Al final
de la segunda etapa de la Vuelta a
España, el colombiano Miguel Ángel
López cedió el liderato de la carrera que alcanzó el día anterior en la
contrarreloj por equipos. El boyacense mostró gratitud por el trabajo de su
equipo Astana y fue autocrítico, de su
accionar, en la maniobra de ataque, que definió la etapa del día de hoy y resultó
clave para la conformación de la general al final de la misma.
El joven
escalador boyacense que es el mejor joven de la Vuelta, manifestó que hubo un
error personal al no salir en marca de los hombres que definieron la etapa,
pero ratificó que sigue vivo en la general. “Simplemente me perdí un poco para seguir el movimiento decisivo.
Más tarde, Ion Izagirre me brindó una buena ayuda, empujando con fuerza en
nuestro grupo de persecución, estábamos cerca, pero nunca conectamos. Sí, he perdido la camiseta roja, pero no
creo que haya sucedido algo extraordinario”.
Miguel Ángel igualmente expresó lo difícil que fue controlar esta segunda
etapa en la parte final. “Ha sido una etapa difícil con muchas subidas y
un clima muy caluroso. Mis compañeros de equipo trabajaron duro para
mantener la carrera bajo control durante todo el día. En la última subida, me
colocaron bien delante, para poder controlar a mis rivales. Hubo muchos ataques en la escalada, pero he
logrado responder a todos ellos. En el descenso hubo un caos con nuevos
ataques, uno por uno, algunos corredores intentaron escapar”.
El hombre
que este domingo evidenció claramente que es el jefe de filas de Astana, indicó que se siente en buena
condición y que le produce tranquilidad vestir el Maillot Blanco como mejor
joven de la prueba. “Da un poco de
tranquilidad y disfrutar de cada día, es muy bonito correr con tanta afición en
la Vuelta, cada día dando lo mejor y queda muchísimo por delante. Lo
importante es que estamos bien, con salud y a continuar en la lucha”.