Las escapadas de Héctor Urrego: Siempre hay una primera vez
… Y esta es la premisa que sirve perfectamente para definir los últimos grandes logros del ciclismo colombiano en modalidades o circunstancias que hace algún tiempo eran tal vez impensables, a riesgo de ser calificados como locos, desproporcionados, poco realistas, etc.
… Y esta es la premisa que sirve perfectamente para definir los últimos grandes logros del ciclismo colombiano en modalidades o circunstancias que hace algún tiempo eran tal vez impensables, a riesgo de ser calificados como locos, desproporcionados, poco realistas, etc.
Quiero referirme en primera instancia a lo conseguido por Fabián Puerta y su espectacular victoria en la Copa Mundo de Pista celebrada en Cali, ganándose el respeto y aprecio de sus rivales, en medio del delirio y la admiración de un público que llenó hasta las banderas el velódromo, en una modalidad que parecía reservada desde su creación, al lucimiento de hombres especiales que parecían no existir en Colombia y muchos otros países de planeta: El Keirin.
Disciplina inventada por los japoneses y ubicada en el calendario del ciclismo mundial hace ya unos 30 años, en donde la capacidad de riesgo, la concentración absoluta, el temple y nervios de acero, la velocidad extrema, impresionante fortaleza física y mental, son las herramientas indispensables para competir…y para vencer.
Felizmente, cualquier día del año 2009 se apareció en el velódromo de Medellín este joven lleno de ilusiones, destinado a convertirse en el hombre que por primera vez, permitiría a Colombia y su ciclismo obtener una victoria de nivel mundial en tan difícil especialidad, además de encontrarse igualmente en el podio de los grandes velocistas del mundo por sus ejecutorias en las pruebas de la Velocidad pura y el Kilómetro Contrarreloj.
De esta manera, titulándose Campeón de las dos pruebas más emocionantes de la Copa Mundo, Fabián le “abrió la puerta” al ciclismo colombiano por primera vez para ingresar como sus pares ruteros, en el olimpo de los Dioses del ciclismo de la velocidad como ya lo habían hecho antes y también por primera vez en las pruebas de semifondo Cochise Rodríguez, Marlon Pérez, María Luisa Calle y Edwin Ávila.
Y para confirmar la apreciación y ratificar la premisa, otro joven antioqueño llamado Fernando Gaviria, vistiendo el uniforme de la Selección Colombia, ha conseguido también este lunes, colocar a Colombia en el lugar de los grandes “sprinters” de la ruta, doblegando a quien es considerado el mejor velocista y rematador, además del más grande ganador de etapas en las carreras más importantes del mundo, el británico Mark Cavendish.
Gaviria, dueño de una condición multifacética envidiable –venía de ganar en Londres la aprueba del Ómnium en la Copa Mundo de pista-, consiguió también para Colombia y su ciclismo por primera vez, que un colombiano ganara una gran etapa al más grandes embalador del mundo, enfrentando abiertamente y sin temores, tanto al monstruo británico como a su equipo (Etixx-Quick Step) en la llegada masiva de la primera etapa del Tour de San Luis, que abre el calendario ciclístico mundial.
De este modo, los ciclistas colombianos de esta última generación nos están demostrando una vez más con sus logros, que existe y ha existido siempre en todo el país, el talento necesario para ser de los mejores del mundo y enfrentar a los grandes astros en cualquier modalidad o especialidad. Puerta y Gaviria nos acaban de mostrar que es solo cuestión de darle tiempo al tiempo para que se cumpla la vieja pero precisa afirmación con la que se ha titulado esta columna: ¡Siempre hay una primera vez para todo!