(ESPECIAL 1) VUELTA DE LA JUVENTUD: una historia de 50 años

5 de Enero de 1951. En Bogotá y con el auspicio del diario EL TIEMPO, se da la partida para la PRIMERA VUELTA A COLOMBIA EN BICICLETA, ganada por el cundinamarqués EFRAIN FORERO TRIVIÑO, conocido como “El indomable Zipa”.

25 de Febrero de 1961. En Medellín y con el auspicio de la cadena radial RCN se da comienzo al PRIMER CLASICO RCN, ganado por el entonces caldense RUBEN DARIO GOMEZ, conocido como “El Tigrillo de Pereira”.  

21 DE Enero de 1968. En Bogotá y con el auspicio del diario EL ESPECTADOR y otras empresas, se da comienzo a la PRIMERA VUELTA DE LA JUVENTUD COLOMBIANA, ganada por el cundinamarqués MANUEL PUERTO, conocido con el remoquete de “Calambres”.

No es difícil aseverar que con el nacimiento de estas TRES competencias nació también la gran historia del ciclismo colombiano, escrita con letras de oro en las carreteras y pistas de Colombia y el mundo, pletórica de hazañas inolvidables, victorias y derrotas estruendosas, dramas ,anécdotas, sonrisas, lágrimas, tristezas, sangre, dolor, sufrimiento y hasta muerte.

Todo esto se encuentra en esa fabulosa historia de 65 años de Vuelta, 55 del Clásico y ahora-lo que nos aprestamos a celebrar-, 50 de Vuelta de la Juventud, a la que revistamundociclistico.com quiere rendir homenaje en estas entregas especiales que nos permitirán recordar a quienes han encontrado en esta carrera el camino hacia el estrellato nacional, mundial o simplemente se han formado como personajes útiles a nuestra sociedad.

 Donald Raskin, el papá del ciclismo colombiano

Donald Raskin, fue un prominente ciudadano inglés afincado en Bogotá desde los años 40, dueño de un prestigioso almacén de bicicletas y su permanencia en Colombia le permitió tener 2 hijas: La Vuelta a Colombia en 1951 y 17 años después -en 1968-, su segunda hija, la Vuelta de la Juventud, llevándolas a feliz realización junto a los entonces dirigentes de la ACC (Asociación Colombiana de Ciclismo).

Esta vez, para el nacimiento y bautizo de su segunda hija, Raskin contó nuevamente con el apoyo de algunos dirigentes de la ACC – no faltaron quienes pusieron en duda el éxito y continuidad de la prueba- y medios de comunicación como EL ESPECTADOR a través de su periodista estrella Mike Forero Nougués, así como empresas de la talla de Bavaria y Ponqué Ramo.

La carrera se convirtió en un nuevo éxito para Raskin y la ACC, tuvo el fervor del público que todavía seguía viviendo el fervor regional y su recorrido saliendo y llegando a Bogotá luego de pasar por Honda, Fresno, Manizales, Cartago, Sevilla, Armenia, Ibagué y Girardot fue un “Monumental laboratorio” de acuerdo al titular de la revista Deporte Gráfico, mientras Vea Deportes en su portada escribió como titular: PUERTO CAMPEON DE LA JUVENTUD.

El de Cundinamarca fue el primer gran campeón del evento luego de una feroz batalla con el antioqueño Augusto Estrada y el vallecaucano Luis Alfonso Reateguí, pasando inmediatamente, estos y muchos más nombres, a engrosar las filas de los admirables ciclistas nacionales.

Al encontrar en la lista de participantes corredores de todo el país, los entrenadores de la época como Hernán Herrón (Santander) Antonio Forero (Atlántico), Blas Barbosa (Universidad Nacional), Pedro Bernal (Tolima), Ernesto Bermúdez (Bogotá), Ricardo Zea (Valle del Cauca), Francisco Luis Otálvaro (Tele Postal) supieron que tendrían a su disposición para el futuro, un portentoso caudal de talento, condiciones naturales, espíritu de sacrificio y superación a toda prueba con el fin de nutrir los equipos de la élite necesitados siempre de sangre nueva.

El costo total de la operación organizativa de la primera Vuelta juvenil en Colombia, alcanzó los CIEN MIL PESOS y el valor aproximado por ciclista para su participación en un equipo llegaba a los DIEZ MIL PESOS.

La Vuelta de la Juventud nació grande desde 1968 y a ello obedece su continuidad y su llegada al aniversario número 50 en este 2017, convertida en la tercera carrera más importante del país. Quienes la proyectaron y llevaron a cabo su realización deben ser hoy reconocidos como grandes benefactores de la juventud colombiana y del ciclismo, por haber puesto en la escena nacional, un evento en el que realmente podemos ver y sentirnos orgullosos cada año, de la nueva generación y la juventud sobre la cual se han edificado las grandes hazañas que ilustran el libro abierto de los 50 años de la VUELTA DE LA JUVENTUD COLOMBIANA.