Los días en cuarentena han logrado quitarle a Kevin Santiago Quintero lo que nunca pudo el largo proceso para convertirse en uno de los mejores velocistas del país: la paciencia. «Estoy en cuarentena una semana y media antes de la orden del gobierno por el clima en Medellín. Nos cerraron los escenarios deportivos. Un poco desesperado. Es duro no poder salir y estar siempre con la misma rutina en casa. Quiero montarme en un peralte, algo que era tan rutinario y tan normal, ahora lo añoro», dijo el vallecaucano nacido en Palmira, que como muchos niños soñó con ser rutero hasta que Humberto Velasco, un entrenador del municipio, lo llevó a la pista y descubrió su potencia y notables condiciones. «Al principio me daba mucho miedo, un miedo terrible. Pero fui congiéndole confianza y me di cuenta que me rendía más en la pista que en la ruta», contó Kevin en nuestro Instagram Live realizado por la cuenta oficial @fedeciclismocolombia.
Al igual que la ruta, la pista ya tiene su situación definida. Colombia contará con un representante en la velocidad. «El cupo es para el país, por eso seguiré trabajando para estar bien hasta el día de la elección. Se viene un año interesante porque se abrió un solo cupo y somos muchos detrás de él. Va a ir el que mejor esté en ese momento. Va a ser duro pero interesante. Hasta Fabián (Puerta) tampoco pierde el sueño aún medio de su problema. El sueño olímpico es para muchos», afirmó el velocista que hace cuatro años miraba con admiración el regreso de Río de los que hoy son sus compañeros de selección.
«Recuerdo que yo me estaba preparando para ir al Campeonato Nacional élite que era en Medellín. Yo era juvenil, pero el Valle me quería llevar a competir con los mayores. Ellos venían de la olimpiada y pues ya se imaginarán los tiempos que venían haciendo, venían con un gran nivel y estaban entrenando con Jaime (González). Entonces yo pensé: ¡y yo por qué no!», recuerda el último campeón colombiano de Copa Mundo.
«Aún no alcanzo a imaginarme una olimpiada, pero solo pienso que va a ser genial, es el sueño de todo deportista desde que empieza a competir. También va a ser muy especial porque la aplazaron y todos van a estar esperándola. Va a estar muy buena»,dijo Quintero, que obtuvo su primer título de Copa Mundo en Australia venciendo en un emotivo sprint al anfitrión y favorito Matthew Glaetzer.
«En Australia nos reunieron a todos, fue como un regaño porque en Nueva Zelanda no nos había ido bien. Nos sentaron y nos dijeron: ‘¡ey, muchachos, está es la última copa del año, tenemos que hacerlo bien, nos estamos jugando los olímpicos!’. Ese día desde que me levanté lo hice pensando en el podio, no miraba el oro, no por mediocridad sino porque lo veía lejos, y más porque en las Copas anteriores solo había llegado hasta semifinal. En el bus del hotel al velódromo pensaba en todo, le daba vueltas a la cabeza y cuando llegué solo hablé con Jaime, me metí en lo mío, estaba concentrado, ni siquiera supe con qué relación corrí. Esos puntos de Australia eran muy importantes.», relató el joven talento que a sus 21 años figura como el mejor del país después de librar una batalla interior para no dejar de soñar con ser velocista.
Lee aquí las frases más destacadas durante la charla:
Proceso: «Estuve de dos años con Leonardo Nárvaez, en el Valle. Él me mostró el camino de cómo iba a ser mi proceso antes de llegar a Medellín»
La situación:«No hemos corrido nada y no sabemos cuando volvamos a correr, no es para nada habitual estar acá, pero es de tener paciencia y calma para ver cuando nos vuelven a abrir la puerta. Hago rodillos en ayunas, cardio, fortalecimiento y core, esa es mi rutina de más de dos semanas en cuarentena».
Puerta:«siempre le admiré a Fabián la tranquilidad para correr, es un punto a favor enorme que tenía. A mí a veces me mataba la ansiedad, no dormía antes de las competencias».
El oro en la Copa Mundo:«solo en el avión me di cuenta que había ganado una Copa Mundo. Durante la competencia nunca pensé en que había ganado, no me daba cuenta de lo que había hecho. Me subí al podio, no sabía qué hacer y levanté las manos, fue algo maravilloso».
Tiempo:«el aplazamiento de los Olímpicos también sirve mucho, el año pasado fue muy duro, hubo muchas competencias seguidas y se nos hizo bastante duro. La llama olímpica me despierta ganas y motivación. Ganas son las que tengo de ir a los Olímpicos».
Referente:«la velocidad es una prueba de mucha paciencia, hay que saber esperar y saberse conocer mucho uno mismo. Admiro mucho a Gregory Bauge tiene una paciencia única, es cinco veces campeón de la prueba. Cuando está bien corre el equipo y hace la primera vuelta, pero después gana en la velocidad».