Rigoberto Urán visita a Mauricio Soler en Boyacá

“La amistad no tiene precio” reza un adagio popular y lo ha refrendado en toda su dimensión, el gran campeón colombiano Rigoberto Urán quien luego de cumplir con sus compromisos en Bogotá con motivo de la Semana de La Bicicleta, se desplazó a territorio boyacense para asistir a otros eventos pero saco el tiempo necesario para encontrase con su amigo y colega Mauricio Soler, desafortunadamente retirado del ciclismo a causa de un terrible accidente que sufrió en la Vuelta a Suiza hace 4 años.

Urán y la esposa de Soler planearon el encuentro en Villa de Leyva de tal manera que fuese una auténtica sorpresa para el hombre de Ramiriquí y así resultó pues los dos amigos y compañeros de aventuras ciclísticas en Europa (los dos hicieron parte del equipo Caisse D´Epargne) se fundieron al encontrarse, en un abrazo que refrendaba la amistad, respeto y cariño que por tantos años se han profesado mutuamente.

El encuentro incluyó un almuerzo este lunes festivo en Villa de Leyva, la remembranza de tantas vivencias, la ratificación de sentimientos auténticos y espontáneos por parte de Urán al visitar a Soler y a su esposa quien era en Pamplona (España) la receptora de todas las viscitudes que depara a la vida de un ciclista, en este caso no solo su esposo sino igualmente Rigoberto, Nairo, Sergio a quienes ella dedicó buena parte de su tiempo.

Tanto Patricia como Mauricio se mostraron “sorprendidos pero felices ante el gesto de Rigoberto, quien sigue siendo un muchacho auténtico y espontaneo, el mismo que conocimos hace ya varios años y que compartió con nosotros tantas cosas de su carrera deportiva y personal. Guardamos por el un profundo cariño y le deseamos que prosiga una carrera deportiva tan exitosa como la que hasta ahora he realizado porque él se lo merece tanto como deportista como hombre de bien y de grandes sentimientos”

Urán se dispone en los próximos días a viajar a Europa para la primera concentración de su equipo con miras a la temporada 2015 y Mauricio y Patricia regresaron en horas de la tarde a su hogar en Ramiriqui, donde transcurre plácidamente su diario vivir, en la compañía de su hijo y las actividades normales que actualmente desarrollan.