
Muy feliz y casi con lágrimas en los ojos estaba el campeón de la Vuelta a Colombia, el hispanocolombiano Óscar Sevilla (Epm-Tigo-Une-Área Metropolitana), quien de manera contundente y con drama, logró su tercer título en la ronda nacional, arrebatándole la victoria en la cronoescalada final al antioqueño Mauricio Ortega.
“Estoy muy feliz, muy emocionado. Lo di todo. Es un triunfo de todos y para todos. Para mi madre en España, mi familia, mi equipo, a don Raúl Mesa y a Gaby, a los auxilires y mis compañeros. A todos gracias”, indicó Sevilla.
El tricampeón de la Vuelta destacó las condiciones de su gran rival y amigo, Mauricio Ortega: “Era un duelo mano a mano con un gran corredor, corajudo y valiente, a quien aprecio y respeto porque es un guerrero. Sabíamos que era difícil pero había que intentarlo hasta el final. Lo di todo, puse un plato 50-42 con piñón 18. La suerte estuvo conmigo y gracias a Dios se me dieron las cosas”.
Y acotó que “yo estaba tranquilo porque era el segundo y podía ganar. O si no pues seguía segundo. Pero gasté todo lo que tenía por fortuna lo logré. Quizá Mauricio sintió la presión de defenderse porque era el líder. Lo entiendo porque yo he vivido eso y sé lo que se siente. Le gané a un gran rival”.
Por último, indició que “soñaba con ganar mi tercera vuelta; gracias a la afición que me ha tratado como uno más de aquí, amo a Colombia. Este país me lo ha dado todo. Salí sin miedos y las palabras de mi entrenador Raúl Mesa me dieron alas, creo que el hecho de haber salido segundo y no tener nada que perder me dio más tranquilidad para alcanzar un nuevo título de la que para mí, es la carrera más dura del mundo”.
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