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“Es una victoria preciosa. Ni yo mismo puedo creer aún haber conseguido esto” Richard Carapaz

Richard Carapaz (Movistar Team) volvió a romper otra muralla en su fulgurante progresión como ciclista profesional, si cabe la más importante hasta el momento, al levantar los brazos por primera vez en una Gran Vuelta por etapas. El ecuatoriano lo hizo, además, a lo grande, dejando atrás a todos los favoritos con una brutal arrancada en el último kilómetro y medio de la ascensión a Montevergine di Mercogliano -final de la 8ª etapa del Giro de Italia 2018- y presentándose en solitario tras dar alcance a una peleada fuga del día.

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Richard Carapaz (Movistar Team) volvió a romper otra muralla en su fulgurante progresión como ciclista profesional, si cabe la más importante hasta el momento, al levantar los brazos por primera vez en una Gran Vuelta por etapas. El ecuatoriano lo hizo, además, a lo grande, dejando atrás a todos los favoritos con una brutal arrancada en el último kilómetro y medio de la ascensión a Montevergine di Mercogliano -final de la 8ª etapa del Giro de Italia 2018- y presentándose en solitario tras dar alcance a una peleada fuga del día.

Bajo una insistente lluvia, ‘Richie’ aguantaba sin problemas en un amplio grupo de favoritos, tirado por Groupama-FDJ y Sky, que fue alcanzando uno tras otro a los ocho elementos de la escapada de la jornada, que contaba con minuto y medio de margen al pie de los 16 km de decisivo ascenso. Siempre con frescura y pasando hacia adelante tan pronto se producía cualquier cambio de ritmo en las tendidas rampas, Carapaz aprovechó un bajón de ritmo y vigilancia en el grupo para lanzar su ataque; alcanzar a Bouwman (TLJ), aún por delante en fuga; y presentarse con un puñado de metros sobre los hombres más rápidos del grupo, logrando su 3º triunfo en Europa tras la etapa y general de la reciente Vuelta a Asturias.

«Estoy muy contento, muy emocionado. La verdad es que es una victoria preciosa. Ni yo mismo puedo creer aún haber conseguido esto. Han sido semanas de trabajo muy duro para llegar hasta este Giro. Ya Asturias fue bonito, por lograr mi primera victoria en Europa, pero alcanzar esta enorme recompensa aquí en el Giro es increíble.

Con la lluvia sabíamos que sería una subida más complicada de lo normal, también muy resbaladiza y con curvas de herradura donde era complicado mantener el equilibrio. Hubo bastantes nervios  a pie de puerto pero se hizo una buena selección y pudimos pasar más tranquilos. Venía con muy buenas piernas desde pie de puerto y quería probarlo con algo de distancia porque sabía que al sprint no tenía muchas posibilidades. He avisado al coche de que iba a arrancar, he visto que tras un momento de control de Sky saltaba un AG2R y he visto el momento adecuado para probar a falta de 2 km. Una vez que he saltado, veía que tenía piernas para poder sostener ese ritmo hasta meta y todo ha salido realmente bien.

¿Próximos objetivos? Realmente, ir día a día a partir de ahora. Es momento para comenzar a conocer el Giro. Es una carrera realmente larga y dura, y con todo lo que nos queda hasta Roma debemos ir día a día. Lo que podamos encontrar en el camino, bienvenido sea, y seguramente aún puedan venirnos muchas buenas sorpresas, pero de momento toca disfrutar mucho ese triunfo. Mañana será otra etapa muy dura. Nos toca plantear una nueva estrategia y, quizás, seguir probando».

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