Efraín Forero Triviño, el primer gran héroe del ciclismo colombiano y más conocido como “El Indomable Zipa”, falleció este lunes a los 92 años. En medio de la admiración y respeto que merece en su condición de primer campeón de laVuelta a Colombia, además ganó cuatro veces el campeonato nacional de ruta.
El “Zipa” estuvo prácticamente condenado a vivir su vida en medio de bicicletas, ruedas y pedales pues a los 18 años ya ganaba su primera carrera, una “Doble a Colombia” saliendo desde Zipaquirá hasta el sitio donde se bifurca la vía que conduce de Bogotá y Chía, además de incipientes carreras como la Doble a Tunja y la Doble a Girardot en 1950, antes de partir para la Vuelta a Colombia.
Del mismo modo, Forero se consagró en el exterior antes que en su país, ganando la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos de Guatemala, en la prueba de la Persecución por Equipos derrotando a Cuba, cuando en Colombia aún no se había construido el primer velódromo.
Sin embargo, el puesto de honor que la historia tiene reservado para Efraín Forero lo ganó al convertirse en el primer campeón de la Vuelta a Colombia en 1951, de la que fue también organizador y para la que se prestó como “conejillo de indias” pedaleando previamente los trayectos Bogotá-Honda y Honda-Manizales acompañado por el carro de los dirigentes Donald Raskin, Guillermo Pignalosa y Eduardo “Chuleta” Bernal para demostrar que era viable realizar la gran aventura del ciclismo colombiano.
Al terminar la primera Vuelta a Colombia en Bogotá el 17 de enero luego de diez etapas y tres días de descanso con el triunfo inobjetable de Forero, siguió también una larga permanencia en el ciclismo activo, compitiendo por espacio de diez años en toda suerte de carreras tanto en el país como en el exterior, incluidas ocho Vueltas a Colombia (un retiro en 1952 por accidente) mientras en el exterior también fue pionero corriendo en Francia en 1953 la Route de Francia y los Campeonatos Mundiales de Ruta en Lugano (Suiza).
Quedaron para el recuerdo interminables historias de vida como la de su madre conduciendo el vehículo acompañante en las primeras Vueltas a Colombia y su hermano Antonio con el que compartió equipo en una de ellas, así como las enseñanzas y experiencias transmitidas a por lo menos tres generaciones de hombres y mujeres ciclistas.
El director de la Revista Mundo Ciclístico, Héctor Urrego Caballero, y el grupo periodístico lamentan profundamente esta sensible pérdida para el deporte colombiano y envían un fraternal saludo de solidaridad y condolencia a su familia. Paz en su tumba.