Vuelta a España. “Seguimos en la lucha, con buena sensación, y ahora confiamos en hacer una buena crono”: Nairo Quintana
El estelar escalador Nairo Quintana (Movistar) cerró la segunda semana de la Vuelta a España como protagonista de la decimoquinta etapa que tuvo la esperada llegada a los Lagos de Covadonga, donde cruzó séptimo a 34 segundos del Francés Thibaut Pinot, el ganador en la antesala del segundo día de descanso.
El estelar escalador Nairo Quintana (Movistar) cerró la segunda semana de la Vuelta a España como protagonista de la decimoquinta etapa que tuvo la esperada llegada a los Lagos de Covadonga, donde cruzó séptimo a 34 segundos del Francés Thibaut Pinot, el ganador en la antesala del segundo día de descanso.
Al final de la extenuante fracción que culminó el tríptico montañoso de la semana el boyacense manifestó: “He conseguido menos beneficio que beneficio (sic). Estábamos de fuerza muy parecidos y López ha terminado tomando más segundos. La verdad es que ha habido mucha tensión en la subida, Yates y López estaban muy parecidos conmigo, lo que ha aprovechado Pinot para atacar y llevarse la etapa. Astana salió muy mentalizado, tenían marcada la etapa y lo han hecho muy, muy bien, poniendo muy difíciles las cosas, pero otro se les ha adelantado. Seguimos en la lucha, con buena sensación, y ahora confiamos en hacer una buena crono, a tope, ojalá que mejor que los rivales”.
Por su parte Alejandro Valverde comentó: “Otro día realmente difícil. He vuelto a entrar con los mejores y sigo ahí. Astana ha marcado una velocidad tremenda desde mucho antes del puerto y nos ha puesto las cosas muy difícil. Miguel Ángel ha arrancado fuerte desde abajo y ha aumentado el sufrimiento, pero dentro de esa exigencia, ha sido un día bonito. La ascensión sin duda ha sido la más rápida que he hecho nunca a este puerto. He intentado subir muy regular, tirar cuando aguantaba en el grupo por Nairo y, al mismo tiempo, ceder el menor tiempo posible. También me he encargado de cerrar los huecos, como cuando se ha ido Yates. Nairo me decía: ‘¡Dale! ¡Dale!’. En cuanto he cogido aire, le he dado, pero luego sufría un poco más. Cuando me cortaba seguían a palos, pero no lograban mantener. Me regulé lo que pude y, sabiendo que la parte final era más suave, di un último apretón para llegar”.