A propósito de la presencia de nuestro equipo COLOMBIA-COLDEPORTES en Italia desde hace dos meses y su permanencia y participaciones hasta ahora realizadas, se hace necesario escribir, hablar y reflexionar sobre el tema con cautela y con PACIENCIA, MUCHA PACIENCIA.
A propósito de la presencia de nuestro equipo COLOMBIA-COLDEPORTES en Italia desde hace dos meses y su permanencia y participaciones hasta ahora realizadas, se hace necesario escribir, hablar y reflexionar sobre el tema con cautela y con PACIENCIA, MUCHA PACIENCIA.
Es claro que los procesos de crecimiento, maduración y adaptación en todos los deportes están demarcadas por una cantidad de tiempos y circunstancias que se hace necesario respetar y más que eso, conocer y entender. En el caso del ciclismo estamos hablando de tiempos y circunstancias que requieren no simplemente de semanas o de meses sino de AÑOS ENTEROS antes de conseguir el resultado o el objetivo para el cual se trabajó por tanto tiempo.
Así las cosas, hoy resulta imposible calificar, valorar y menos aún, exigir resultados rimbombantes al grupo de 16 hombres que se han “exiliado” voluntariamente en Italia y que han asumido un cambio radical en sus vidas incluidos los aspectos sicológicos y físicos que juegan por igual para el deportista que al fin y al cabo es un ser humano como cualquiera otro, que tiene familia y le duele también la cabeza o el estómago.
NADIE puede declararse hoy en condiciones de juzgar este proceso porque no se trata de un mes, o de una carrera o de cinco como hasta el momento sucede. Apenas están ellos en Italia y nosotros siguiéndoles aquí a 10.000 kilómetros, iniciando el camino que está lleno de tropiezos y dificultades por lo que significa un cambio de país, clima, idioma, hábitos alimenticios, personales, afectivos y deportivos que influyen total y definitivamente en el rendimiento de un deportista y en este caso, en el de un ciclista.
Es necesario decir que al equipo COLOMBIA-COLDEPORTES y a sus integrantes solo serán posible evaluarlos –en parte– cuando estemos llegando por allá al mes de Junio cuando se haya corrido la última prueba antes del Giro de Italia (Giro del Trentino) o después del Tour de California que se corre paralela con la carrera rosa. Y esa evaluación será apenas parcial, porque definitivamente para calificar y juzgar el proyecto y sus resultados habrá que esperar al mes de Octubre cuando haya terminado la temporada.
Antes de esos tiempos, todo lo que suceda en lo deportivo, en lo personal y en cuanto a los resultados, es válido como parte del proceso de aprendizaje, adaptación y maduración al que deben someterse casi todos Los integrantes de la escuadra, excepción hecha tal vez de Víctor Hugo Peña y Felipe Laverde, los veteranos y expertos del grupo y que ya saben lo que es de sal y de dulce en este difícil mundo del ciclismo al más alto nivel.
Seguramente un superdotado como Fabio Duarte quien ya hizo un año a este nivel (2011), podría entrar muy rápidamente en el juego, pero lo que no podemos es crucificarlos a uno o a todos por no lograr lo que quisiéramos ni regalarles un carro por lo contrario pues aún es muy temprano para ese tipo de actitudes y reacciones por quienes los seguimos con atención.
Nadie está hoy en condiciones de juzgar o decir con certeza –por ejemplo – como van a reaccionar o se van a adaptar a estas distancias, velocidades e intensidad y sistemas, jóvenes como Esteban Chaves, Jeffrey Romero, Michel Rodríguez, Frank Osorio, para no citar sino unos pocos ejemplos con los más jóvenes e inexpertos para los cuales casi todo es nuevo en sus vidas personales y deportivas.
Alguien se ha puesto a pensar ¿cuantas veces corremos en Colombia o en América etapas de 270 kilómetros y al día siguiente una de 190 como sucedió en la Tirreno Adriático? O…alguien se ha preguntado si en Colombia nos la pasamos corriendo clásicas de 290 Kilómetros como sucederá el próximo sábado en Milano San Remo?
Y… por lo tanto alguien se ha preguntado qué clase de resultados podemos esperar con muchachos que apenas hace 2 meses están en Europa y que no pueden ni tienen porqué tener el fondo, la resistencia, la solvencia y la capacidad para enfrentar a lo mejor del mundo en esos brutales esfuerzos y que lo que necesitan es precisamente formarse para ello y que esto requiere de tiempo, que no es de dos meses sino de pronto hasta de 2 años?
Permítanme preguntar cuanto duró el proceso Botero antes de ser cuarto del Tour de Francia o antes de ser Campeón Mundial, o más recientemente, cuanto lleva el proceso Urán y…cuanto tiempo llevará el proceso Henao? . La respuesta en el caso Botero es de 5 años, en el de Urán ya van 6 y el de Henao apenas comienza como el de Quintana, así a este ya le haya sonreído la victoria apenas iniciándolo. Lo que no se puede en el caso COLOMBIA-COLDEPORTES es caer tan fácilmente en el derrotismo o el triunfalismo extremos y tempranos. ¿NO les parece?
Es posible que muchos añoren y recuerden la era Lucho-Parra, pero ya han pasado 30 años desde entonces y el ciclismo como el mundo hoy son bien distintos, así las montañas, las planicies, los recorridos, los fríos y calores sean los mismos. Pero el ritmo, la velocidad, el progreso físico y tecnológico del ciclismo son infinitamente superiores, el sistema y la jerarquía del ciclismo han cambiado y pocos se han dado cuenta.
No es aventurado decir que me parece con este equipo, estar iniciando otro capítulo igual al que vivimos en 1983 cuando por primera vez nuestro ciclismo decidió enfrentar la Gran Aventura del Tour de Francia y recordarles que fueron necesarios 6 años para llegar al podio por el tercer lugar con Fabio Parra y 5 para ganar la Vuelta a España, lo que me permite entonces aguardar -y espero que muchos me acompañen-, con el mismo optimismo de ese entonces, que también este proyecto cumpla sus objetivos acudiendo al más importante y necesario de los elementos que requiere este deporte: Paciencia, Mucha Paciencia!!!