
Este viernes, con el reinicio en la parte competitiva del Campeonato Mundial de Ruta en Firenze, también se cumple paralelamente otra competencia de gran importancia para el ciclismo mundial: La Asamblea electiva de la Unión Ciclística Internacional (UCI), máxima rectora de este deporte en el mundo, que se reunirá esta vez para elegir un nuevo comité ejecutivo, comenzando por el cargo de presidente, al cual aspiran dos hombres provenientes del norte europeo: Pat McQuaid (Irlanda), presidente actual y Brian Cookson (Gran Bretaña) segundo aspirante.
De entrada, la Asamblea tendrá que decidir si acepta la nominación de McQuaid quien se inscribió inicialmente avalado por la federación de su país (Irlanda) pero luego esta entidad se retractó, acudiendo entonces el presidente al aval de la federación del país donde reside (Suiza) la que inicialmente aceptó pero luego se dividió y dejó en un limbo jurídico a McQuaid, quien además recibió el aval de las Federaciones de Marruecos y Tailandia, lo que garantiza su nominación.
De todos modos, la elección será muy apretada y un sondeo establecido por www.revistamundociclistico.com demuestra que McQuaid cuenta con el apoyo de federaciones emergentes en África, Asia, Oceanía y América (excepto USA), así como del bloque de poderosas federaciones europeas –encabezadas por Italia- que tienen puestos en el consejo directivo actual.
Por su parte, Cookson se apoya en los grandes resultados del ciclismo de su país y en una campana que tiene como bandera la revolución del pedalismo en muchos aspectos y que se ha basado en constantes acusaciones y críticas a McQuaid, las cuales han sido inmediatamente rebatidas por el presidente en ejercicio.
McQuaid tiene hoy 63 años de edad, fue ciclista por espacio de 18 años y fue profesional hasta 1982, siendo campeón nacional de su país en la especialidad de la ruta en 1974. Ingreso a la UCI en 1998 y hace 8 años es presidente de la UCI sucediendo al holandés Hein Verbruggen.
Por otro lado, Cookson cuenta con 62 años de edad, es Administrador de empresas y es Presidente de la Federación Británica desde 1997, periodo en el que el ciclismo de su país se ha convertido en la primera potencia mundial tanto en la pista como en la ruta.
Fue ciclista compitiendo en pruebas de Ruta, Pista y MTB, ha sido comisario Internacional en diversas competencias y hace parte del comité ejecutivo de la UCI desde 2009.
Nueva Hoja de Ruta
La elección es bien particular, pues solamente tienen voto 42 países de más de un centenar que integran el poderoso órgano del ciclismo mundial: 14 de Europa, 9 de América, 9 de Asia, 7 de África, 3 de Oceanía, lo que indica que 22 votos son suficientes para ser elegido y McQuaid contaría por lo menos con 8 de Europa, 7 de América, 5 de Asia y entre África y Oceanía estarían los dos votos que le aseguran la mayoría.
Sin embargo, Cookson ha realizado una batalla frontal con propuestas deslumbrantes y ha conseguido hacerse eco en una buena cantidad de federaciones pero en cualquiera de los dos casos el nuevo comité deberá emprender una nueva hoja de ruta en 5 grandes capítulos:
1.- Doping, continuando la política de cero tolerancia, fijando reglas cada vez más rígidas, precisas y equilibradas, exigiendo la aplicación universal al Comité Olímpico Internacional (COI), Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y demás estamentos, dé los mismos métodos en todos los deportes y no solo en el ciclismo.
2.- Negocios, permitiendo una reversión de las inmensas utilidades de la UCI en el mismo ciclismo y en sus federaciones, evitando en lo posible un encarecimiento perjudicial del movimiento que finalmente lo haga impracticable o accesible solo a los más poderosos.
3.- Calendario, porque se hace necesaria una reestructuración que permita el normal desarrollo de las pruebas de cada continente y evite la desaparición de carreras por coincidencia con nuevas o ya existentes o por ausencia de equipos que llenen los requisitos que la misma UCI exige.
4.- Jóvenes, a los cuales se debe prestar una mayor atención en su desarrollo, calendario, educación, formación y proyección en todo el mundo mediante un seguimiento especial y específico en todas las federaciones.
5.- Federaciones, reestructurando el verdadero papel de las federaciones nacionales, dando espacio a aquellas que realmente aporten potencial deportivo al ciclismo mundial y no se privilegie a federaciones que poco tienen para mostrar en ese campo como sucede en América.
Sobre estos puntos, descansa el “cuaderno de cargos” por el que deberá responder el nuevo comité ejecutivo de la UCI, sea quien sea el presidente y lo deseable será que la nueva UCI se ponga a la altura de un ciclismo cambiante como los demás deportes en el mundo y necesitado de actualizarse pues muchos de sus pasos contribuyen más bien a ver como se retrocede lamentablemente.

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