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Murió Ramón Hoyos Vallejo, el primer ‘Escarabajo’ del ciclismo colombiano (FOTOS)

La primera gran figura que tuvo el ciclismo (inclusive del deporte) colombiano, el antioqueño Ramón Emilio Hoyos Vallejo, murió este miércoles a la edad de 82 años en en la Clínica Las Vegas, de Medellín. Vivía en la finca El Sango, de Guarne, a 20 kms de la capital antioqueña. Fue el segundo corredor nacional en ganar la Vuelta a Colombia (1953) luego del triunfo el año anterior del español José Gómez del Moral y del cundinamarqués Efraín Forero, vencedor de la edición pionera en 1951.

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La primera gran figura que tuvo el ciclismo (inclusive del deporte) colombiano, el antioqueño Ramón Emilio Hoyos Vallejo, murió este miércoles a la edad de 82 años en en la Clínica Las Vegas, de Medellín. Vivía en la finca El Sango, de Guarne, a 20 kms de la capital antioqueña. Fue el segundo corredor nacional en ganar la Vuelta a Colombia (1953) luego del triunfo el año anterior del español José Gómez del Moral y del cundinamarqués Efraín Forero, vencedor de la edición pionera en 1951.

En ese 1953, inició la seguidilla de cuatro triunfos hasta 1956, cuando nacía la carrera y se transitaba por sitios inhóspitos y carreteras polvorientas. Pasar la meta final ya era una hazaña, sin mirar el puesto ocupado. Ese primer título, lo logró dominando 8 de las 15 etapas, pero en el tercero (1955), la superioridad fue más aplastante al conquistarlo con 12 victorias parciales sobre las 18 jornadas, registro vigente para una misma edición.

Histórico aquel 1953 para el pedalismo colombiano, porque fue la primera incursión colombiana a Europa en la carrera ‘Route de France’, precursora del Tour de L’Avenir, en Francia. Él, fue uno de los aventureros al lado de Fabio León Calle, Francisco Otálvaro, Héctor ‘El Negro’ Meza, Mario Montaño, Óscar Oyola, Héctor Monsalve y Forero, el mismo ‘Zipa Indomable’. Un completo calvario, pero así se comenzaron a escribir los capítulos de gloria.

Un año después, protagonizó otro hecho memorable al salir campeón de la Vuelta a Puerto Rico, porque es el primer triunfo de un colombiano en la prueba más importante de un país, en otra invitación inédita para el naciente ciclismo colombiano. Tras vencer en la jornada de Ponce a Mayagüez, asumió el liderato hasta el final de la competencia boricua, que se desarrolló en septiembre.

Alcanzó una quinta corona en la principal competencia del calendario colombiano, en 1958, marca que se mantuvo vigente hasta la llegada al pedalismo del boyacense Rafael Antonio Niño, quien lo superó al obtener seis coronas (1970–73–75–77–78–80). El primero de los 38 éxitos intermedios del hijo de Antonio José y de María Jesús, lo logró en su incursión inicial en 1952, en el tramo de Cali a Sevilla, mientras que su última asistencia fue en 1964, en la que concluyó de séptimo. Acumulaba tres ausencias 1961–62–63. 

Igualmente, representó al país numerosas veces, la más trascendental de su palmarés fue cuando intervino en los Segundos Juegos Panamericanos Ciudad de México 1955. Ganó la medalla de oro en la prueba de ruta del gran fondo en carretera, que también sigue intacto cerca de 60 años después de haberlo conseguido, porque ningún compatriota lo ha emulado en la cita continental más importante de cada cuatrienio.

Se impuso con 4 horas 33 minutos 01 segundos para el trazado de 175 kms y contribuyó para que Colombia lograra su segunda presea dorada en el certamen, pues el segundo puesto de Benjamín Jiménez y el décimo de Efraín Forero, le dieron al país el primer puesto por equipos. Fueron las únicas medallas de oro de las seis que contabilizó, en total, la delegación nacional en suelo mexicano en esa época.

Para 1956, intervino en sus primeros Juegos Olímpicos, los de Melbourne. Ocupó una meritoria decimotercera casilla en el gran fondo en carretera. Previamente, había participado en la Vuelta a México en la primera presencia nacional. Por su excelente paso en la montaña, la prensa lo calificó como un auténtico ‘Escarabajo’, sobrenombre con el que, en adelante, se identificó a los colombianos en el mundo entero. Por lo tanto, a él, se debe el apelativo.

En 1980, a la par que Rafael Antonio Niño ganaba su sexta Vuelta a Colombia, superando el registro de cinco que compartía con Hoyos, su coterráneo Cochise Rodríguez también le quitaba otra marca al conseguir su victoria parcial número 39 en la carrera, frente a las 38 que conquistó «Don Ramón de Marinilla» (por su patria chica) en los 14 años de participación en la carrera insigne del país.

Épocas diferentes a las que él vivió, cuando corría por auténtico amor a la bicicleta y la lucha por departamentos era evidente. Contribuyó a escribir la historia del pedalismo colombiano, tanto dentro como fuera de las fronteras. Se fue considerando que jamás sus éxitos recibieron la recompensa a sus esfuerzos, tal vez, eso hizo más grandioso su aporte al deporte más glorioso que ha tenido Colombia en toda su historia.

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