santos Bermúdez (Campeón 1973) y Nicolás Reidtler que habría de convertirse en autentico “rey sin corona” de la prueba al ubicarse tercero en 1969 y segundo en 5 oportunidades (1971-73-75-76-77).
La década 1975-85 ya estuvo marcada por una rivalidad colombo-venezolana más acentuada entre los nombres de Patrocinio Jiménez (1977) Epifanio Arcila (1980) y Carlos Siachoque (1981 con Fabio Parra tercero), enfrentados a los de Fontes, Reidtler, Efraín Rodríguez, Duaxt Hernández, Mario Medina, Carlos Alba, José Lindarte, etc, quienes pusieron fin a la dominación colombiana, apareciendo además como árbitros del combate ciclistas de otras latitudes como rusos (Ramazan Galaletdinov campeón en 1982) italianos y hasta un cubano (Eduardo Alonso) que se titularía campeón en 1986 además del costarricense Josep Chavarría en 2016.
Alejamiento forzado hacia Europa

Patrocinio Jiménez hace 48 años fue el ganador de Vuelta al Táchira. (Foto © RMC)
En los 20 años que siguieron (1987-2007) el Giro Andino sufrió los desamores de lo mejor del ciclismo colombiano junto a otras importantes carreras como la Vuelta a Chile, México, Costa Rica, Guatemala, en virtud a la llegada en 1982 del OPEN y con ello el paso de nuestros mejores corredores al “gran ciclismo” europeo y su presencia desde 1983 en el Tour de Francia y las demás grandes carreras del auténtico ciclismo profesional del mundo.
Por ello es que los nombres de Luis Herrera, Fabio Parra, Patrocinio Jiménez, Condorito Corredor, Alfonso Flórez, Rafael Acevedo, Martín Ramírez, Pacho Rodríguez, etc., etc. no pudieron o no volvieron a fijarse en el Táchira, forzados por circunstancias como fechas, programas de entrenamiento y competencias , concentraciones, etc., etc. pero ello no impidió de todas maneras que otros equipos y corredores de nuestro país siguieran asistiendo a la fiesta de enero y ello permitió, en medio del definitivo dominio venezolano, las victorias de Luis Felipe Moreno, José Vicente Díaz ( q.e.p.d.) y Ángel Yesid Camargo en 1989-90-91 , mientras Raúl Gómez ( 1996) Hernán Darío Muñoz ( 2003 ) y Hernán Buena Hora (2007) quienes cerraron hace 17 años el ciclo de victorias colombianas.
Venezuela a mantener el dominio y Colombia por la reconquista

José Vicente Diaz ganó de principio a fin la edición de las bodas de oro de Vuelta al Táchira 1990. (Foto © RMC)
Y las ultimas 15 ediciones del giro tachirense que se han llevado a cabo en forma ininterrumpida a pesar de las enormes dificultades politicas y económicas del país vecino – aun hoy vigentes – han servido para ver el progreso y ratificación del ciclismo local con nombres como los de Leonardo Sierra y José Rujano – quien correrá este año con su hijo – (sus máximas estrellas que brillaron en el ciclismo europeo), Noel Vásquez, Manuel Medina, Jimmy Briceño y Ronald Gonzales, todos ellos encargados de impedir los intentos de victoria de equipos y corredores de Colombia y otros países, incluso con la presencia del español Oscar Sevilla subcampeón en 2021 mientras Dany Osorio y Didier Merchán han sido terceros en 2021 y 2022.
La dominación venezolana ha continuado y los recientes 5 años de la prueba ratifican el concepto según el cual para sus ciclistas esta carrera es el “tour de Francia”, registrando una tripleta de victorias de Roniel Campos en 2020-21-22, luego la de José Alarcón en 2023 y le correspondió al ecuatoriano Jonathan Kléver Caicedo poner fin a ese dominio el año pasado corriendo para el equipo italo-mexicano Petrolike – Androni Giocattoli bajo la dirección de Gianni Savio.
Gianni Savio, el gran ausente

Gianni Savio honró la Vuelta al Táchira por muchos años. (Foto © BettiniPhoto)
Tristemente, el giro tachirense celebra su edición número 60, lamentando la ausencia de uno de sus grandes personajes, el inolvidable mánager italiano GIANNI SAVIO, fallecido recientemente el 1 de enero quien se encargó por espacio de 30 años de enriquecer el prestigio de la carrera con su presencia y la de sus equipos, así como de promoverla en el campo internacional.
De todos modos, la vida continua y a pesar de todo no es difícil asegurar que la prueba tachirense llega a sus 60 episodios con nuevos bríos, actualizada y con la determinación de mantener su nivel e importancia por parte de organizadores y participantes. La versión 2025 se ha diseñado topográficamente de tal manera que asegura de antemano un soberbio espectáculo deportivo gracias a la presencia de un grupo internacional de ruteros con el más alto nivel competitivo.
El ciclismo colombiano se propone volver a la victoria en el Táchira después de 17 años y es claro de antemano que todo el movimiento ciclístico de Venezuela y demás rivales estarán dispuesto a impedirlo porque saben de la importancia que tiene ganar esta carrera a semejante potencia que es Colombia, motivo por el cual estaremos reviviendo un duelo vigente desde hace 59 años y que se roba la atención deportiva de millones de aficionados principalmente en dos países donde el ciclismo es religión.
Editorial
Las Escapadas de Héctor Urrego: Ciclismo a largo plazo
Publicado
Hace 3 añosel
12 enero, 2022Por
Redacción RMC
Por: Héctor Urrego C.
La contratación por espacios de cinco y hasta seis años firmada por tres genuinos representantes de la generación denominada la de los “Baby Ciclistas”, tiene que mirarse con beneficio de inventario para todos los involucrados, no solo en cuanto a los ciclistas y sus equipos sino mucho más ampliamente para el movimiento del ciclismo internacional.
En efecto, la contratación de Egan Bernal (hasta 2026 por parte del Ineos Grenadiers), Tadej Pogacar (hasta 2027 en el UAE) y Remco Evenepoel (hasta el 2026 con el Quick Step-Alphavinyl) ponen de presente la excelente salud de que goza el ciclismo en su máxima expresión (World Tour), al proyectarse y asegurar su permanencia para los próximos 5 y 6 años respectivamente, demostrando además una envidiable solidez estructural, músculo financiero suficiente, determinación a toda prueba para seguir a pesar de las dificultades y ante todo, una formidable credibilidad hacia el ciclismo por parte de las empresas que patrocinan estos equipos.
Al reclutar de esta manera a verdaderos «monstruos» de la actualidad y del futuro, estos escuadrones están poniendo a buen recaudo, para sus intereses, los mejores años y el máximo rendimiento -que aún es posible esperar dada su juventud- por parte de estos talentos, agregando la convicción de que estarán siempre como protagonistas en las carreras donde participen.

Seguramente hay otros grandes escuadrones en las siguientes categorías del ciclismo que pueden operar de la misma manera – en proporción a su estructura, país al que pertenecen, patrocinadores , etc.- como el JUMBO VISMA, MOVISTAR, GROUPAMA-FDJ, ALPECIN, DRONE HOPER -ANDRONI, BORA-HANSGROHE, lo que no hace sino reflejar a futuro el beneficio común para la UCI, organizadores, ciclistas, patrocinadores, fabricantes de bicicletas y componentes , manejadores, agentes, entrenadores y staff técnico en general, medios de comunicación y público que tienen asegurado el espectáculo del ciclismo.
Como parte de ese beneficio, hay que referirse a las inversiones gigantes que los mismos equipos hacen en infraestructura, ciencia y tecnología al servicio del ciclista, lo que acaba de suceder con el Jumbo-Visma que ha inaugurado recientemente una fabulosa sede diseñada y construida exclusivamente pensando en un equipo de ciclismo, con los requerimientos necesarios en todas los aspectos y exigencias de un deporte cada vez mas avanzado, moderno y en plena progresión en todos los aspectos que lo integran.
Por todo lo anterior, hay que saludar y congratularse con el futuro del ciclismo puesto que la visión y proyección a largo plazo de los equipos aquí mencionados servirán de ejemplo, estímulo y aliciente al resto del conglomerado para seguir la huella de quienes marcan la pauta a seguir en el grupo de equipos de ciclismo a cualquier nivel, lo que indudablemente sirve para iniciar mirando este quinquenio – por lo menos-, con seguridad y optimismo, confiando en que la pandemia va a permitir el normal desarrollo de esta temporada y de las que vienen. Así sea.
Editorial
PERSIGUIENDO LA GLORIA: 50 años del título mundial de Martín Emilio Cochise Rodríguez
Publicado
Hace 4 añosel
27 agosto, 2021
La noche del 27 de Agosto de 1971 en Varese -un pueblito italiano fronterizo con Suiza- con motivo de los Campeonatos Mundiales de Ciclismo en Pista se escribió la primera página de la gran historia del deporte colombiano a nivel mundial. El protagonista principal fue el entonces rey del ciclismo colombiano y continental, un antioqueño de nombre Martín Emilio Rodríguez y apodado “Cochise” por su propia decisión.
La hazaña se realizó en el Velódromo Luigi Ganna de Varese, sede de la cita orbital de pista (descubierto, piso de cemento y de 455 metros de longitud) mientras el mundial de ruta tendría lugar en Mendrisio (Suiza). El reloj marcaba las 9:30 de la mañana cuando fueron llamados a la pista los hombres que disputarán el título de campeón mundial de los 4.000 metros persecución individual: Martín Emilio Rodríguez de Colombia y Joseph Fuchs de Suiza.

No era la primera vez que Cochise se paraba en la meta o en la contra meta de un velódromo. Ya habían transcurrido diez años rodando en las pistas nacionales e internacionales desde 1962, acumulando títulos y medallas, batiendo marcas, logrando satisfacciones y decepciones, siendo aplaudido y vilipendiado, según el resultado de turno.
Dotado por la naturaleza con un físico y condiciones excepcionales tanto para la ruta como para la pista, muy rápidamente emergió en una especialidad que habría de convertirse en la que debía conducirlo a consagración y a la idolatría de millones de colombianos: La persecución sobre cuatro kilómetros.
Se había titulado campeón bolivariano en Quito 1965 y Maracaibo 1970, centroamericano en Kingston 1962, Puerto Rico 1966, Panamá 1970, americano en Medellín 1969, Panamericano en Winnipeg 1967 en la que fue la única medalla de oro de toda la delegación colombiana y en Cali 1971. También había competido en las olimpiadas de Tokio 1964 y México 1968 y era el dueño del récord amateur de la hora en pista (México 1970). Su nombre figuraba además en las selecciones nacionales para los mundiales de San Sebastián 1965, Frankfurt 1966, Montevideo 1968, Brno 1969 y Leicester 1970 en los que siempre le fue esquiva la gloria que venía persiguiendo.

Cochise persigue la gloria mundial
Soplaba una fresca brisa esa noche. La lluvia había obligado a un aplazamiento de 24 horas para la esperada final. El portentoso especialista colombiano finalmente estaba en el lugar que se había convertido en su obsesión y la del país deportivo por espacio de una década.
Venía de hacer 15 días atrás el mejor tiempo a nivel mundial de la temporada (4:45:38) en la pista de Cali con motivo de los Juegos Panamericanos, consiguiendo la medalla de oro en la persecución individual y por equipos, motivo por el cual viajaron también a ese mundial y se encontraban en la tribuna del velódromo de Varese sus compañeros de batalla en las pistas: Jaime Galeano, José Ramón Garcés y Jorge Hernández, más los ruteros Álvaro Pachón, Miguel Samacá y Rafael Niño quienes enfrentarían el gran fondo en Mendrisio.
Luis H. Díaz, segunda carta nacional para los 4000 metros persecución individual, ya había competido sin alcanzar uno de los ocho mejores tiempos para pasar a la segunda ronda, pero se quedó en el box colombiano para apoyar moralmente a Cochise. También hacían presencia su entrenador, el italiano Claudio Costa y el mecánico Óscar Moreno, que había preparado meticulosamente la bicicleta italiana marca Benotto.

Ricardo Soto mas conocido como “Pepo” el fiel fisioterapeuta y guardaespaldas de Cochise, había masajeado una hora antes la musculatura de las poderosos piernas que habrían de empujar un plato de 51 dientes y el piñón de 15, mientras el médico William Jiménez (QEPD) alegraba la tensa espera tocando su guitarra.
En otro sector de la pista, quien escribe estas líneas se “graduaba” nerviosamente como comentarista de radio en la tribuna de prensa. En ese entonces me encontraba de paso hacia Roma para adelantar estudios en la Scuola Centrale dello Sport, pero me sumé a la delegación nacional colaborando incluso con la entrada al velódromo de ruedas y elementos para la competencia de Cochise y el equipo nacional del que había hecho parte solo tres años antes en la olimpiada de México 1968.

Entre el grupo de periodistas que acompañaban la delegación estaban también Carlos Alberta Rueda, quien aprovechó el aplazamiento y consiguió la señal televisiva en vivo para RCN TV, en tanto que RCN Radio transmitió en Colombia por medio de esa señal con los comentarios de Julio Arrastía. Preparaba yo también para EL TIEMPO, la crónica de aquel histórico suceso por encargo de Humberto Jaimes Cañarete, el inolvidable director de la sección deportiva del diario que entonces tenía su sede en el emblemático edificio la Avenida Jiménez.
Martin Emilio, dueño de una tranquilidad absoluta, llegó a su puesto en la meta frente a la tribuna principal luego de dar un par de vueltas de calentamiento al velódromo, mientras en la contra meta se ubicaba el suizo Fuchs, reemplazante del también helvético, Xavier Kurman, quien no defendió el título de campeón alcanzado el año anterior en Leicester.
Para conseguir su puesto en la final, Martín derrotó consecutivamente al polaco Mirlan Purzla, al ruso Alexander Bikov y al polaco Jerzy Glowacki mientras Fuchs se convirtió en finalista a expensas del favorito italiano, Giacomo Bazán, a quien derrotó en semifinales.

Los grandes campeones de todos los deportes siempre han señalado y recordado de sus carreras deportivas el “momento cero”, el “ahora o nunca” o también el “todo o nada” y eso también aplicó para Cochise quien una vez oyó el pistoletazo inicial se apoderó de la prueba obteniendo tres segundos de ventaja en el primer kilómetro, aumentó el margen a cuatro y medio segundos en los dos mil metros y en crescendo incontenible finalizó con un registro de 4 minutos 53 segundos y 98 centésimas para coronarse Campeón Mundial de los 4000 metros persecución individual, en aquella inolvidable noche italiana y tarde llena de orgullo y emoción en toda Colombia.

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