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Se va del pelotón mundial el «Caballero de las carreteras», el alemán Jens Voigt.

Un sinnúmero de mensajes en su cuenta oficial de Twitter (@thejensie), confirman el anuncio oficial del retiro del alemán Jens Voigt del ciclismo, cercano a cumplir los 43 años, el 17 de septiembre. La cuarta edición del USA Pro Cycling Challenge ha sido el marco ideal para que el pedalista nacido en Grevesmühlen, padre de seis hijos, ponga punto final a dos décadas sobre la bicicleta desde que en 1994 ganara la desaparecida Carrera de la Paz, en la República Checa.

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Un sinnúmero de mensajes en su cuenta oficial de Twitter (@thejensie), confirman el anuncio oficial del retiro del ciclismo del «Caballero de las carreteras», el alemán Jens Voigt, cercano a cumplir los 43 años, el 17 de septiembre. La cuarta edición del USA Pro Cycling Challenge ha sido el marco ideal para que el pedalista nacido en Grevesmühlen, padre de seis hijos, ponga punto final a dos décadas sobre la bicicleta desde que en 1994 ganara la desaparecida Carrera de la Paz, en la República Checa.

Llegó a este deporte al seguir los concejos de su padre debido a su hiperactividad, que así le evitó meterse en más problemas. Su excesiva energía se la llevó a las carreteras internacionales para convertirse en un gregario de oro del jefe de filas en cada uno de los equipos que corrió hasta este estadounidense Trek Factory Racing, y desde el australiano ZVVZ Giant, el primer conjunto profesional que contó con sus servicios en 1997.

Entre victorias totales y parciales logró 65, la última de ellas justo en territorio norteamericano, el año pasado en el Tour de California, en el tramo Santa Bárbara–Ávila Beach. Siempre se caracterizó por sus continuos ataques, tiraba del grupo, o protagonizaba largas escapadas, que no siempre concluyeron con éxito, pero era muy amigo de abandonar el lote, de hecho, argumentaba sobre las fugas, «que puedes ganar o no, pero si no lo intentas, la respuesta siempre será no».

Uno de sus últimos mensajes dice textualmente: «¡¡¡Sí mis amigos, lo hicimos. Han sido 33 años de ciclismo, 17 como profesional, 17 veces en el Tour de Francia y los fans, siempre leales a mi lado!!! De hecho, estos han llenado su cuenta con emotivas palabras de agradecimiento por lo que le ofreció al ciclismo en este tiempo, el mismo que le hizo decir con sinceridad, «hoy, la bicicleta se hace un poco menos divertida para mí. Los mejores deseos a quienes siguen».

Si por algo se le recordará es por haber completado, el mes pasado, 17 presencias en el Tour de Francia, ininterrumpidas, hecho que solo habían logrado dos colegas, el colombo–estadounidense George Hincapie y el australiano Stuart O’Grady. Comenzó en 1998, cuando ganó el fallecido italiano Marco Pantani y, preciso, la última coincide con otro ‘Tifosi’, Vincenzo Nibali. Conquistó dos triunfos intermedios (2001–06) y la mejor posición fue en 2007 con su puesto 27, aunque en tres no llegó a los Campos Elíseos.

En Beijing 2008, conoció el rigor de unos Juegos Olímpicos: «No empecé muy bien la carrera y a la tercera vuelta al circuito, dije, basta. Fue en la carrera en ruta, unas semanas después de terminar el Tour de Francia, desde entonces, arrastraba mucho cansancio y no tenía mayor entreno. Además, me afectó mucho el largo viaje. No descansé lo suficiente durante aquellos días y la intensa contaminación ambiental que había allí me ahogaba. Llegué al colapso, me paré, lo eché todo y me fui a dormir al hotel. Fue mi única experiencia olímpica».

Hizo parte del pelotón justo en la época más aciaga de un ciclismo inundado por el dopaje, pero jamás, dio positivo cuando fue sometido a distintos controles, aunque en varias oportunidades si tuvo que dar declaraciones en torno al tema. Esa etapa de su vida ya ha terminado, pero se nota que la ha vivido con plena intensidad, de ahí que con agrado enfatice que, «no debes estar triste porque todo haya terminado, debes estar alegre porque haya sucedido».

Y, tal vez, para evitar la lógica nostalgia, donó a la organización del USA Pro Cycling Challenge, la ‘Trek Madone Edition Special’, la bicicleta con la cual corrió el reciente Tour de Francia, para que –a su vez– quede entre los (sus) aficionados, esos que ya comienzan a extrañarlo, pero él, responde nuevamente con seguridad: «Tuve malas caídas y grandes triunfos. Mi carrera está llena de momentos especiales. Ahora ya no habrá más sufrimiento, estrés, o peligro de caídas. Me alegro de tener unas largas vacaciones».

Se tomará un prolongado descanso antes de alistar la despedida, y fiel al nacionalismo alemán, lo hará en su tierra, con ocasión de los Seis Días de Berlín, del 22 al 27 de enero de 2015. Adiós a un grande del ciclismo.

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