Después de enfrentar varias dificultades y de recuperarse de una asma branquial, Óscar Santiago Garzón, sacó a relucir su carácter resiliente en la Vuelta a Guatemala, y logró por primera vez en su carrera, un título de categoría UCI por etapas.
“Estuve un poco nervioso después de que coger un bache y perder el control de la bicicleta. Quede pensativo porque me dolía bastante, pero nada, lo dije antes de salir, vamos a defender este liderato hasta cruzar la meta y lo he cumplido”, dijo Garzón, en declaraciones recogidas por su equipo.
Es la primera gran victoria, para el nacido hace 22 años, en Gama, Cundinamarca, pero más allá del resultado, lo que representa el trofeo en territorio centroamericano, es el claro ejemplo de cómo se debe enfrentar el camino en medio de la dificultad. En un principio fueron cinco meses dedicado a la sanación de su cuerpo. Luego vino el regreso progresivo a la actividad con entrenamientos acordes al reacondicionamiento físico.
“Han sido años muy duros y esto es el resultado de tanto sacrificio. Como lo he dicho siempre, me caracterizo por entregarlo todo en cada etapa, en cada carrera sea por mí, sea por el equipo”, afirmó el talentoso pedalista cundinamarqués.
Cada título simboliza la cima de un proceso. Para Garzón es el punto de final de un camino colmado de vaivenes que empezaron en mayo del año pasado con su retiro de la Vuelta a Antioquia, sin embargo el manager Luis Alfonso Cely lo incluyó en el proyecto de 2025, y la respuesta del joven pedalista fue más que satisfactoria; retorno a la competencia en la Vuelta al Tolima y en la Clásica de Anapoima obtuvo su primer podio en una carrera élite disputando la general frente a Rodrigo Contreras y Wilson Peña. Y el resto es historia, final soñado en Guatemala para un ciclista talentoso, joven y luchador.