El “Diablo” Didi Senft cuelga el tridente

Una de las bajas más sensibles en el lote internacional del ciclismo para la temporada 2015, será la de Didi Senft, mejor conocido como “El Diablo”. El alemán que se convirtió en personaje infaltable en las grandes carreras del calendario europeo, especialmente el Tour de Francia, donde sus apariciones fueron siempre esperadas y objeto de cientos de fotografías y tomas de TV, así como de innumerables entrevistas de medios de todo el mundo que año a año cubren la ronda gala.

Con su retiro, el ciclismo pierde  a una de sus  figuras más emblemáticas pues permaneció por casi 25 años animando a los corredores en multitud de etapas y circunstancias de las grandes carreras. Ha sido un personaje tanto para el público como para los propios ciclistas que tal vez lo echarán de menos con sus saltos, gestos, palabras, vestido con su tradicional uniforme rojo, su tridente y los infaltables cuernos que le hacían ver no como el personaje que quiso encarnar, sino más bien como un hombre bonachón que quería brindar alegría y aliento a unos y otros.

Todo indica que a sus 62 años Didi Senft, nacido en Reichenwalde, cerca de Berlín, abandona su puesto en el ciclismo por problemas de salud pues hace unos dos años tuvo debió ser intervenido quirúrgicamente por  un coágulo en la cabeza y también se habla de problemas financieros que no le permiten subsidiarse sus viajes a las principales competencias, sin el apoyo de un patrocinador que por ahora no tiene.

Didi se apropió del sobrenombre del “Diablo” para rendir homenaje al ciclista italiano Claudio Chiapucci a quien se conoció con ese apodo. La presencia del fanático alemán siempre fue apreciada en las más importantes citas del ciclismo mundial.

Como a los hombres que solía animar desde el primero hasta el último en las mas ásperas dificultades de las carreras, igualmente a Didi le corresponde ahora dedicarse a vivir de sus recuerdos que siempre estarán presentes porque al igual que las hazañas de sus ciclistas, las suyas también fueron hazañas personales cuyo recuerdo siempre estará en el álbum del ciclismo al que contribuyó a animar con la pasión propia de quien ama este deporte.