Las Escapadas de Héctor Urrego (10.08.08)

{mosimage}Corro, luego existo 

Por: Héctor Urrego C
Enviado especial a Beijing

La formidable presentación del ciclista colombiano Santiago Botero en la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos aquí en Beijing ha demostrado que sus condiciones permanecen, y su clase no se ha perdido revalidando su prestigio luego de 250 extenuantes kilómetros y mas de 6 horas y medio de pedaleo en condiciones climáticas, topográficas y técnica del más elevado nivel ciclístico.

Botero y sus dos compañeros (José Serpa y Rigoberto Urán), se encargaron de mantener vigente un prestigio muy bien ganado por el ciclismo colombiano a nivel mundial, y en este caso olímpico, pues la historia dice que desde 1960 en Roma ya nuestros ciclistas vienen ocupando puestos de privilegio en todas las citas olímpicas desde Rubén Darío Gómez (once) hasta Néstor Mora (octavo) en Los Ángeles 84, pasando por el noveno de “Cochise” Rodríguez y  Miguel Samacá en México68 y Munich 72, respectivamente.

Para Santiago, aquí  en la sede de los juegos, esta  sexta casilla a doce segundos de los cinco que definieron la prueba, tiene tal vez un dulce sabor a venganza y lo reconforta consigo mismo pues aquí se encontró con sus rivales, amigos y colegas con los que ha protagonizado la ultima década del ciclismo mundial, siendo Botero considerado como uno de esos grandes que por fortuna siguen existiendo.

En el caso de Serpa y Urán, la prueba olímpica les ha enseñado que su futuro esta seguro y que habrá siempre que contar con ellos  en el futuro ciclo olímpico para que Colombia siga también existiendo en el interminable mundo ciclístico cada vez mas sofisticado, pero igualmente rudo e inmisericorde.

Creo que para Botero el verse y sentirse al lado de los mejores ciclistas del mundo en la actualidad, significó tal vez el bálsamo necesario para curar tantas heridas causadas por episodios lamentables, injustos, ilegales que parecen haber terminado pues aquí estaban quienes de una u otra forma quisieron terminar con su carrera deportiva, se quisieron interponer entre la ilegalidad y la justicia, entre el equilibrio y el atropello, pero finalmente pudieron mas la paciencia del ciclista y la lógica de la razón para permitirnos disfrutar de nuestro gran campeón.

Gracias a este triunfo nos pudimos dar el gusto de ver a “Santi”  en el lote al que siempre ha pertenecido y al cual sigue perteneciendo según el resultado de la olimpiada que no miente en cuanto a la realidad ciclística de corredores y países como España, ratificada definitivamente como la nueva gran potencia del ciclismo mundial en ruta.

Este miércoles, Botero enfrenta de nuevo a sus rivales y se enfrenta a sí mismo, en la prueba de la cual fue campeón mundial en 2003: la Contra Reloj Individual. El hecho de lucir los en los ribetes de su uniforme los colores arco iris que lo identifican como tal, no le garantiza nada en cuanto a resultados. Deberá, como sucedió el sábado, demostrar y demostrarse que fue gracias al sacrifico, determinación, clase y apoyo de su país y su patrocinador, que pudo colocarse en el punto de partida de las dos pruebas destinadas a los mejores ruteros del mundo y luchar no solo por una posición de honor sino por su prestigio, por su retorno y por hacerle saber a todo el mundo que mientras Botero corra, sabremos de la existencia de un gran campeón.