La reportería gráfica, considerada profesión vital en el campo informativo ha tenido personajes que logran pasar a la historia por sus logros y trabajos que se convierten en legado para un país y este es el caso de un hombre de origen antioqueño quien se convirtió en un personaje de reconocido prestigio, no solo en su región sino igualmente en el país detrás de una cámara fotográfica: Horacio Gil Ochoa.
Horacio dedicó su vida profesional por espacio de medio siglo principalmente al deporte, pero ello no le impidió también convertirse en el fotógrafo de la sociedad antioqueña y en el campo empresarial igualmente se desempeñó con gran solvencia.
El deporte en general y el ciclismo en particular le permitieron recorrer Colombia y el mundo, siendo testigo de grandes eventos como Juegos Olímpicos, Campeonatos Mundiales, competencias históricas como las primeras Vueltas a Colombia y Vueltas a México, siendo el único fotógrafo colombiano en el inolvidable Tour del Avenir en 1980 como reportero de de la Revista Mundo Ciclístico habiendo prestado sus servicios también a medios tan importantes como El Colombiano en Medellín y la Revista Deporte Gráfico.
Muchas de sus fotografías son verdaderas obras maestras y se convirtieron en el reflejo de su personalidad donde el ángulo diferente, la profundidad , el sentido artístico y perfeccionismo caracterizaron la obra que actualmente se exhibe como homenaje a su legado en los vagones del metro de Medellín y en la Biblioteca Pública Piloto de la capital antioqueña.
Jacqueline García es la encargada de la exposición que se encuentra para los visitantes en las instalaciones de la Biblioteca y que tuvo igualmente la colaboración de Juan FelipeGil y Ricardo, hijo y nieto de Horacio quienes cedieron el archivo del maestro de la fotografía.
La exposición consta de hermosos murales y frases de Horacio en el ingreso y en su interior, debidamente organizadas, toda una serie de fotos que impactan visualmente por lo que significan históricamente como por el concepto artístico con el que fueron captadas, muchas de las cuales se encuentran en revistamundociclistico.com y en su libro MI BICICLETA, MI CÁMARA Y YO, así como en la biografía de Martin Cochise Rodríguez escrita también por Gil Ochoa.
Horacio fue dueño de una personalidad arrolladora, igualmente un ciclista de su época y luego asiduo practicante, además de brillante escritor, amante y conocedor de la buena música por lo que su obra permanecerá siempre como ejemplo a seguir por las nuevas generaciones que pretendan plasmar el deporte valiéndose de un lente y una cámara.