El ex corredor profesional Lance Armstrong ha sondeado a las autoridades antidopaje estadounidenses sobre la posibilidad de confesar que utilizó sustancias prohibidas para lograr sus triunfos en el Tour de Francia. Por un lado, porque quiere volver a competir en triatlón, su deporte favorito actualmente.
Por otra parte, y según personas que conocen sus intenciones y que han hablado con The New York Times, porque quiere limpiar su imagen y admitir que mintió durante años mitigaría el daño que ha causado a Livestrong, la fundación que creó para luchar contra el cáncer, que tan gravemente ha sufrido con la pérdida de donaciones y credibilidad.
Pero, en el fondo, Lance tiene un motivo bastante más práctico si al final decide confesar. Armstrong desea librarse a toda costa de terminar en la cárcel a consecuencia de los varios casos que tiene abiertos en los tribunales en su contra por fraude, perjurio y violación de las leyes de seguros y de libelo.
Pacto. Según The New York Times, el texano ha hablado ya con Travis Tygart, director de la agencia antidopaje de Estados Unidos (USADA), para confesar su participación en el masivo complot para ocultar el uso de sustancias prohibidas cuando corría para varios equipos, en especial para el US Postal. Igualmente, el deportista quiere entrevistarse con David Howman, el director general de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), para que la prohibición a perpetuidad sea reducida. Pero lo que más preocupa a Armstrong es el efecto que tendrá su confesión en tres demandas, dos en Estados Unidos y otra en Gran Bretaña, en las que es el principal acusado.
La primera tiene como principal denunciante a Floyd Landis, el que fuera ganador del Tour 2006. Landis, que perdió su título al demostrarse que se había dopado, denunció ante las autoridades federales que Armstrong y otros compañeros defraudaron durante años al Servicio de Correos de Estados Unidos, el patrocinador, al doparse y burlar a las autoridades antidopaje norteamericanas y francesas. En juego están 30 millones de dólares de los que Landis puede llevarse el 30% del dinero.
La segunda demanda la ha reactivado en los últimos meses la Aseguradora SCA Promotions, en Dallas, que quiere recuperar los 12 millones de dólares que pagó a Armstrong por sus victorias. En este caso, el deportista juró que nunca se dopó y si ahora admite que lo hizo habrá cometido perjurio. Eso puede movilizar en su contra al Departamento de Justicia. Y una cosa es tener enfrente a los abogados de dos demandantes privados y otra muy distinta a los sabuesos del Departamento de Justicia que buscarán, seguramente, que el acusado pague sus deudas en la cárcel como le pasó a la atleta Marion Jones.
El tercer caso en contra de Armstrong se debate en los tribunales ingleses y ha sido presentado por el diario The Sunday Times, que le indemnizó con medio millón de dólares por una demanda de libelo que ganó el corredor en la que acusaba al periódico de ensuciar su imagen denunciando que se había drogado.
Su abogado desmiente a ‘The New York Times’
Tim Herman, abogado de Lance Armstrong, negó ayer que el texano tenga pensado confesar haberse dopado para reconducir su carrera deportiva, como informó el periódico estadounidense The New York Times. Asimismo, Herman desmintió que Armstrong se haya puesto en contacto para llegar a un acuerdo con el director de la agencia antidopaje estadounidense (USADA), Travis Tygart, y con David Howman, director de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
Crédito: AS
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