Boonen marginado del Tour de Francia no apelará la decisión de ASO

{mosimage}

12.06.08/2:46 PM 

El ciclista belga Tom Boonen pidió disculpas por su positivo de cocaína, en tanto que su equipo, el Quick Step, anunció que mantiene su contrato con el corredor para las tres próximas temporadas. Boonen, quien dio positivo en un control efectuado fuera de competición el pasado 26 de mayo, leyó una breve declaración a los medios de comunicación en la que implícitamente reconoció los hechos. "No soy perfecto", reconoció el campeón del mundo en 2005 a los periodistas.

El ciclista belga, que planea tomarse ahora un periodo de descanso, pidió perdón a su familia y a sus aficionados y declaró que está dispuesto a aceptar las consecuencias de su comportamiento. "Lo más fácil que se puede hacer cuando alguien hace algo mal es abandonarle, pero Tom ha significado mucho para el equipo los últimos años y esperamos que también lo hará los próximos tres años", declaró, por su parte, el director de Quick Step, Patrick Lefevre.

Boonen no recibirá una sanción deportiva, dado que el código mundial antidopaje no prohíbe el consumo de cocaína fuera de las competiciones, pero en la práctica sus acciones sí tuvieron consecuencias nefastas para su carrera. Primero la organización de la Vuelta a Suiza anunció la marginación del belga y ayer se sumó el Tour de Francia que lo vetó porque su presencia en la prueba "sería un atentado contra la integridad de la carrera y del resto de los corredores".

Despues de conocerse la noticia de que no tomará la partida del Tour, el campeón 2008 de Paris-Roubaix y excampeón mundial de ruta, anuncio que no acudirá a ninguna instancia para defender su participación ya que lo mejor es mantener un perfil bajo para "no crear polémica". Lefevre confirmó que el lunes se registró, con perros de la brigada antidroga, el domicilio de los padres de Boonen y el de su novia sin resultado.

La prensa belga se hace eco de que, en sus declaraciones a los investigadores, Boonen negó haber consumido cocaína y que culpó a alguien de haberle hecho una mala pasada. En virtud de la legislación belga sobre estupefacientes, el corredor se arriesga a una multa de entre 10.000 y 100.000 euros y una pena de prisión de tres meses hasta cinco años por tenencia de sustancia ilegal, aunque la mayoría de los casos de consumo ocasional de cocaína no llegan a juicio.