Sebastián Gil recorrió en su GIANT DEFY 4.500 kilómetros por la carretera más sola de América
Los entrenamientos de rutina, las salidas en grupo, y las competencias locales, no han sido suficientes para saciar el hambre por el gran fondo que siente Sebastián Gil. Y GIANT se aventuró con él, en su recorrido de 4.500 kilómetros en la carretera más sola de América.
Los entrenamientos de rutina, las salidas en grupo, y las competencias locales, no han sido suficientes para saciar el hambre por el gran fondo que siente Sebastián Gil. Y GIANT se aventuró con él, en su recorrido de 4.500 kilómetros en la carretera más sola de América.
Con mi mente en objetivos a largo plazo decidí preparar un viaje que cambiaría mi vida y me prepararía para los objetivos siguientes. Así entonces decidí que Estados Unidos sería un lugar adecuado para realizar un viaje donde podría explotar mis deseos por las largas distancias. Con meses de anticipación y con una estrategia minuciosa, creé todas las rutas en GPS que me llevaría a lo largo de los 4.500 kilómetros a recorrer. La bicicleta tuvo que ser cambiada por una bicicleta de gran fondo para permitirme resistir 12 horas diarias sobre la bici, la elegida: la GIANT DEFY 1.
Con todo preparado entonces para zarpar en esta travesía volé a la ciudad de San Francisco donde comenzaría mi viaje. El 1º de agosto comencé a eso de las 6:00 am un viaje que traería un sin fin de experiencias y que por primera vez conocería la ruta de la carrera de gran fondo más importante del planeta; Race Across América, la cual espero poder competir como primer latinoamericano en los próximos 4 años.
Mi primer destino de este viaje un pueblo en California llamado IONE, de tan solo 600 habitantes. Desde el comienzo supe que la gente seria muy amigable ya que donde entraba recibía invitaciones a desayunos, almuerzos y cerveza continuamente. Quienes conocían mi historia, se asombraban por lo que estaba haciendo pero sobre todo agradecían el hecho de que viniera desde Colombia hacerlo en su país.
El segundo día sobre la carretera probablemente el más difícil en la cual tendría que cruzar la famosa Sierra Nevada. Con una distancia de 255 kilómetros para llegar a Carson City, la carretera mostró lo duro que sería el viaje y que la idea de que Estados Unidos era plano era solo un mito y una idea que la gente tiene. Con 10,000 metros de desnivel vertical se convertía en un record personal para mí. Es decir ese día subí lo equivalente a 9 veces el Alpe d’Huez durante el cruce de la cordillera.
Al tercer día me adentraría en la apodada “La carretera más sola de América” y así seria. En el estado de nevada la ruta 50 cruza por un desierto de tierras altas (2.000 m.s.n.m) y su topografía se quiebra en 14 picos con elevaciones de hasta (2.900 m.s.n.m) por esto entonces esta carretera es apodada “el serrucho”. La fecha: 4 de Agosto de 2012 la temperatura era de 45 grados centígrados, temperatura que me acompañaría durante los próximos 4 días. Así entonces con paradas en moteles en media de la nada y tramos de hasta 190 kilómetros sin ver absolutamente nada, el estado de nevada se convertiría en el mayor desafío de mi travesía. También este estado me mostró lo que el tiempo sobre la bici puede hacer, por momentos me desconectaba, entraba en un estado de reflexión mirando el pavimento y lo que parecían 10 minutos habían sido 3 horas pedaleando. Las vastas planicies y la soledad hicieron de este tramo de 700 kms mi tramo favorito y sin dudarlo lo repetiría.
Lo que seguía era esperar unos días más sobre la bici para por fin encontrarme con las montañas Rocosas. Con muchas expectativas las Rocosas a la distancia y con unos quiebres que parecían dientes de tiburón, emprendí mi subida hacia lo que sería el punto más alto de mi trayecto. El primer día en las Rocosas tuve que sortear dos pasos de montaña para ya ascender a los 2.600 metros. Ese día en una cabaña en media de las montañas, para mí un paraíso incomparable y una noche de 5 grados centígrados me empezaban a mostrar la magia del estado del Colorado.
El segundo día haría lo que para muchos locales era imposible; ascender al paso monarca (3.600 m.s.n.m) desde Cimarrón, a unos 120 kilómetros de la base. Sin mostrar la ansiedad muy seguro respondí: “la montaña no me intimida, vengo del país más montañoso del mundo y estoy confiado de mi entrenamiento”. Así entonces a las 3:30 pm logré la cumbre del paso, todo fue euforia, alegría y un sentimiento de liberación y paz interior. Había entendido que mi viaje me estaba cambiando y que la magia de estas montañas era inigualable.
En mi tercer día sobre las rocosas y en un descenso por uno de los cañones de estas montañas, viviría el mejor día sobre la bicicleta en mi vida. Las paredes rojizas de la montaña, el pavimento rojo, el rio Arkansas a mi lado y una soledad extrema, hicieron traer a mí, muchos pensamientos y por supuesto asimilar mi viaje, lo que produjo llanto hasta el punto de parar para poder llorar con mi bici al lado de la carretera. Este día llegaría a un pueblo donde me encontraría con una señora que me había ofrecido su casa días atrás en la carretera y así fue. Con una familia muy amigable y una casa de ensueño pase una noche excelente.
Mi viaje entonces se tornaría ya un poco más monótono y se llenaría de ansiedad, ya que en este punto superaba más de la mitad del trayecto y sabía que lo que seguía eran colinas y largos tramos rectos. Así entonces afronte el estado de Kansas, sin novedad al igual que Missouri, el cual también con sus campos de batalla de la guerra civil, me mostraron un mágico paisaje que siempre recordare vívidamente. Missouri fue testigo entonces de la etapa más larga de mi travesía con 315 kms y 14 horas sobre la bici, completé el trayecto que me dejaría en la ciudad de St. Louis.
Ya entonces sentía mi arribo, cerca y siguiendo consejos de los locales, decidí tomar un tren por algunos kilómetros para evitar una zona peligrosa en cuanto a violencia. Así entonces a tan solo un estado de Philadelphia, la ciudad que vería mis últimos pedalazos y emprendí el rumbo. Estos últimos días decidí que las etapas serían más cortas y que trataría de disfrutar aún más cada trayecto, creo que en este punto ya había logrado todos los objetivos y que el llegar más rápido a Philadelphia no cambiaría nada. Tras tres días de viaje arribé a la que alguna vez fue la capital de los Estados Unidos y allí mi bici tendría su descanso merecido. Tras cruzar 10 estados, 4.500 kilómetros, montañas, planos, desiertos, altas temperaturas, humedad, dolor y mucha dedicación, puedo decir que me enamoré aún más de mi bici.
Mi meta esta puesta en correr la Race Across América, como el primer latinoamericano en participar en la categoría de solo, la cual consiste en cruzar 5.000 kilómetros en el menor tiempo posible. Aprovecho para agradecer a mis patrocinadores GIANT, MAXXIS, GARNEAU y OAKLEY, por el apoyo que me han brindado en este deporte que no tiene límites!
Los números de Sebastián en este viaje:
4.500 kms recorridos
23 días sobre la bicicleta
Etapa más corta: 86 kilómetros
Etapa más larga: 315 kilómetros
Promedio de distancia diaria: 200 kilómetros
Tiempo sobre la bici: 253 horas (10.5 días)
DISANDINA, importador exclusivo de GIANT para Colombia