Ruedas electromagnéticas, lo último del dopaje mecánico, afirma Gazzetta dello Sport
La llegada del dopaje tecnológico al ciclismo – de lo cual se había venido rumorando tiempo atrás – es una triste realidad según lo confirmó la UCI durante los Campeonatos del Mundo de Ciclocross disputados en Zolder, Bélgica el pasado fin de semana cuando fue descubierto el primer caso, el de la corredora belga Femke Van den Driessche.
La llegada del dopaje tecnológico al ciclismo – de lo cual se había venido rumorando tiempo atrás – es una triste realidad según lo confirmó la UCI durante los Campeonatos del Mundo de Ciclocross disputados en Zolder, Bélgica el pasado fin de semana cuando fue descubierto el primer caso, el de la corredora belga Femke Van den Driessche.
El tema del “dopaje tecnológico” ha sido un tema de discusión y acusación desde hace ya unos cinco años en el ciclismo, pero ya en otros deportes y actividades (Esgrima en Juegos Olímpicos y Automovilismo) se había puesto en evidencia. Esto obligó a la UCI a tomar medidas al respecto y por ello ha sido posible detectar este primer caso gracias al escaneo de las bicicletas ordenado por la máxima rectora del ciclismo en las competencias oficiales, antes, después y a sorpresa, entre otros.
El famoso periódico deportivo de Italia, Gazzetta Dello Sport, fue más allá de la escandalosa noticia y ha publicado declaraciones de un “Gurú del Sector o Mr. X” una fuente anónima quien asegura que: “Usted puede hacer más milagros con la electricidad que con la química y esto es menos perjudicial para su salud”.
A través de un especialista, el diario explicó con detalles cómo se montan los motores para bicicletas. El diario describe el funcionamiento del aparato encontrado en la bicicleta de la corredora belga, mostrando que el silencioso motor se inserta mediante una abertura en el tubo del sillín del cuadro y conecta mediante un engranaje cónico con el eje central donde se accionan las bielas y los pedales por parte del ciclista.
El motor se pone en movimiento de manera simple, con el cardiofrecuencímetro del ciclista o a distancia con un tele-comando. Esto permite un aumento en la potencia entre 50 y 500 vatios haciendo mucho más efectivo el pedaleo tanto en subida como en plano. El peso del motor es de 500-600 gramos y la UCI ha venido controlando esto con una aplicación en una tableta, que permite detectar aumento del calor o las ondas eléctricas emitidas, además del escaneo.
El “Gurú” sin embargo afirma que esto ya es viejo y que lo último en este campo se encuentra en la rueda posterior, también de carbono y perfil alto, en cuyo interior se albergan una serie de magnetos que unidos por hilos conductores de electricidad y activados también por el cardiofrecuencimetro o un tele comando a distancia, producen un aumento en la velocidad del pedalista gracias a una fuente electromagnética que produce entre 20 y 60 vatios. No necesita ningún engranaje mecánico y su costo podría estar en los 200 mil euros
Otro entrevistado confiesa haber vendido unas 1.200 bicicletas con estos sistemas, sobretodo a ciclistas de categorías recreativas, dado que esta clase de artefactos se pueden instalar en todo tipo de cuadros y tamaños pero reconoce que el sistema ha sido tan perfecto que hasta ahora había sido indetectable.
Hoy nadie está en condiciones de afirmar si estas “herramientas” se han usado o están en el ciclismo profesional, pero se espera que los controles de la UCI sean suficientes y se hagan más severos, incluso con la posibilidad de agregar como valor del pasarte biológico, la máxima potencia muscular de cada ciclista, para que pueda ser verificada en las carreras y llegando hasta la descalificación de por vida a quien sea sorprendido utilizando cualquier elemento como estos o similares.
Con información de la Gazzetta dello Sport
N. de la R.: Este artículo estuvo disponible para nuestros lectores sin ninguna corrección mas temprano. Lamentamos el hecho y presentamos nuestras disculpas. Seguimos comprometidos en presentarles la mejor información ciclística de Colombia y el Mundo.