Por fortuna existe una manera de viajar en la “máquina del tiempo”, así sea en forma imaginaria y ello nos permite retroceder en este caso 50 años para ubicarnos en la Vuelta al Táchira por entonces uno de los grandes eventos ciclísticos del continente junto a la Vuelta a Colombia y a la Vuelta a México, siendo la carrera venezolana especial motivo de atracción tanto para Colombia como para Venezuela.
La carrera del país vecino tenía una corta historia pues apenas contaba con seis años de existencia pero se había convertido en coto de caza para los ciclistas colombianos que habían ganado todas las ediciones realizadas hasta el momento, desde 1966 con Cochise Rodríguez (3), Álvaro Pachón (2) y Gustavo Rincón (1) pero ello había permitido ya el nacimiento de una rivalidad creciente con ciclistas locales como Fernando Fontes, Nicolás Reidtler, Domingo Guerrero, Santo Bermúdez, Luis Vivas, etc, que poco a poco se convirtieron en ídolos de la región patrocinados por equipos regionales y de marca como Lotería del Táchira, Brandy Martell, Trujillo, etc.
Lo cierto es que hace 50 años, el 9 de enero con un circuito de 70 kilómetros en San Cristóbal se inicio el giro tachirense con la presencia de equipos de Panamá, México, Guatemala y Colombia que tenía bajo la dirección de Ricardo” pinta” Zea la poderosa nómina compuesta por Álvaro Pachón, Miguel Samacá, Rafael Niño y Fabio Acevedo.
Ese primer lance significó la victoria, al embalaje, de Domingo Guerrero sobre la casi totalidad del lote, excepto Miguel Samacá quien perdió por la rotura de la cadena de su bicicleta 7 minutos con lo que era imposible pensar que podría ganar la carrera, pero no fue así y en la medida en que avanzaron las etapas, Miguel fue descontando paulatinamente lo perdido y se impuso en la tercera fracción, una CRI de 26 Km sobre su compañero Rafael Antonio Niño quien era el líder de la prueba.
Las carreras por etapas siempre tienen un mañana y aferrado a ello Miguel Samacá realizó en la quinta etapa de esta Vuelta al Táchira -corrida el 18 de Enero -, una de las hazañas más recordadas del evento imponiéndose en el trayecto Barinas Mérida de 178 kilómetros con el paso por el terrible Mucubají a 3.500 metros de altura sobre el nivel del mar , llegando a la meta en la estudiantil y hermosa Mérida con ventajas abismales: 7:38” sobre Fabio Acevedo (segundo) y 8:53” sobre Rafael A. Niño (tercero) mientras el resto de sus rivales llegaban a mas de 10 minutos .
De ahí en adelante, el asunto fue “coser y cantar” para la cuarteta colombiana que se dedicó a defender el liderato de “Don Coraje” mientras las etapas siguientes fueron ganadas por estrellas del ciclismo local como Santos Bermúdez, Nicolás Reidtler y Calixto Vera quien ganó la fracción de cierre mientras Miguel Samacá (CAMPEÓN), Rafael Antonio Niño y Fabio Acevedo subieron al podio final , agregando a ello el título de campeones por equipos y curiosamente el de las metas volantes con Niño.
Meses mas tarde, Samacá ganaría la Vuelta a Colombia de 1972 y luego se convirtió en el mejor ciclista colombiano de los Juegos Olímpicos de Múnich ocupando el noveno puesto en la carrera que ganó el holandés Hennie Kuiper. Siguió compitiendo hasta 1976 cuando decidió dejar el ciclismo competitivo y se dedicó a la atención de una tienda de bicicletas que lleva su nombre en Bogotá y en la que actualmente sigue su actividad comercial sabiendo que su legado reposa con letras de oro en la historia del ciclismo colombiano así hayan pasado 50 años.