El jefe de filas del Astana, Miguel Ángel López, habló en exclusiva con el programa Ciclismo Entre Grandes del Canal Win Sports. El boyacense de 27 años recordó anécdotas vividas en los Juegos Olímpicos de Río, en el Tour Colombia y también tuvo tiempo para analizar su desempeño en la temporada. A continuación le presentamos a nuestros lectores la tercera parte de la entrevista. Mañana publicaremos otros apartes del exclusivo encuentro de Supermán con el ‘Profesor’ Héctor Urrego y Sergio Urrego.
¿Qué recuerdos tiene de los Juegos Olímpicos de Río?
Hacer parte de la selección es algo muy bonito y sobre todo en una Olimpiada. Es lo más grande del ciclismo, del deporte y estuvimos allí. La verdad que fue un grupo muy bonito con Rigo, Esteban, Checho, con Pantano, que estuvo también acompañándonos ahí en esa oportunidad. Teníamos mucha ilusión, y mucha fe al recorrido que había, yo venía de correr la Vuelta a Suiza, la verdad que trabajamos muy bien, pero desafortunadamente pasó lo que pasó y se nos fue la medalla que prácticamente la tenía Checho asegurada y en el descenso se perdió, se nos quemó el pan en la puerta del horno, así como decimos, pero bueno así es el ciclismo, a veces te quita grandes cosas y a veces también te compensa.
¿Qué significó ganar el Tour Colombia?
Fue algo muy bonito, de lo que he escuchado fue una de las exhibiciones más bonitas que se han realizado del Tour Colombia. Lo de Medellín fue algo loco, algo impresionante, esa subida a las Palmas con toda esa afición con toda esa gente en las calles. Fue el único Tour Colombia que he hecho y pues gano, entonces pues es algo muy especial en mi vida deportiva, yo no he corrido en Colombia ni Clásico, ni Vuelta, ni nada, entonces tener este título es muy especial.
¿Cómo le fue en la Pandemia?
No sé como llamarlo, complejo, extraño, deportivamente viendo los resultados no fue malo, a pesar de todo lo que pasó. Después llego al Movistar, un cambio arriesgado que hice, lógicamente, porque ya estaba adaptado al Astana y muchos factores empiezan a jugar. Yo decía dentro de mi, va a ser algo impredecible porque cambiaba de zapatillas, de bicicletas, de ropa, de todo prácticamente. No sabía si iba lograr adaptarme a todo por el poco tiempo que tenía. Empezamos con mucha ganas, con buena mentalidad y con mucha fe. El año comenzó un poco atípico, anormal y muy tarde para mí porque veía de recuperarme de la caída que tuve en el Giro de Italia, que fue muy grave, se vio fea, no tuve ninguna fractura, pero si una herida muy profunda, un corte en el músculo, fue muy complicado y lógicamente me llevo mucho tiempo para recuperarme. Pero bueno, lo acepte todo con mucha calma y con mucha tranquilidad y al final vi la luz al final del tune como dicen. Empecé a integrarme al equipo, viaje en enero y me pilló el Covid aterrizando, yo creo que ya lo llevaba de por aquí, entonces eso me aisló de compartir con el equipo, de ensayar materiales, de probar la ropa y se me retrasó todo como dos meses.
¿Cómo fue su adaptación tras la recuperación?
Retome a finales de febrero, empezando adaptarme a todo nuevamente y lo logro. Tuve que adaptarme a un nuevo plan de carreras, el plan era el Tour, pero no tenía muchos kilómetros encima, prácticamente todo mayo lo competí, pero creo que fue demasiado, de los treinta días de mayo competí como 25 días. Luego la pausa entre ese bloque de carreras y el Tour fue muy poca y llegue ya pasado. Igual se me dio la victoria en Andalucía, en Mount-Ventoux y tuve un buen Dauphiné, hasta ahí todo iba bien, después de toda la adaptación rápida y pues pensé que estaba todo ‘rebien’.