Editorial
Caso Dumoulin: Los deportistas de alto rendimiento NO son Superman ni la Mujer Maravilla
Publicado
Hace 4 añosel

El mundo del ciclismo en particular y el deporte en general se vieron sorprendidos con la decisión tomada el viernes anterior por el formidable ciclista neerlandés Tom Dumoulin, de abandonar intempestivamente la concentración de su equipo, el poderoso Jumbo-Visma con miras al inicio de la temporada 2021.
Con preguntas cómo; ¿Qué es lo que realmente quiero?, ¿Todavía quiero ser ciclista y si es así, cómo?, ¿Si quiero ganar el Tour?, ¿Cómo quiero llegar?, Qué quiero como persona con la bici?. El campeón del Giro de Italia 2017, anunció su retiro temporal del ciclismo y deja igualmente una serie de reflexiones como las siguientes:
¿Qué quiere Tom Dumoulin con su vida en este momento?. Esa es una pregunta que ha estado surgiendo en mi interior durante unos meses, pero eso no trae el resultado, así que poco a poco me hizo infeliz. “Por eso me tomo un descanso y quién sabe a dónde me llevará. Voy a pensar mucho, sacar a pasear al perro”.

“Ya es hora de que descubra lo que quiero para mí. Al final mis compañeros y especialmente yo, no se beneficiarán en absoluto si sigo confundiéndome de vez en cuando y finalmente termino duodécimo en el Tour, luego quinto en los Juegos Olímpicos. Eso tampoco nos sirve. He estado lidiando con eso durante demasiado tiempo con esas dudas en el fondo de mi mente”.
El cuestionamiento y reflexiones de Dumoulin, demuestran ante todo que con el gran campeón y deportista profesional de élite –hombre o mujer- existe también un ser humano, “fabricado” de la misma manera que los demás, anatómicamente igual a sus semejantes, con virtudes y defectos físicos y mentales, propenso también a los dolores físicos y sentimentales, receptor de alegrías, tristezas, decepciones y satisfacciones, dramas e inconvenientes de orden familiar, sentimental, amistoso, económicos, laborales que pueden aparecer en cualquier momento de su vida como deportista profesional de alta competencia.
La renuncia del neerlandés a seguir el camino de los años anteriores (entrenamientos-viajes – hoteles – carreras – victorias – derrotas – caídas -recuperaciones – aplausos – críticas). Es la consecuencia de la presión física y mental a la que están sometidos los DEPORTISTAS DE ALTA COMPETENCIA –hombres y mujeres-, en el ejercicio de su profesión o su trabajo, porque la realidad es que ellos no están jugando a ser ciclistas, tenistas, atletas, futbolistas, corredores de autos o motos.
Simple y claramente son PROFESIONALES DEL DEPORTE con todo lo que esto significa en el plano personal, lo que exige el mismo respeto y consideración que las demás profesiones.
No están blindados
La diferencia está en que el periodista o el aficionado se olvidan de que el deportista es UN SER HUMANO COMO CUALQUIER OTRO y equivocadamente lo creen totalmente blindado contra todos los elementos que rodean al resto de los mortales y se considera que es un ROBOT, SUPERMAN o LA MUJER MARAVILLA, a quienes nada les pasa, a sabiendas de que incluso a Superman la ‘kryptonita’ le hace daño.
En general, solemos considerar al deportista como un personaje especial, al que no le puede doler la cabeza, está exento de un daño estomacal, afección cardiaca o respiratoria, no le da gripa, no puede sufrir un inesperado dolor de oído o de muela que no le dejó dormir la noche anterior a un compromiso y tampoco debería lesionarse entrenando o compitiendo.
Nos olvidamos de que también tiene una familia que vive intensamente su carrera (padres-hermanos-esposa-hijos, etc…), que muchas veces dependen del deportista. Fácilmente se ignora que en esa familia también caben las enfermedades, accidentes, fatalidades, a las cuales tienen que sobreponerse los deportistas y soportarlo todo en silencio y muchas veces en pleno trabajo. (Darwin Atapuma se enteró de la muerte de su madre el día que comenzaba el Giro de Italia), decide correrlo como un homenaje a su progenitora, pero no faltó la crítica porque no apareció en el podio del Giro, no ganó etapas y no fue el Rey de la montaña…!!!
Más todavía, olvidamos que ellos y ellas también tienen una vida afectiva y sentimental que incide altamente en sus trabajos (léase resultados), ya se trate de matrimonios, hijos, noviazgos y demás lazos familiares que se abandonan por temporadas enteras, además de los infaltables choques conceptuales con compañeros de equipos, jefes, entrenadores y colegas, que hacen parte de la “empresa” (equipo) a la que pertenecen.
Sobrevivir en el intento y peor aún, también ellos y ellas viven a diario, desde que se levantan hasta que se acuestan, ya entrenando o corriendo, bajo la PRESION DEL RESULTADO, que pende como una espada de Damocles encima de sus cabezas desde el momento en que que firman su contrato por el tiempo que sea, presión que se hace mas grande en la medida en que se acerca la fecha de su vencimiento porque de ahí depende el pago y sostenimiento de la casa, el carro, la educación o manutención de la familia. Con excepción hecha de los “súper monstruos” que logran finalmente dejar de preocuparse por estos asuntos, que les atañen a la mayoría de sus colegas.
Muchos lo soportan en silencio y sobreviven, otros se hunden y buscan refugio en métodos ilegales y algunos explotan finalmente en público o en privado. Ya sucedió en el ciclismo con el esprínter alemán Marcel Kittel en el 2019, encontrándose en plena temporada y quien salió al apoyo de Dumoulin, lo mismo que el poseedor del autentico récord de la hora Chris Boardman, quien aplaudió la decisión del holandés por “valiente”.
En Colombia, Víctor Hugo Peña (primer colombiano en lucir la camiseta de líder en el Tour de Francia) dijo: “Lo sucedido a Dumoulin no debe extrañar, pues los deportistas de alta competencia hemos vivido siempre soportando la máxima presión, pues son demasiados los elementos que la componen y más hoy en día cuando por ejemplo la crítica ya no es de un comentarista o un medio que veíamos hasta el día siguiente o en la noche. Hoy, al minuto ya sabemos que se está diciendo por parte de cientos, miles o millones de personas de toda índole y procedencia”.
“Nadie sabe lo que un deportista de alta competencia vive en su interior, pocos reflexionan sobre ese hombre o mujer y su condición del ser humano que escogió el deporte como su profesión, lo que es tan válido como cualquiera otra”, agrega Víctor Hugo.
Por ahora nadie sabe -ni él mismo-, si Tom Dumoulin volverá a las carreteras, cuando y en qué condición lo podría hacer. Lo cierto es que se trata de una lección de honradez profesional, aunque para muchos es víctima de la temida angustia existencial o un estado depresivo, para lo que deberá asumir un tratamiento sicológico.
Pase lo que pase, la gran conclusión es que finalmente los hombres y mujeres profesionales del deporte en su más alta expresión resultan ser finalmente seres humanos tan comunes y corrientes como los millones que los siguen en los escenarios deportivos y de los que se diferencian solamente por sus habilidades especiales para el deporte.