Las Escapadas de Héctor Urrego (22.09.08)

{mosimage}30 años de ciclismo

Por: Héctor Urrego C.

Con el final de la Vuelta a Cundinamarca y  el comienzo en una semana de la Vuelta a Boyacá, el ciclismo colombiano está celebrando por estos días 30 años de existencia y organización de las inicialmente llamadas Clásicas Regionales, convertidas hoy en  “Vueltas” por obra y gracia de los designios reglamentarios de la UCI y en consecuencia de nuestra FCC.

Sea como sea y llámense como se llamen, lo cierto es que la llegada a sus primeros 30 “añitos” de estas competencias, tienen que servirnos como base para expresar el permanente fervor, entusiasmo y dedicación que los dirigentes del ciclismo en esas regiones, los patrocinadores de orden gubernamental y privado, los medios de comunicación, la afición, y finalmente los ciclistas, técnicos y equipos , le han prestado cada año a la prueba ciclística mas importante de la región y se hace necesario decir entonces, que todos juntos tenemos derecho a celebrar el cumpleaños número 30 de estas dos carreras que son punto de referencia, junto con la de Antioquia, de un ciclismo que ha visto pasar los años sin dejarse doblegar por ellos.

Seguramente nada ha sido fácil para los dirigentes que han pasado por esta gran responsabilidad durante tres décadas. Lo cierto es que con la celebración, se hace necesario recordar y honrar a quienes se han aventurado a llevar a cabo el compromiso, superando  todo tipo de adversidades directivas, administrativas, económicas, logísticas, naturales, etc, etc, pero no se han dejado ganar fácilmente de los contratiempos y hoy pueden mirar hacia atrás con legítimo orgullo y celebrar el presente y futuro de este tipo de competencias.

Tanto en Cundinamarca, Boyacá y Antioquia están escritos con letras de oro, los nombres de los grandes campeones de cada una de las versiones realizadas, las que han servido igualmente para lanzarlos al estrellato no solo nacional sino internacional y en muchos otros casos la carrera regional ha servido como pasarela o como sitio de presentación de los valores regionales, necesitados de un evento que les permita saltar al escenario ciclístico nacional, lo que finalmente han conseguido muchos.

Acudiendo a las nuevas normas de un deporte comercial y  publicitario  como el ciclismo, las Ligas de Cundinamarca y Boyacá entienden perfectamente su papel en un ciclismo moderno y se han conformado sendos equipos de trabajo, donde la misión principal es la financiación del evento y su puesta en marcha con todas las garantías necesarias a quienes participamos en las competencias, desde diversos ángulos. Cundinamarca ha demostrado que se podía rescatar el prestigio de un ciclismo venido a menos por diversos factores – como el de Bogotá- y Boyacá no será inferior al compromiso que está a pocos días de comenzar.

Finalicemos entonces felicitando a las entidades organizadoras en Cundinamarca y Boyacá, por  estos grandes eventos que llegan vitales, jóvenes, remozados, a sus 30 años de existencia. Los dirigentes saben que además de responder al  calendario nacional de la FCC, han cumplido con el sagrado deber de llevar deporte, recreación, salud, confraternidad y bienestar no solo a quienes toman parte activa en sus pruebas, sino que han beneficiado enormemente ciudades y municipios y comunidades necesitadas de entretenimiento y paz.

Esta  finalmente el gran objetivo y el mejor mensaje que las caravanas ciclísticas dejan a su paso o a su llegada, sin que haya lugar a los malos ejemplos de la violencia y el vandalismo, que otras actividades nos ofrecen como el peor ejemplo de lo que no debe ser el deporte ni en su practica ni en su seguimiento. Verdad ?