El primer ciclista destacado en estrellarse en la 120ª edición París-Roubaix fue Peter Sagan. A 151 kilómetros de la meta, en el tramo adoquinado de Viesly à Quiévy, segundo de los 29 en total, el eslovaco, en su última participación en esta carrera, acabó en el suelo al borde de la carretera.
Después de la segunda sección adoquinada del día, Sagan le dijo adiós al Infierno del Norte. El tricampeón del mundo sufrió una fuerte caída en los primeros kilómetros y tuvo que rendirse por las heridas sufridas.
El pedalista eslovaco se cayó en los primeros compases del monumento francés. El jefe de filas del TotalEnergies, se enredó con Piet Allegaert y Sébastian Grignard y desafortunadamente fue el más perjudicado y no pudo continuar en la competencia.