Con la presencia de grandes figuras a todo nivel del ciclismo español se presentó oficialmente el libro que retrata la vida del formidable rutero que destacó en su momento, desde 1973 cuando se inició como ciclista, hasta 1988 cuando puso pie en tierra del ciclismo profesional al que había llegado en1977 con su primer equipo, el Trans Mallorca-Gios que dirigía el ya conocido DT Rafael Carrasco.
La biografía narrada por Belda y escrita por con un atractivo estilo literario, directo y espontáneo por Jorge Quintana es el fiel retrato de un hombre convertido -contra todos los pronósticos- en un gigante de la ruta a pesar de sus 52 kilos de peso y escaso 1.mt.50 cm de estatura, lo que no le impidió enfrentarse a los mejores del mundo en su momento y coleccionar una serie de triunfos y logros de los cuales hoy tanto él como su familia tienen derecho a sentirse totalmente orgullosos.
La historia del “pequeño gigante“ es la de un hombre cuya niñez y juventud transcurrieron en la apacible vida campestre de Cocentaina en la provincia de Alicante, inicialmente alejado del ciclismo, pero finalmente arropado por la pasión que este deporte despertaba en sus sueños. En esta lectura se aprecian fácilmente los enormes desafíos que no solo el ciclismo sino su vida personal le han planteado y de los cuales ha podido salir victorioso.
Belda, el ciclista, debió luchar como un condenado para abrirse paso entre los grandes de su época, haciendo parte del inolvidable equipo Kelme desde 1980 hasta 1988- bajo la dirección de Rafael Carrasco– que pasó junto a él, de ser un equipo sin mucha resonancia a convertirse en uno de los más importantes protagonistas del lote internacional en las mejores carreras del calendario español y mundial.
Convertido en un formidable escalador, el protagonista del libro aprendió a utilizar las herramientas con que la naturaleza lo dotó para emerger en la selva del ciclismo y edificó un palmarés envidiable, que incluye espectaculares victorias individuales en la Vuelta a Cataluña, etapas del Giro de Italia y la Vuelta a España, Semana Catalana, País Vasco, La Rioja, Vuelta a Galicia, Subida al Naranco, dos Etapas en la Vuelta a Colombia 1985, entre otras, enfrentando lo mejor del ciclismo de la época, encabezado por Bernard Hinault, Miguel Induráin, Francesco Moser, Perico Delgado, Laurent Fignon, Sean Kelly, etc, etc, además de los colombianos Lucho Herrera, Fabio Parra, entre otros.
En lo referente a Colombia, Vicente hace un relato fiel de lo que significó su llegada como ciclista en 1985 y 1986 a las V. del país y luego su confrontación en territorio europeo con nuestras estrellas del momento en los equipos Café de Colombia y Postobón, además de tener como compañeros de equipo en Kelme a corredores como Fabio Parra y Carlos Emiro Gutiérrez, además dirigió a Óscar Sevilla, Alejandro Valverde y Santiago Botero, entre otros.
Y una vez terminada su carrera deportiva en 1989, el libro nos transporta a las aventuras de Belda como DT en Kelme y en equipos colombianos como el Boyacá es para Vivirla y hasta un equipo de la Policía Nacional en 2008 y 2009, para terminar en calidad de representante- por algún tiempo -, de figuras estelares como Nairo Quintana y luego Miguel Ángel López, de quienes expresa los mejores recuerdos como ciclistas pero una profunda decepción como personas con muy poco de sentimientos de gratitud y reconocimientos hacia quien fue su orientador y soporte principal en sus comienzos, refiriéndose en los mismos términos a Ángel Yesid Camargo quien fue su DT adjunto en su paso por los equipo boyacenses.
La historia de Vicente Belda escrita en La escalada de mi vida permite desenmascarar a quienes hoy todavía posan como los “descubridores” de Nairo y López, demostrando que fue Belda en el caso Quintana y Rafael Acevedo en el caso López los auténticos “descubridores” y por lo tanto sus representantes en el comienzo de sus carreras deportivas.
Además relata con fidelidad y argumentos los episodios vividos en 2004 con el “Caso Jesús Manzano”, un ciclista español ex-Kelme quien denunció en un medio español la existencia de un sistema de dopaje en el equipo, asunto que nunca pudo ser comprobado y que desembocó en la Operación Puerto en cabeza -según las autoridades -del médico deportólogo Eufemiano Fuentes, quien para esa época ya no trabajaba con Kelme y por lo tanto Belda no tenía por qué ser acusado, pero sucedió lo contrario y fueron entonces 12 años de suplicio buscando probar su inocencia hasta que finalmente Vicente fue absuelto por las máximas autoridades españolas encargadas de la investigación.
El libro de 206 paginas finaliza con una semblanza actualizada de Vicente Belda hoy, desde el punto de vista personal y familiar, haciendo alusión a su esposa Ángeles, hijos y nietos quienes siguen la huella del padre y abuelo vinculados al ciclismo, rematando la publicación de su biografía con esta frase: “Mil gracias a los que siempre habéis estado apoyándome desde todas las partes del mundo”.