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La Fiesta de Despedida de Tom Boonen iniciará en la Vuelta a San Juan

Después de 16 temporadas como profesional, Tom Boonen está a sólo unos meses de decir adiós al ciclismo de élite. Lo hará el 9 de abril, con motivo de la París-Roubaix, una de las carreras que lo ha encumbrado –la ha ganado en cuatro ocasiones- y que el belga ha elegido para despedirse de la que ha sido su profesión, y su pasión, desde 2002, cuando dio el salto a la máxima categoría y empezó a lucir los colores del US Postal.

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Después de 16 temporadas como profesional, Tom Boonen está a sólo unos meses de decir adiós al ciclismo de élite. Lo hará el 9 de abril, con motivo de la París-Roubaix, una de las carreras que lo ha encumbrado –la ha ganado en cuatro ocasiones- y que el belga ha elegido para despedirse de la que ha sido su profesión, y su pasión, desde 2002, cuando dio el salto a la máxima categoría y empezó a lucir los colores del US Postal. 

Tom no había cumplido 22 años y, con los colores del conjunto americano, ya fue tercero en la París-Roubaix, tras Museeuw y Wesemann. Estaba claro que era un diamante en bruto, pero como no podía ser de otra forma esa joya no se acabó de pulir en un conjunto americano, supeditado además en aquella época a Lance Armstrong, sino en uno belga, en el Quick Step de Patrick Lefevere, su equipo desde 2003 y con el que ha conseguido cuatro victorias en la París-Roubaix, tres en el Tour de Flandes, cinco en Harelbeke, tres en Wevelgem…, lo que le ha convertido en el mejor, o como poco en uno de los mejores, ‘clasicómanos’ de la historia del ciclismo.

Ahora, camino de los 37 años, Boonen se dispone a decir adiós. Y, fiel a su estilo, quiere hacerlo por todo lo alto, consciente de que sólo le quedan unos meses más de sufrimiento, hasta que en el ‘Infierno del Norte’, como así se conoce a la París-Roubaix, dé por concluida su carrera. Por eso, más que nunca, se ha cuidado mucho durante el invierno y apenas ha parado desde que en el Mundial de Catar soñó con la victoria aunque al final se tuvo que conformar con el tercer puesto, tras Sagan y Cavendish.

“No es ningún secreto que la París-Roubaix es mi objetivo”, explica Tom. “Después de acabar segundo en 2016, de común acuerdo con el equipo decidimos prolongar unos meses más la actividad para intentar ganarla de nuevo”. De conseguirlo, desempataría a victorias con Roger De Vlaeminck y, con cinco, se convertiría en el indiscutible rey del ‘Infierno’.

En la recta final

Que Boonen haya elegido la 35ª Vuelta a San Juan para iniciar el año de su despedida es una bendición para la afición argentina, que conoce su potencial y gentileza por sus participaciones en San Luis. El año pasado también pensaba empezar la temporada en Argentina, pero la caída que había sufrido en Abu Dhabi, donde se fracturó el hueso temporal izquierdo, retrasó su preparación. Sin embargo, logró llegar a tiempo a una de sus citas, ya que acabó segundo en Roubaix, tras el australiano Mathew Hayman.

“Llevo ya varios años empezando la temporada en Argentina”, reconoce el belga. “El año pasado no pude hacerlo por la caída en Abu Dhabi, pero creo que es el sitio mejor para empezar porque la temperatura es ideal, las carreteras son buenas, el público muy caluroso y los recorridos bastante adecuados”.

Aunque sin duda han sido su especialidad, Boonen no sólo ha ganado clásicas, sino también un Mundial, en Madrid 2005, además de seis etapas en el Tour, carrera en la que también se llevó el jersey verde de la regularidad en 2007, y dos en la Vuelta a España.

“Todas las victorias que he logrado en mi carrera son bellas. De todas guardo un gran recuerdo, a veces incluso de carreras pequeñas que por circunstancias determinadas me produjeron mucho placer, pero es obvio que algunas tienen un significado especial”, comenta Boonen. “Son el Mundial 2005, las cuatro victorias en Roubaix y las tres en Flandes”. 

Sin duda, está a punto de irse uno de los más grandes. Pero, antes de eso, le veremos una vez más en Argentina: “En la Vuelta a San Juan intentaré ganar una etapa si veo la oportunidad, pero no a toda costa porque no puedo correr demasiados riesgos y además en el equipo tenemos a un velocista puro como Fernando Gaviria”.

Junto a Tom Boonen y Fernando Gaviria, el equipo Quick Step, que en la 35ª Vuelta a San Juan estará dirigido por Davide Bramati, lo formarán Maximiliano Richeze, Tim Declercq, Rémi Cavagna y Pieter Serry.

Con Prensa Vuelta a San Juan
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